Para qué servimos los economistas, Sr. Jaime Richart

En vista que el jurisconsulto y antropólogo Jaime Richart escribió el 14 de presente mes en ARGENPRESS,inf.: Los economista son sumos sacerdotes del sistema; papel que comparte, por cierto, con los periodista, Brotan como setas en tiempos de crisis, y en tiempos bonancibles se dedica a la contabilidad. Vaya para él este escrito:

No sé en qué  país vive Ud. señor Richart, pero el suyo debe ser uno que debe tener como Ministro de Finanzas, Industrias y Presidente de su Banco Central a un abogado o antropólogo como Ud. y quizá ese país marche a las mil maravillas si no requieren de ningún economista para el buen funcionamiento del país, puede  ser un milagro de Dios, o tal vez su país es tan autosuficiente que prácticamente se maneja sólo. Señor jurista Richart, soy economista con un BA en Economía de La Universidad de Texas en 1957, con un Postgrado de Industrialización en Netherlands Universities Fouendation (NUFICC) en 1964, de la Haya, Holanda, con Postgrado en Ecología Humana y Desarrollo Científico Tecnológico de la Universidad Experimental Simón Rodríguez de Caracas, Venezuela en 1979. Además tengo mi título de Economista venezolano, de la Universidad Santa María, 1970 y  mi hobby es la Historia. En el año 2010 fue publicada por la Editorial el Perro y la Rana mi obra, "Sucre, Algo Más Que Un Guerrero". Soy un hombre de 80 años con más de 55 años de experiencia como economista. De tal forma, le contaré lo que he visto y cómo he sido útil como economista y cómo hemos sido útiles otros economistas de este bello país Venezuela. El 15 de octubre de 1959 ingresé al Departamento de Industrias del Vestido en la Dirección de Industrias del Ministerio de Fomento, allí trabajé 10 años, entré como economista raso y cuando salí el 16 de octubre de 1969 era el Jefe del Departamento de Industrias del Vestido. Durante los años que trabajé en el mencionado Despacho, sus Ministros y Director de Industrias pertenecían a distintos partidos. Yo, por mi parte no pertenecía a ningún partido, era independiente, hoy soy miembro del PSUV.   Sigamos con mi historia, cuando entré a Fomento, su  ministro era el Dr. Lorenzo Fernández, abogado de la República, su Director de Industrias era el brillante economista Manuel Delgado Rovati, que en Paz Descanse, el Jefe de la División de Estudios Económicos, otro excelente economista el margariteño Dr. Leandro Márquez Gómez. El Jefe del Departamento del Vestido, el economista Gerardo Hernández Parra, casi todos los empleados de ese Departamento, 8 en total, todos eran economista, salvo un estudiante de economía,  un ingeniero textil y una secretarias. Los economistas eran, incluyendo al Jefe del Departamento, Elba Altuna de Pinés, Juan  Alberto Monsalve, Beatriz Álamo Bartolomé y este servidor. Todos los Departamentos de la era de Betancourt, del partido blanco, habían ministros en el gabinete de ambos partidos de la guanaba, los Directores de esos Despachos también lo eran de ambos partidos. El el caso del Ministerio de Fomento la Dirección de Industrias estaba en manos de copeyanos, excepto su propio Director quien era comunista, pero en la de Comercio su Director era miembro del partido AD, en otra época el Ministro era Luis Hernández Solis y su Director de Industrias Leonardo Montiel Ortega del partido URD, en fin, había de todo, éste servidor era independiente como muchos otros, jamás pertenecí a ningún partido al igual que mis padres.

