Pildoritas 05 (año VII)

Los irrescatables de las redes sociales y su putrefacción

No se puede negar que aquí y en cualquier parte del mundo hay inseguridad y violencia, no digamos lo que sucede por ejemplo en el país que la derecha a cada rato menciona como ejemplo de democracia y que es donde tanto internamente como hacia el resto del mundo se genera una violencia extrema, física e inducida por los enlatados explosivos en que vienen contenidas la películas y videos que circulan libremente por el mundo y que son el caldo de cultivo de crímenes en muchas circunstancias horrendos.

En Venezuela se está luchando por todos los medios contra la inseguridad desde el Presidente de la República que ha puesto al frente del llamado Movimiento por la Paz y la Vida, nada menos que su esposa quien junto a un numeroso equipo conformado por movimientos sociales, que incluye un buen sector de cultores y artistas que hemos visto participando activamente en un intento por concientizar sobre todo a la juventud a lo largo y ancho del país.

Estos hechos sumados a las acciones concretas de los organismos policiales y fuerza armada con la participación de los consejos comunales y estrategias como la del patrullaje inteligente y de comunicación con la instalación de cámaras en los llamados cuadrantes de seguridad, son ignorados por la prensa privada a ex profeso pues para ellos el que se acabara la violencia sería ver como se les termina una fuente para exacerbar la morbosidad y el amarillismo y por esa vía contribuir al desprestigio del gobierno revolucionario y pretender aumentar su ingresos.

El lamentable y doloroso hecho ocurrido este lunes de reyes en la personas de la actriz Mónica Spear, su esposo y su pequeña hijita de apenas 5 años, ha servido para que se desboquen por la redes los cultores de la muerte de siempre, en un esfuerzo por crear animadversión contra un gobierno que a diferencia del que soportamos los venezolanos durante décadas, no era que este no hacia nada por frenar la delincuencia, sino que era parte de la violencia criminal, tanto que a estas alturas no se ha podido establecer a ciencia cierta cuántos venezolanos fueron asesinados y desaparecidos por esa falsa democracia que conocemos como puntofijista, que sumados a los del crimen organizado y el hampa común hacen la cuantificación muy cuesta arriba.-.

Bien sabemos que es prácticamente imposible evitar la inseguriridad en su totalidad, no se puede negar que se están haciendo todos los intentos por al menos minimizarla, estaría demente y apostando al suicidio político, cualquier gobierno que no enfrentara el problema como prioridad y con todos los recursos humanos y materiales del Estado.

Quien no reconozca los esfuerzos es un disociado de esos que así se les presente el mismísimo Jesucristo para decirles que están equivocados, seguirán empecinados en su “verdad” y aferrados a lo que represente odio contra lo que les huela a Revolución y sobre todo contra las acciones que por miles, en todos los campos de la vida ciudadana se emprenden para beneficio y felicidad del pueblo.

Son los irrescatables, son los que por las redes sociales echan espuma por sus fauces y dicen tales estupideces que bien se podrían llenar con ellas las cloacas de una de las ciudades más grandes del mundo.



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Saúl Molina


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