LUMPEN fue el nombre con el que se denominó a esa masa del pueblo que se movía solo por apetitos materiales, que se rebuscaba con los beneficios de la revolución sin cambiar su forma de pensar, solo les importa mendigar y vivir de las oportunidades. No tienen ni quieren tener conciencia social, conciencia de clase o nada que los comprometa, lo suyo es el rebusque donde sea sin respetar principios o pensar de forma crítica. ¡Si ya Chávez les dio una casa, Maduro no les dará otra, así que mejor votamos por Capriles a ver que le sacamos! Así piensan, esto es un remanente adecopeyano, es la dominación de la clase trabajadora que se acostumbró a que el Poder lo ejerza quien lo explota, pues se autoflajelan y piensa sobre si mismos que: “no son capaces de gobernarse ni que lo merece, para eso estudiaron los burgueses, yo viviré del rebusque y de sus dádivas.”

El término Lumpenproletario es creado por Carlos Marx en su libro “La ideología alemana” (1.845) Luego en 1.851 Marx dice que en los sucesos de la caída del Bonapartismo, la clase obrera y trabajadora que habían logrado ser progresistas, fueron derrotadas por el lumpenproletariado que se manifestó apático y regresivo.

Como Lumpen se distingue a la población sub proletaria, que no trabaja y que está al margen la ley sobreviviendo de la prostitución y la delincuencia, cuya única relación con el estado es la de exigir beneficios a cambio de nada, prostitución política que se convierte en fuerza enemiga de cualquier revolución.

El deber arduo de la Revolución Bolivariana es tener conciencia del enorme compromiso de generar conciencia de clase en este sector lumpen que ha sido favorecido pòr nuestra revolución. No hacerlo implica resultados tan enojosos con ver tocar cacerolas a quienes han sido beneficiados por la Gran Misión Vivienda Venezuela.

Si darles un apartamento y un nivel de vida a quienes vienes del hueco de la miseria no se hace dándoles primero que nada conciencia de clase y compromiso de lucha y de inclusión en su clase social, estaremos criando cuervos que se sentirán ahora oligarcas de pésimo cuño.
La revolución debe darles casa y trabajo y darles esto debe darles también la obligación de pagar los beneficios recibidos, para de esta manera romper su condición de lumpen a quienes creen de forma ingenua que “un nuevo presidente les dará más de lo que ya el gobierno actual les dio”.

Yo si estoy de acuerdo en que cada beneficiario de la Gran Misión Vivienda reciba inclusión laboral y asuma el compromiso de pagar su casa. La revolución de prodigar felicidad a cambio de conciencia y compromiso social, no otra cosa.

La Revolución Bolivariana no es crear una sociedad de beneficencia, es crear el Poder Popular de la Clase Obrera y trabajadora.

Corrijamos los errores, hagamos entender a quienes están creyendo que Capriles será un nuevo Chávez, que con solo aumentar la tasa de interés bancaria para la obtención de viviendas, todas y todos los que hoy han recibido su casa, terminarán de nuevo en la calle. Que entienda que solo en socialismo se avanza hacia una sociedad que puede darles felicidad solo y solo si, a cambio del compromiso social y la militancia revolucionaria del pueblo que recibe su vivienda.

¡Chávez vive, la lucha sigue!