En 1959 se iniciaba la política de sustitución de importaciones, todos los ministerios de Venezuela y la Corporación Venezolana de Fomento, estaban llenos de economistas, quienes fuimos los encargados de impulsar el desarrollo industrial y económico de Venezuela. A cada economista de los distintos departamentos de la Dirección de Industrias se le encargó hacer  estudios económicos para diagnosticar en qué situación económica se encontraba la rama industrial que se nos ordenaba estudiar mediante un Estudio Económico que abarcaba la oferta y la demanda de esa industria , el grado de obsolescencia de sus equipos, la capacidad instalada y la usada, consumo de materia prima, nacional e importada, si tenían problemas en la adquisición de la materia prima o de contratar personal para operar su industria, las ventas y precios de venta. Dicho estudio económico incluía el cálculo del Valor Agregado Nacional de la rama industrial que se estudiaba.   Con estos datos en la mano debíamos dar nuestras recomendaciones para proteger la industria nacional evitando importaciones innecesarias, lo cual se hizo de la manera siguiente, se elevaron los aforos del Arancel de Aduanas, se sometió a licencia previa una serie de productos, se estableció a contingentamiento productos como la fibra de algodón, tenían que comprar x cantidad de kilos de fibra de algodón nacional para otorgar una licencia. Se decidió otorgar exoneración de los derechos de aduana a los industriales, lo cual se hacía mediante un estudio económico para determinar qué monto de kilos se le debían dar y la exoneración misma. Una vez establecido el margen (porcentaje) de exoneración por un economista, este se lo pasaba a su Jefe de Departamento, quien a su vez lo enviaba al Jefe de la División de Exoneraciones, éste al Director de Industrias para luego pasarlo al Ministro de Fomento quien lo remitía al Ministro de Hacienda y una vez aprobado por todos ellos quedaba como política establecida. Igual cosa sucedía con los niveles del aumento del Arancel de Aduanas que los economistas recomendaban, salvo que éstos pasaban del Jefe del Departamento de Industrias al Jefe de la División de Estudios Económicos, de allí al Director de Industrias, luego al Ministro del Fomento y de allí al Ministro de Hacienda.  Durante este proceso de aprobación de las políticas, bien para la elevación de los aforos del Arancel de Aduanas como las exoneraciones y políticas de licencia previa, fueron muchas las veces que los economistas que hacían los estudios eran llamados con su Jefe de Departamento a una reunión con el Director de Industria para dialogar sobre la materia que se quería imponer. No obstante, hubo Directores de Industrias y Ministros que no seguían las recomendaciones de los economistas que habían hecho los estudios, sino que imponían su propio criterio y causaba malestar entre esos economistas. Hubo una ministra economista quien junto con su Director de Industrias destruyendo ese equipo de economistas que costó años en formarlos despidiendo a muchos de ellos.   

 Los economistas del Ministerio de Fomento, como dije, hicimos estudios para la protección de la industria nacional, mediante la elevación de los aforos arancelarios, cupos de importación, sometimiento a licencia de importación a productos importados.  Así, bajo una fuerte protección arancelaria, exoneraciones para los derechos arancelarios de la materia prima importada y créditos de la CVF, con baja tasa de intereses se desarrolló nuestra industria textil  llegando a producir muchos tipos de telas planas de distintos hilados, en la de punto igual, se fabricaron telas con hilados de algodón, hilados artificiales y sintéticos. Por su lado, la industria de la confección no tenía nada que envidiarle a la extranjera, se hacía ropa de muy buena calidad. Pero este desarrollo no sólo fue en la industria textil y la de confección, la del calzado llegó a  competir con los italianos, ya que fueron los propios italianos, que emigraron a Venezuela, los que desarrollaron esta industria. Nuestro país también desarrolló su industria algodonera, se   llegó a producir la totalidad del algodón de fibra corta y parte del de fibra larga que requería nuestra industria textil. A principios de los años 60 se fundó la Junta Nacional del Algodón, formada por las Cámaras de fabricantes de algodón, los Ministerios de Agricultura y Cría y el de Fomento. Se reunían mensualmente en el Despacho de Agricultura y Cría para discutir políticas a seguir para el fomento de la siembra del algodón en el país. A su vez  se fundó el Fondo Nacional Algodonero, de la cual eran Directores los representantes de Anca,  DIAGOVEN,  y el Jefe del Departamento del Vestido quien se hacía acompañar a esas reuniones con alguno de los ingenieros textiles del Departamento del Vestido. El Fondo de Desarrollo Algodonero, también tenía como Director otro representante de los cultivadores de algodón, Algodonera Guárico, C.A. 

Las telas de lana producidas por Textilana, C.A. eran de extraordinaria calidad, los dueños de esa empresa montaron su propia hilandería, Hilana, C.A. Hoy no existe.   

Venezuela llegó a producir  autos desde el lujoso Mercedes Benz hasta los Valiant, Chevrolet y Ford.

