A veces hace falta el látigo de la contra-revolución,

para que la revolución avance.

León Troski


La pasada elección del 14 de Abril debe llamarnos a una seria evaluación y reflexión. Ganamos, si, pero ¿fue ésta una victoria perfecta?, Nooo, ganamos de vaina, el margen de diferencia entre los dos candidatos fue muy estrecha y quiero me disculpen mis compatriotas por ser aguafiestas, porque aún cuando estoy contenta porque valió la pena el esfuerzo para lograr ganar esta nueva batalla, debo confesar aunque parezca contradictorio, que no tengo que celebrar esta pírrica victoria con cohetes y fuegos artificiales. Hace un mes se nos fue nuestro máximo líder, quien fue el más severo crítico de su gestión y quien nos llamaba todo el tiempo a revisar y corregir las fallas de este proceso de cambio y estoy segura que él aún estando contento con estas elecciones, no las hubiera celebrado sino hubiese llamado a evaluar, rectificar y corregir para seguir impulsando la revolución y el socialismo.

Ahora bien, sabemos de sobra que en estas atípicas elecciones no teníamos que esperar que el resultado fuera el acostumbrado en todos estos años, por cuanto no fue el grande de América quien se midió, sino su elegido como garante de su legado y por quien juramos proteger con nuestros votos; también sabemos que aunque Nicolás no posee la simpatía, el carisma y el liderazgo del comandante, cualidades que no se transfieren de un ser a otro como si fueran accesorios, nosotros como pueblo agradecido debimos trabajar arduamente para garantizarle con éxito la presidencia, pero además sabemos, que para ganar unas elecciones se debe poner a trabajar al cien por ciento toda la maquinaria del partido que impulse y ayude a conseguir los votos necesarios para lograr esa victoria perfecta y en eso creo que le fallamos, porque de nada valió tanto juramento si las acciones no comulgaron con la predicación. Sería bueno y sano hacer una evaluación con críticas constructivas a fin de que revisemos, rectifiquemos y cambiemos lo que haya que cambiar.

Hemos de acotar que en el corto tiempo de la campaña política electoral, la guerra mediática de la canalla fue muy sucia en su ataque hacia Nicolás y a todos los miembros de los organismos del Estado (los enchufados), sobre todo al CNE y el contra-ataque por parte nuestra fue demasiado débil e ingenuo, sabiendo que ellos cuentan con medios radiales y televisivos más potentes fuera y dentro del país, sin mencionar la notoria ventaja en la prensa escrita.

Por otra parte, debemos hacernos un acto de contrición real como revolucionarios, reflexionar y reconocer que no trabajamos lo suficiente para lograr el éxito en estas elecciones, que verdaderamente no hicimos las bases el trabajo para conseguir los votos en el 1x10 ni incitamos y estimulamos a los beneficiados de las misiones y otros programas del gobierno revolucionario para que salieran a votar y nos dejamos llevar por el triunfalismo, esto aunado a las realidades cotidianas, la guerra mediática constante, el sabotaje eléctrico, el acaparamiento y escasez de alimentos, la ineficiencia en la recolección de la basura, la inflación y devaluación de la moneda, la ineficiencia en algunas instituciones del estado (todas éstas acciones mata-votos) y sumado a la ausencia del gran líder, le hicieron en estas elecciones la cuesta a Nicolás más difícil y más pesada, gracias a Dios, diría mi abuelita. Ganamos.

Ahora bien, estoy segura que muchos y muchas compatriotas dirán que esas menudencias en este momento son intrascendentales, comparado con todos los beneficios que le ha ofrecido la revolución al pueblo, pero allí era cuando nuestro comandante decía “hay que tener siempre presente los pequeños detalles” y éstos por pequeños que sean en tiempos de campaña electoral repercuten en la intención del voto.

Así mismo, a nuestro partido y quienes en él militamos sería prudente nos planteáramos lo siguiente ¿qué estamos haciendo para que la eficiencia y eficacia tan solicitadas por el comandante, sean los primeros valores que llevemos como estandarte en esta revolución? ¿La gestión de los gobiernos regionales y municipales está dándole respuesta al pueblo? ¿Cuándo es que van a comenzar a ser verdaderos servidores públicos y no a esperar que el pueblo les sirva? ¿Cuándo éste va a ejercer contraloría sobre las gestiones de gobierno si muchos de sus militantes son los que gerencian las instituciones? ¿Por qué no se ha establecido seriamente la escuela de cuadros para blindar la revolución y el socialismo del siglo XXI? y por último ¿Cuándo va a permitir que se hagan críticas sanas que sirvan para construir, sin estigmatizar y execrar al que las efectúa?

Ahora más que nunca hay que aplicar las 3R y no seguir creyendo que cuando se hace una crítica es porque somos contra-revolucionarios; hay que evaluar ¿Por qué la oposición aumentó ocho mil y pico de votos que no son de oligarcas, mientras nosotros los redujimos?¿A qué se debió la abstención?. Basta ya de esconder la cabeza como el avestruz y dejar pasar las cosas sin tomarse los correctivos pertinentes. La trillada consigna “No volverán” ya lo que me provoca es risa cuando la oigo, porque los carajos fascistas los tenemos metidos en todos los organismos del Estado, en la Asamblea Nacional, en las gobernaciones, en las alcaldías, etc, etc, etc, amén de los quintas columnas en gestiones de responsabilidades menores.

Y finalmente, mi pobre y amado comandante debe haber llorado cuando vio el resultado de esta batalla electoral. No creo que debamos pagarle de esta forma; no creo que ese haya sido el juramento que le hicimos las millones de personas que por frente a su féretro pasamos, pero sí creo que más van a llorar los ignorantes, mal agradecidos y pseudos oligarcas que no fueron a votar o que votaron por el apátrida, espurio y mal nacido Capriles, porque de haber ganado éste, las lágrimas hoy serían de sangre y muerte al ver como este fascista acaba con todo lo trabajado con tesón, obstinación y amor por el líder supremo en estos catorce años.

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