La solidaridad como expresión de amor

Las acciones del ser humano expresan sus sentimientos y la solidaridad expresa el grado de amor alcanzado, individual y colectivamente, desde el amor de familia hasta el amor universal por el que se comprende que “No hay hombre diferente a otro hombre, ni patria que no necesite de las otras patrias”, porque todos nos necesitamos a todos y todos nos complementamos.

La solidaridad es innata en los seres humanos, y de allí el origen de la sociedad comunitaria primitiva. En ella, cuando el ser humano formó familia, ya no sólo luchaba por sí, sino que además lo hacía por aquellos que constituían su familia, llegando, de ser necesario, a dar su vida por ese amor. La humanidad entonces, se encontraba en el primer grado de amor colectivo demostrado en la solidaridad entre los miembros de una familia, clan o tribu. AMOR A LA FAMILIA del que habría ascendido a superiores grados de amor colectivo, si quienes históricamente se abrogaron el derecho a educar a los pueblos, no hubiesen intencionalmente inculcado en los hombres, errores, dogmas y prejuicios que por siglos estancara a la humanidad en los límites restringidos de la familia, sin importarle de las necesidades, angustias y padecimientos de las otras familias; a pesar de que en todos los tiempos, hombres revolucionarios y moralistas, enseñaron con su ejemplo EL AMA A TU HERMANO, luchando y trabajando por el bien común, más allá de los límites de su familia e incluso de su nación.

En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el concepto familia evoluciona al establecerse el principio de la responsabilidad compartida entre el Estado, la sociedad y la familia, comprendiéndose entonces, que no basta con preocuparnos por nuestra familia, sino que es vital, el preocuparnos por las demás familias, para que todas tengan los mismos campos y los mismos medios de conquistar todo su bienestar; de tener las mismas prerrogativas; los mismos derechos de consumo y la mismas obligaciones de producción; teniéndose así a la sociedad como un almacigo de familias, capaz de producir el 2DO. GRADO DE AMOR, EL AMOR CIUDADANO (o de participación y protagonismo, según nuestra Constitución Bolivariana) por el que, cada uno procura el bien de todos los individuos de la ciudad o comunidad, lo mismo que si se tratase del hogar; sólo que ahora se hace con mayor libertad, más independencia y con más magnificencia y descanso, porque se hace con la cooperación colectiva de quienes se reconocen ciudadanos.

La virtud innata de la expansión impulsa a quien ya comprende y convive como buen ciudadano, al ensanche de sus horizontes, y entonces siente la necesidad de sumar sus esfuerzos con los de otras ciudades (3ER. GRADO DE AMOR REGIONAL o de Participación y Protagonismo), ascendiendo al 4TO. GRADO DE AMOR, EL AMOR A LA PATRIA, del cual finalmente ha de llegar y trabajar por el 5TO. AMOR O AMOR UNIVERSAL, sin fronteras ni parcelas, en el que el hombre, como señaláramos al principio de este escrito, comprende que no hay hombre diferente a otro hombre ni patria que no necesite de las otras patrias, porque todos nos necesitamos a todos y todos nos complementamos, facilitándose la integración de los pueblos, desde los pueblos de manera conciente porque “cuando se tiene un hijo, se tiene todos los hijos del mundo”, sin importar el color de su piel, su religión o nacionalidad.

CONCLUSIÓN: Mientras la educación se apalanque en el individualismo que nos hace egoístas e indiferentes frente al dolor ajeno; las expresiones colectivas de solidaridad no serán la norma, sino la excepción ante los fuertes embates y sacudidas de la naturaleza (huracanes, deslaves, sutnamis y terremotos). Sólo en la medida en que los pueblos avancen de manera conciente y corresponsable desde el amor de familia al amor universal, la solidaridad como expresión de amor dejará de ser exclusiva de quienes conforman las vanguardias revolucionarias para convertirse en sentimiento habitual, espontáneo y fraterno de la humanidad, permitiéndonos convivir y ser, lo que en verdad somos: la familia humana.

(*)Abogado y Coordinadora Nacional del Movimiento de Participación Comunal, asociación de carácter social y participativa de la República Bolivariana de Venezuela.

Palabras Claves: Solidaridad, Amor, Humanidad, familia, corresponsabilidad, constitución, patria, universal, ciudadano, sociedad, Estado, participación, protagonismo.

aurapina@yahoo.com




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