 Durante los años 60 hasta 1989 hubo una inmensa cantidad de economistas que laborábamos en los distintos despachos públicos, como en la banca privada quienes ayudamos a impulsar el desarrollo industrial Venezolano. Es así, licenciado Jaime Richart, como los economistas en pleno auge industrial venezolano tuvimos mucho trabajo porque no sólo fue durante los 10 años que trabajé en el Departamento del Vestido de la Dirección de Industrias del Ministerio de Fomento cuando serví como economista.  Salí de ese Despacho el 16 de octubre de 1969, fundé mi propio Escritorio Económico en diciembre de ese año. Me dediqué hacer, como  otros economistas, al libre ejercicio de la profesión elaborando para diferentes industrias Estudios de Proyectos y de Expansión de Proyectos y Registros de Potencial Industrial (R.I.P.I). Venezuela vivía un auge industrial. Los economistas que nos dedicamos hacer Estudios de Proyectos y asesorar empresas tuvimos bastante trabajo, fuimos y somos muy útiles para resolver problemas de nuestros clientes. De tal forma, no es sólo en depresión que los economistas hemos servido para algo. Ahora bien, si es verdad que los economistas ayudamos hacer realidad el Plan Económico de la Sustitución de Importaciones que se inició a finales de 1959 y tomó gran impulso en la décadas de los años 60 y 70 hasta que llegó Carlos Andrés Pérez a su segundo gobierno en 1989, y una fuerte crisis económica sufría el país, heredada de su copartidario presidente Jaime Lusinchi, cuando mal aconsejado por el FMI y sus economistas venezolanos Miguel Rodríguez, alias Paquetico, Ricardo Hausmann, Gerver Torres y Moises Naim, a los 15 días de haber llegado ese segundo gobierno, impusieron medidas neoliberales,  de shock,  que causaron malestar en diversos sectores sociales, y muy profundas en los sectores más pobres, desatándose el llamado Caracazo, una revuelta popular que para disolverla utilizaron al ejército y la policía, ordenándoles  dispar sus fusiles contra el pueblo, causando, según fuentes, aproximadamente 6.000 muertos que a ésta hora que no se sabe exactamente cuántas personas murieron en esos trágicos días. Pero no sólo fueron esas muertes el desastre causado por Carlos Andrés Pérez y sus economistas asesores, sino que Carlos Andrés Pérez abrió a Venezuela a la globalización y convirtió desde entonces a nuestra nación en importador, el kilo de algodón producido en Venezuela, llegó a costar con la inflación que sufría el país (más del 100 %) más que  un pantalón  importado de jean. Por otro lado CAP al abrir totalmente a Venezuela a la globalización, puso a competir a la industria textil y de confección nacional directamente con los países asiáticos, cosa que no ha podido hacer ningún país del mundo, más bien le imponen cupos de importación. En esa época cerraban nuestras industrias para mudarse a Colombia, como sucedió con la fabricación de telas elásticas y de ropa interior para damas.

A partir del segundo mandato de Carlos Andrés la inflación en Venezuela alcanzó, como dije, cifras astronómicas más de un 100% y nuestro bolívar fue devaluado varías veces. Para rematar la mala situación económica que vivían los venezolanos, nosotros los economistas fuimos seriamente afectados por medidas que tomó el ingeniero Ramón Rosales, Director de Industrias del Ministerio de Fomento en 1998, quien eliminó el Registro Obligatorio de Proyectos y de Expansión de Proyectos y el Registro de Potencial Industrial (R.I.P.I) que eran hechos  por economistas, como debe ser. Este disparate cometido por este Director ing. Ramón Rosales dejó al país sin cifras anuales de consumo de materia prima, producción, ventas, precios de venta, obsolescencia de los equipos, Valor Agregado de las ramas industriales, y otros datos que son sumamente importantes para saber exactamente cómo son utilizadas las divisas y la variación anual de los precios de venta, porque estos datos que obtenía la Dirección de Industrias del Ministerio de Fomento eran sacados de las Declaraciones Anuales del Impuesto Sobre la Renta que incluye un Estado de Ganancias y Pérdida, sabe Dios, cuánta pérdida ha sufrido nuestra Patria con ese pequeño error  

Cabe añadir que no sólo han sido los economistas asesores del presidente Carlos André  Pérez  en su segundo mandato los que han destruido la economía venezolana, Teodoro Petkoff  Ministro de Cordiplan en el II mandato del Dr. Rafael Caldera suprimió la ley existente de prestaciones sociales de los trabajadores para beneficio de los empresario.

  Los economistas servimos de acuerdo a los resultados de los estudios económicos, para asesorar tanto a los entes públicos como privados de manera que sus asuntos marchen por buen camino. No obstante, hay personas tanto de empresas privadas  como públicas que no siguen los consejos por nosotros dados y se estrellan perdiendo mucho dinero o perjudicando a la nación y entes públicos.  Por ello me da mucho dolor cuando esmerándome y tratando de dar buenos consejos a los Ministros de la Economía para evitar la fuga de divisas con las subastas del Sitme del B.C.V., lo ignoraron sin tomar en cuenta a tiempo esos consejos causando una pérdida de miles de millones de dólares, se concedieron millones de dólares a empresas de maletín, cuyos dueños no han sido identificados y por ello, hasta ahora, no hay un solo preso por ese robo a la nación.

Sr Jaime Richart, espero que este artículo le sea útil para saber para qué servimos los economistas, y le aseguro que hay muchos más servicios que no anexo aquí porque no quiero extenderme demasiado, esto es sólo mi humilde experiencia.

Gil Ricardo Salamé Ruiz

Economista



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Gil Ricardo Salamé Ruíz

Economista, con Post Grados en Industralización y Ecología. Historiador.

 gilrsalame@yahoo.com      @gilricardosalam

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