El Partido

El PSUV es una agrupación reciente. Es un partido nuevo con ideas frescas que se esfuerza en interpretar la realidad venezolana y latinoamericana desde la propia raíz del pueblo. Es el legado más importante, después de la Constitución Bolivariana, que dejó el Comandante Chávez. Es una agrupación donde se reconocen los distintos orígenes y tendencias de quienes tomamos la sabia decisión de servir a Venezuela, a su pueblo, a su gente humilde, sin reclamar nada.

Antiguos militantes marxistas, leninistas, bolivarianos, socialdemócratas de amplio abanico, socialcristianos, seguidores de la Teología de la Liberación, medioambientalistas, luchadores sociales de barriadas y zonas rurales, sindicalistas honestos y bravíos, gremialistas, educadores, docentes universitarios, curas de barrios y de cárceles, mujeres organizadas en defensa de sus derechos, reclusos, jóvenes sin oportunidades, profesionales de distintas disciplinas, militares patriotas de las distintas ramos de las fuerzas armadas, grupos de la diversidad de género, así como organizaciones de distintas preferencias, convergieron en el Partido Socialista Unido de Venezuela para dar su grano de arena en la gigantesca tarea de Construir y Refundar la República, gracias al esfuerzo y al ejemplo de Hugo Chávez Frías.

Son numerosos los procesos eleccionarios que hemos asumido como Partido, como PSUV y en cada uno de ellos nos jugamos a Rosalinda, es decir, sabemos que frente a un adversario tan poderoso y manipulador tenemos una sola opción: Vencer, y así lo hemos hecho y asi lo seguiremos haciendo.

Entre 1936 y 1998 transcurren 62 años durante los cuales la izquierda no logra acaparar la atención de la mayoría de nuestros compatriotas. Los debates al interior de las distintas y minoritarias organizaciones que se reclamaban del marxismo leninismo atribuían ese aislamiento, esa desconexión con el pueblo, a los orígenes pequeños burgueses de muchos de sus dirigentes, al carácter clase media de sus militantes, al enfoque universitario, intelectual, foquista cuando vivimos el eco de la Revolución Cubana, a la tendencia a las asonadas castrenses, al brouderismo, a la vinculación con la Unión Soviética y pare de contar. Lo tal era que nadie acertó, a lo largo de esos penosos 62 años que le tocó padecer a Venezuela, a dar con la fórmula para llegar al poder siendo izquierda y al igual que los enigmas en Matemáticas o en Física, que son bastantes, nadie conocía la fórmula para resolver el enigma.

Y como en el punto cubano del cantor Carlos Puebla, llegó el Comandante y mandó a parar. Pero no se trataba de cualquier comandante. La aparición de Chávez en 1992 y su triunfo arrollador en 1998 sirvió para despejar la incógnita Algunos camaradas aplicando la síntesis que emplean los publicistas impusieron el término La ecuación Chávez para referirse a ese despeje de fórmula que durante seis décadas devanó los sesos de valiosos revolucionarios, con verdadera alma de patriotas que dieron lo mejor de si para lo que ellos fue una utopía. Un líder excepcional para su tiempo le señaló al pueblo su camino y el Pueblo supo corresponder

Un breve alto para rendir homenajes a hombres y mujeres, nacionalistas, revolucionarios, internacionalistas y antiimperialistas simbolizados en ese arcoíris de esperanzas que brotó en Pío Tamayo y fecundó en los mártires asesinados por las hordas fascistas en las jornadas de abril de 2013 a raíz del triunfo del compañero Nicolás Maduro.

El PSUV que desafía a la derecha vernácula en las elecciones del mes de diciembre debe tener presente las palabras de Lenin: “no es posible realizar la revolución sin un Partido estrictamente centralizado, disciplinado, capaz de dirigir y gestionar cada rama, cada esfera, cada variante del trabajo político, social, cultural”.

Nuestra Consigna es y será ¡Unidad, Lucha, Batalla y Victoria!

lucartjesus@yahoo.es


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