A quienes piensan que Chávez los mira desde el más allá

A quienes piensan que Chávez los mira desde el más allá, pero sin embargo traicionan sus enseñanzas humanistas, les cabe la siguiente advertencia: Si el oportunismo de los ambiciosos es la ley que prevalece y la recomendación al nuevo líder es bloqueada por actores invisibles, es porque existe un rígido anillo de aduladores como aquel que rodeaba a Stalin cuando gobernaba Rusia y se le prestaban alabanzas más allá de sus aciertos o errores. Con la llegada de su sucesor (Kruschev), los estalinistas de la aristocracia condenaron al difunto mandatario como brutal dictador.

Nadie recordó el triunfo soviético en la segunda guerra mundial contra Hitler, Mussolini e Hiroito, ni la sobresaliente industrialización que fomentaba inclusión social. En efecto, mientras el rígido anillo está en el poder, se empeña en aislar al jefe para que no pueda escuchar las advertencias ásperas pero sabias de los individuos honestos y desinteresados. Como bien lo manifiesta nuestro pueblo: No todo el que nos aplaude es amigo, ni todo el que difiere es enemigo.

Es por esto que con prodigiosa claridad se compara con las focas del circo a quienes desde el puesto de subalternos aplauden incondicionalmente las peores impertinencias de sus jefes. Obviamente la hipocresía y la adulancia nunca podrán ser directrices que conduzcan a la humanidad hacia el desarrollo.

Cuando la nueva vanguardia no termina de diferenciarse de la vieja que ha sido desplazada (o al menos contrarrestada), se configura un conservador escenario de confrontación entre dos burguesías, es decir, una emergente que aspira la hegemonía y otra tradicional que busca recuperar sus perversos privilegios. En tales circunstancias es la clase popular la que con una o con otra, permanece marginada y termina votando por aquella burguesía que parece más humanitaria (socialmente más sensible) o la menos mala.

Lo que en política llaman “derecha”, está representado por personas que practican o toleran relaciones de dominación entre los seres humanos y se oponen a cualquier cambio que procure la igualdad social. Esto explica que si hay un chavismo de esmoquin, se le deberá oponer siempre un chavismo popular. Nadie nace en la derecha, ésta es una cosmovisión que se aprende en el régimen social en que vivimos y plantea que quienes tienen el poder económico son los dueños de la libertad, el bienestar y el acceso a las mejores oportunidades.

La derecha es un fenómeno propio de la corruptibilidad del individuo y por ende todo colectivo humano (no sólo los partidos) es susceptible a su influencia. Esta implica un sistema de dogmas y conductas despreciables (inclusive crímenes) en diversos ámbitos sociales, por ejemplo: De rancia derecha es el gerente, aunque se vista de rojo, que aplica psicoterror laboral y tratos humillantes a sus subalternos en nombre de una jerarquía abusiva incompatible con los valores comunitarios.

También el administrador corrupto que cobra comisiones o se aprovecha de los bienes del pueblo. Incluso en los partidos políticos de la izquierda histórica (de los cuales se espera que sean lo más opuesto a la derecha) existe siempre, en mayoría o minoría, un sector derechista cuyo comportamiento contradice su teoría social. Ejemplo el Partido Comunista (esta vez el de Bolivia) que se negó a prestar apoyo al Che Guevara y facilitó su asesinato.

Se trata de la misma calamidad de los tiempos de la funesta Perestroika que impuso a la clase burocrática como nuevo bloque dominante sobre el resto de la sociedad. Según esta lógica, los capitalistas son armónicamente sustituidos por nuevos burócratas, con iguales poderes plenipotenciarios en un régimen continuista de la desigualdad donde irremediablemente unos deben mandar y otros obedecer, sobre todo en el ámbito del trabajo.

Quienes desprecian el ideal de un Estado Social de Derecho y de Justicia, aspiran que las órdenes no se discutan y que el subalterno adopte la sumisión como norma para sobrevivir. Son agentes desfasados de la época revolucionaria, afectados por un instinto esclavista más anacrónico que el de la propia Burguesía, la cual en su particular Derecho ya consagró instituciones como el Debido Proceso, el Derecho a la defensa, el Derecho a ser oído, la Presunción de inocencia, la Apelación y hasta el Recurso de Amparo en casos de indefensión.

Lo deseable es la concreción de una revolución social original que permita a los venezolanos trascender a la situación de una vanguardia auténticamente popular ejerciendo el poder, dicho de otro modo, una dirigencia que por su praxis demuestre su pertenencia y nexo con las clases insurgentes que se oponen al capital y a la explotación del hombre. Por esto es inadmisible que donde noblemente se lucha por la igualdad, se toleren aberraciones contrarias al socialismo, como la conformación de nuevas elites.

En definitiva ratificamos que el camino de la transformación social es largo y arduo, pero al mismo tiempo sabemos que las únicas posibilidades de triunfo revolucionario dependen de que se instaure un sistema igualitario que fomente nuevas relaciones sociales y económicas basadas en justicia social para el protagonismo del pueblo y la clase trabajadora. Será cuando se concentren todos los esfuerzos por implantar la hegemonía del pueblo, que la superación de los ciudadanos nacerá de la actividad personal y asociativa pero nunca de la expropiación del trabajo de los demás.

Hipocresía, oportunismo, egocentrismo, mercantilismo, colonialismo, consumismo, trata de personas, plutocracia, populismo, mesianismo, despotismo, sectarismo, cogollismo, nepotismo y megalomanía son desviaciones derechistas. También lo es el eurocentrismo al menospreciar que seis de cada siete habitantes del planeta no son caucásicos; así como la criminal pederastia hoy descubierta en miles de sacerdotes católicos. Porque la derecha es la negación de los derechos humanos, seamos la izquierda revolucionaria que la confronte para defender la Revolución Bolivariana y la vida digna en el planeta pluripolar.


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Jesús Silva R.

Doctor en Derecho Constitucional. Abogado penalista. Escritor marxista. Profesor de estudios políticos e internacionales en UCV. http://jesusmanuelsilva.blogspot.com

 jesussilva2001@gmail.com      @Jesus_Silva_R

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