Lógica opositora

En la rueda de prensa ofrecida ayer por el candidato opositor a medios nacionales e internacionales, pudimos ver y escuchar el desarrollo de un guión preparado desde antes de las elecciones, en el cual las ansias de la derecha por alcanzar el Poder Político se imponen. Sin importar las consecuencias que su conducta presente tenga en el futuro para nuestro país; se manipulan los hechos y se tuerce la realidad.

Prevalido y amparado por una amplia cobertura mediática (eso sí, sin la presencia de medios públicos ni comunitarios) que luego sirve para ejercer presión sobre el Gobierno Bolivariano desde el extranjero, el candidato opositor hizo una serie de señalamientos, que, más que denuncias, son medios para deslegitimar al Órgano Electoral (CNE) y mecanismos para pretender lavarse las manos ante los asesinatos de siete venezolan@s, innumerables destrozos en bienes de uso público, en Instituciones y centros de salud, asedios y hostigamientos a residencias de funcionarios, realizados por quienes, desde su opción, atendieron el llamado irresponsable “a tomar las calles” hecho por el propio candidato en la noche del 14 de abril, cuando prácticamente se autoproclamó ganador del evento electoral, llamando a la defensa del voto.

Pidiendo confianza en su persona, intentó deslindarse del sector más violento de la derecha, declarando que los violentos no tienen cabida en su opción, olvidando que ser dirigente implica estar consciente de la responsabilidad que le corresponde en la orientación de sus seguidores y que su llamado a tomar las calles tendría esas nefastas consecuencias. Cabría preguntarse: Confianza: ¿en qué? ¿cuáles son las razones? ¿acaso la solicitud de intervención extranjera basada en la solicitud de auditoría presentada ante la OEA? ¿ la solicitud de firmas para apoyar desde Estados Unidos su exigencia de conteo manual? Cabría preguntarse: ¿eso es nacionalismo? ¿es esa la actitud de quien nominó su Comando de Campaña con el nombre de nuestro Libertador Simón Bolívar? ¿puede confiarse en quien prefiere dirimir un asunto tan importante como éste ante instancias internacionales sin haberlas presentado ante los órganos nacionales correspondientes? ¿qué se oculta con esa actitud? ¿se imagina siquiera las consecuencias de tan irresponsable conducta? Como abogado, estoy segura que conoce los mecanismos de impugnación que corresponde utilizar.

Para justificar el desconocimiento de los resultados electorales, hizo una serie de denuncias genéricas respecto de supuestas irregularidades que no resisten el más mínimo análisis lógico para concluir que son mentiras y/o manipulación de la verdad; habló de máquinas dañadas; de retiro de testigos que luego regresaron(¿?); de voto asistido; de supuesta inclusión de fallecidos en el Registro. Omitió, eso sí, decir que se contaba con máquinas para atender la contigencia; que tuvo testigos en todas las mesas, de la existencia de catorce auditorías donde estuvieron presentes sus representantes, además de la presencia de observadores nacionales e internacionales; circunstancias e instancias ante las cuales podrían haberse hecho los correspondientes señalamientos.

Se victimizó el candidato opositor al solicitar “cese de persecuciones”; olvidando señalar cuáles, quienes y cómo son perseguidos. Pretendió responsabilizar al gobierno bolivariano por los sucesos de violencia, basado en rumores y suposiciones.

Expresó que el gobierno debía dedicarse a resolver los problemas de la población, obviando su corresponsabilidad en esa tarea como Gobernador de Miranda, donde el Consejo Legislativo plantea el abandono de su cargo. Con una actitud mezcla de orgullo de clase y frustración ante los resultados, expresó que ya el día 16-04 “debía estar tomando medidas para aumentar la producción petrolera” vinculando el eventual aumento con progreso para el país. Nos preguntamos: ¿es acaso el aumento de la producción el camino para el progreso? Desde la lógica más elemental, ello sólo serviría para bajar el precio del barril. Y si eso es así, ¿cómo hacerle frente al aumento general de salarios prometido durante la campaña, declarado como de imposible cumplimiento por Fedecámaras, uno de los factores que lo apoyaron y continúan apoyándolo? Queda en evidencia su campaña de manipulación y mentira.

Evidenció su frustración al intentar descalificar al Presidente Constitucional Nicolás Maduro llamándolo “Ilegítimo”, “falto de liderazgo e ideas” y planteando la tesis de “insania mental”. El mismo guión utilizado con el Comandante Hugo Chávez, que no les funcionó y que tampoco ahora funcionará. Hay un profundo desprecio y descalificación en esas afirmaciones, tal y como ocurre con los algún@s medios de comunicación privados y periodistas, que se refieren al Presidente Nicolás Maduro como “Presidente Encargado”.

Eso es desconocer el Estado de Derecho, porque quien canta el ganador en el Bingo, no es ninguno de los portadores del cartón, sino el árbitro, es decir, el CNE. Y el CNE, realizada la jornada electoral, realizados los escrutinios, verificados y auditados los resultados en el porcentaje que como Poder autónomo ha fijado, procede a la proclamación de quien ha obtenido el mayor número de sufragios. Y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que uno de los principios que rigen el Poder Electoral es el de la celeridad. Ello ocurrió; el CNE proclamó Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela a Nicolás Maduro Moros. Absolutamente Legítimo. No sólo con legitimidad formal, sino con la legitimidad material que le otorga la participación de un 78% de la población electoral. Así como a raíz de los resultados electorales del pasado 16D, con ese mismo CNE, ud. resultó proclamado Gobernador del Estado Miranda. Igualito.

Después de haber llamado a sus seguidores a tomar las calles en la noche del mismo 14A, no pretenda hacer creer que la celeridad del CNE, responde a intenciones ocultas. Eso es golpismo. En esta Venezuela, gracias a Dios y a Chávez, con la Constitución aprobada en 1999, contamos con una estructura jurídica coherente expresada en Instituciones cuya finalidad última es un Estado Social de Derecho y Justicia y un pueblo dispuesto a defenderla.

Es su derecho intentar las acciones que, a su juicio, estime que le corresponden. Hágalo, no se vaya por las ramas. Y acepte no sólo los resultados, sino las consecuencias de sus actos. Eso es Responsabilidad. En Democracia, basta con un voto para marcar la diferencia entre ganador y perdedor.

evecorvo@gmail.com

Abogada Profesora UC


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