la revolución en la sensibilidad: la indolencia ante la necesidad del otro en nuestro sistema de salud, un homicidio culposo

Los problemas en servicios de salud y la seguridad social para la salud ocupan el centrimetraje de la prensa política sensacionalista amarillista, tanto en temporadas electorales o poselectorales , ocupan tradicionalmente los “termómetros” de eficiencia, aceptación popular y logros en servicios de salud de los gobiernos.
Seguimos el criterio lamentable del esquema de políticas asistencialistas de la segunda postguerra del siglo XX, el programa sanitario de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero, PERO a partir de este mismo esquema, nos proponemos en este país trasformar la realidad de las políticas en salud para nuestro pueblo. PERO, no cambiamos, no transformamos el ESPIRITU de la gestión mas allá de la palabra, traicionamos cada día el espíritu-fin político de la revolución: el amor al otro.
Por avatares de la vida familiar, me entero de las políticas internacionales y Programas para Las Enfermedades Especiales y en ello lo que tiene que ver LA SEGURIDAD EN SANGRE, termino un tanto vampiresco como todo lo médico para tratar los problemas relacionados a los requerimientos de plasma sanguíneo humano de pacientes por ejemplo HEMOFILICOS. ¿Alguien sabe que es esto? Solo sus familiares. ¿Alguien conoce sus riesgos, su incidencia, sus problemas ante un accidente?
Mas aun, las políticas para pacientes de enfermedades ESPECIALES (tan especiales que son una minoría) siguen dependiendo de donaciones de la empresa privada farmacéuticas y otras que se diversifican en los negocios relacionados con la salud. Y nuestro país no es la excepción. Aquí la regulación del suministro-como debe ser-esta a cargo del MPPSalud y el IVSS.
Este periplo contextual rodea la INEPTITUD E INDOLENCIA de responsables regionales de Bancos de Sangre y Hematología, como en el caso concreto del IVSS Mérida, que nos permitió palpar la ETICA DE LA INSENSIBILIDAD desde la INDOLENCIA ante un requerimiento urgente relativo al factor IX para Hemofilia B.
La burocracia sanitaria indolente e impune que permanece asentada en nuestro gobierno, que detenta un triste poder sobre las personas enfermas a quienes deben servir pone en reflejo inverso la revolución amorosa: QUIEN LABORE EN UN SERVICIO PARA A LA SALUD DE OTROS TIENE QUE MOSTRAR ETICA DE SERVICIO, si no cumple este actitud (o perfil como se gusta decir para mostrar objetividad “taylorista”), cometerá el burócrata muy seguramente homicidios culposos, y sus jefes serán cómplices siempre.
¡Ni Burócratas ni Capitalistas!



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Carina Salazar


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