En el marco de los actos conmemorativos del 4F el Presidente Nicolás Maduro realizó un llamado a las fuerzas revolucionarias patrióticas y chavistas de Venezuela para cerrar filas, frente a posibles divisiones internas que se estarían configurando (ver: http://www.aporrea.org/actualidad/n244535.html ).

     La compleja realidad mundial (signada por la hegemonía del imperialismo) y las contradicciones producidas en el marco de la lucha de clases que forjó el liderazgo del Comandante Hugo Chávez, hacen que la unidad sea una premisa del movimiento bolivariano. Si el bloque histórico-político que impulsó el proceso revolucionario se fractura, se generarían las condiciones para una avanzada definitiva del imperialismo y la derrota del chavismo.

     Ante tan crucial coyuntura, es preciso examinar y caracterizar el escenario político para definir el accionar y la praxis de los revolucionarios sobre la base del análisis concreto de la realidad concreta. Por supuesto, ese análisis no lo puede hacer un individuo en particular, por el signo complejo, multidimensional y denso del mismo.

     Sin embargo, a pesar de las limitaciones señaladas, si es factible reconocer en contenido y esencia, algunas variables que determinan el carácter revolucionario o contrarrevolucionario de los hechos que están configurando un contexto convulso, ante el cual, es indispensable tomar partido.

En ese sentido, a continuación se exponen (desde una posición muy personal como militante de la revolución), en primer lugar un conjunto de elementos o hechos que exigen y ameritan la unidad y el cerrar filas de los revolucionarios, y en segundo lugar, otro conjunto de elementos y hechos ante los cuales los revolucionarios no podemos atender el llamado realizado por el Compañero Presidente para cerrar filas.

• Los revolucionarios debemos cerrar filas con:  

1. Desde el punto de vista estratégico con el socialismo bolivariano como proyecto revolucionario democrático, centrado en el ser humano, ecosocialista, anticapitalista y antiimperialista, forjado desde la dialéctica pueblo en lucha y liderazgo histórico del Comandante Chávez. 

1. Desde el punto de vista táctico con la materialización de los objetivos, las metas y las acciones concretas del Plan de la Patria legado por el Comandante Chávez, como medio para trascender la barrera del no retorno al capitalismo.

1. Desde la lucha popular y revolucionaria (la lucha de clases) con las orientaciones y los lineamientos del Comandante Hugo Chávez en el denominado Golpe de Timón, con la imperiosa necesidad de destruir el Estado burgués y su régimen de explotación, así como de la transformación revolucionaria de la sociedad y sus relaciones.

1. Desde la praxis cotidiana con los esfuerzos que realizan instituciones, organizaciones, movimientos e individualidades que demuestran compromiso y lealtad con la revolución bolivariana, con el legado de Chávez y con la lucha del pueblo.

• Los revolucionarios no podemos cerrar filas con:

1. Con el reformismo socialdemócrata y policlasista (refrito del pacto de Punto Fijo) que domina en los Ministerios (siempre usando la figura de Chávez), con el coqueteo ante el FMI y el Banco Mundial, con la apertura (y la apología) a trasnacionales imperialistas como la Chevron, la Nestlé, entre otras; y primordialmente con la implementación de medidas económicas muy afines con los ajustes estructurales (los denominados paquetes) neoliberales, los cuales afectan  esencialmente al pueblo trabajador y favorecen la acumulación de capital de los sectores oligárquicos e imperialistas, mediante la desposesión de las clases subalternas.

1. Con Ministros (y el aparato burocrático cívico-militar), que atacan las experiencias de organización de trabajadores (como el caso Industrias Diana); que persiguen la extinción de experiencias de transformación de comuneras y comuneros (con la impunidad ante el asesinato de docenas de militantes de base); que fomentan la explotación de recursos naturales desde un enfoque minero-extractivo (como en el caso de la Sierra de Perijá en el Zulia); con la persecución y eliminación de líderes de pueblos originarios que defienden sus derechos consagrados en la CRBV, con la tenaza del aparato del Estado ante sindicatos clasistas (mientras se negocia con sindicatos adecos que se visten de rojo), que favorecen la acumulación y la reproducción del capital, que se asocian con mafias para empobrecer al pueblo trabajador y enriquecer a la oligarquía.

1. Con el silencio ¿Cómplice? Ante el robo de al menos 20.000.000.000 de dólares, a través del SITME, lo que se traduce en una inmoralidad equiparable a la sucedida con RECADI.

1. Con gobernadores que se regodean con sectores oligárquicos (ligados a grupos paramilitares), promueven corridas de toros mientras existe una ¿Misión? que tergiversa y manipula palabras de Chávez para que un poco de cifrinos salgan en televisión con sus perros y sus gatos de pedigrí.  

1. No cerramos filas con amenazas que se lleva el viento, con medidas que se extinguen cuando pasa la coyuntura electoral, con indolencia ante la impunidad que reina el sistema penal y de justicia, con cuerpos de seguridad eficientes cuando se trata de esclarecer crímenes contra la burguesía o sus símbolos.

1. Tampoco cerramos filas con la expulsión sistemática de cuadros revolucionarios que verdaderamente estaban enfrentando a la burguesía (como el caso de Eduardo Samán), contra la negación y la descalificación de la crítica.

1. Por último, no cerramos filas con el coqueteo con la burguesía y sus representantes políticos, o con la apología que se realiza hacia la misma.

Estoy consciente del carácter polémico de las líneas expresadas. Asumo el barranco ante la historia, pues las mismas se fundamentan en mi compromiso militante con la revolución bolivariana, mis principios y mis convicciones.

Compañero Presidente, es hora de rectificar y de reimpulsar (pero en serio). Lo invito de manera solidaria a CREER EN LOS PODERES CREADORES DEL PUEBLO.

* boltxevike89@hormail.com @jorgeforero89