La ultraderecha amarilla es quien manda en la MUD y desea una guerra de ojo por ojo contra los revolucionarios. Han escogido a la Asamblea Nacional como epicentro de sus acciones provocadoras. A falta de apoyo militar para una nueva aventura golpista, buscan ahora un escándalo con proyección internacional para mostrar un ambiente de ingobernabilidad que justifique la intervención estadounidense.
Democracia, prudencia, serenidad y diálogo dirigido a la conciencia de la mayoría popular deben ser las armas de la revolución contra los golpistas asalariados de la burguesía. El pueblo ve, juzga y pasa factura a los lobos cuando dejan de usar el traje de caperucita.
La ida de Chávez causó al oposicionismo una sensación de cercanía a la toma del poder, ello influyó en el alza de su votación este año e impulsó a sectores del fascismo que desprecian los derechos humanos a ensayar violencia para atemorizar a las instituciones públicas (CNE y TSJ) a su favor.
Derrotar ese plan exige que el pueblo y su dirección política revolucionaria mantengan abiertos los canales democráticos para provocar que las bases opositoras abran los ojos y se desinfle la campaña de odio que busca derrocar al Presidente. La batalla debe ser ganada con debate y agua fría a los “cabeza caliente”.
El derrotado ha presentado un pasticho de casi 200 páginas para impugnar la elección, sus abogados ignoran que el sufragio venezolano es automatizado y todo experimento manual es inconstitucional. Basta interpretar el artículo 398 Carta Magna en concordancia con la Ley Orgánica de Procesos Electorales.
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Constitucionalista. Profesor de estudios políticos e internacionales UCV
@Jesus_Silva_R
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