Las relaciones gobierno bolivariano-burguesía local

Aquí no hay burguesía nacionalista

En muchas oportunidades en los últimos meses hemos escuchado a los principales dirigentes del proceso bolivariano, entre ellos el Presidente Nicolás Maduro, sosteniendo que estamos en una guerra económica; me parece una caracterización correcta, porque la burguesía local logró recuperar la iniciativa política y económica mediante el desabastecimiento del mercado interno de Venezuela, esto en el marco de la intensificación de la lucha de clases ocurrida en el contexto de las elecciones presidenciales del presente año

En ese sentido, la burguesía local a partir del desabastecimiento promovió condiciones materiales que en conjunto con otros factores generaron la reducción de la brecha electoral entre el candidato bolivariano, el actual Presidente Nicolás Maduro, y el ex-candidato neoliberal y pro-imperialista Henrique Capriles Radonski; pasando de una ventaja de 1.600.000 mil votos obtenida por el Comandante Supremo Hugo Chávez en octubre de 2012 hasta una de 230.000 mil votos en abril de 2013. La referida situación político-electoral ocasionó que el nuevo gobierno bolivariano empezará con debilidades las cuales deseaban ser aprovechadas por la derecha neoliberal a través de una estrategia política golpista y destituyente, que incorporó la violencia generando 15 militantes bolivarianos asesinados y varios centros de salud incendiados.

Ante un conflictivo escenario post-electoral caracterizado por la persistía del desabastecimiento de bienes de primera necesidad como una estrategia de la burguesía local en conjunto con el desconocimiento de la derrota electoral por parte de su ex-candidato Henrique Capriles Radonski, el gobierno bolivariano correctamente decidió desarrollar un conjunto de encuentros con sectores de la referida burguesía, entre ellos la publicitada reunión con el lumpen-burgués de Lorenzo Mendoza. Esto incentivó que al menos en términos perceptuales se identificará al gobernador ausente del estado Miranda como un dirigente político aislado, sin embargo promovió la sana preocupación de los revolucionarios alrededor del carácter de clase del gobierno presidido por Nicolás Maduro.

Entonces, planteamos que el acercamiento táctico con sectores de la burguesía local me parece una estrategia acertada, pero que en lo estratégico considerar a la clase social mencionada como parte esencial del desarrollo de las fuerzas productivas nacionales es un grave error no solo teórico sino político que evidencia la hegemonía de los núcleos burgueses dentro del bloque de poder bolivariano. Por ello, los militantes de la izquierda chavista debemos disputar la orientación de la política económica del nuevo gobierno bolivariano, denunciando que continuar privatizando la renta petrolera a partir de formas de distribución de la misma en la cual se privilegia a la burguesía burocrática implica mantener la dependencia con los importadores privados y además obstaculizar un desarrollo autónomo de la economía nacional.

La burguesía local, burocrática y lumpen, en toda su historia petrolera viene reproduciendo procesos de acumulación de capital que surgen de la apropiación de la renta petrolera, esto porque nuestro Estado burgués la privatiza mediante créditos con tasas de intereses mínimas, dólares subsidiados, preferencias fiscales, contratos públicos, seguros médicos para sus trabajadores en centros de salud privados, entre otras políticas. La burguesía venezolana, nunca fue productiva y nunca lo será porque para ella es más rentable importar y especular que producir, algo que originaria la ampliación cuantitativa de la clase trabajadora. Realidad que genera pavor en la burguesía local, por eso ella prefiere importar con los dólares recibidos por el Estado mediante la exportación de petróleo para después vender lo importado a altos precios los cuales se sustentan por la capacidad adquisitiva creada por los planes sociales del Estado. “Nuestra” burguesía es totalmente parasitaria.

El Comandante Supremo Hugo Chávez anteriormente y ahora el Presidente Nicolás Maduro, a lo mejor por la condición de clase del bloque de poder que sustentó y sustenta sus respectivos gobiernos, soñó y sueña con crear una burguesía nacional desarrollista, anti-imperialista y progresista algo totalmente irreal para Nuestra América dependiente que fracaso en el México de Lazaro Cárdenas, en el Brasil de Joao Goulart, en la Argentina de Juan Domingo Perón, entre otros. Aquí, en Venezuela, siempre tuvimos y tendremos una cuerda de burgueses con sus respectivas empresas de maletín esperando que le entreguen dólares, contratos y créditos desde el Estado.

En conclusión, tenemos dos opciones: La revolucionaria; desarrollar las fuerzas productivas nacionales mediante el fortalecimiento de las capacidades económicas del Estado y de las organizaciones productivas de las clases subalternas o, por el contrario, la oportunista la cual supone seguir entrampados en el capitalismo dependiente rentista petrolero con sus hábiles burgueses que se hacen pasar por nacionalistas o, peor, socialistas para recibir la renta petrolera privatizada por el aparato estatal en medio del desabastecimiento creado por ellos mismos con los bienes importados con las divisas de todas y todos los venezolanos.

@omargvazquez



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