Ganó Maduro, ganó Chávez. No podemos seguir con ese jueguito de "sí pero no" de la oposición

Las elecciones presidenciales del domingo próximo pasado (14, abril, 2013) dieron un solo triunfador: Nicolás Maduro Moros y punto. No podemos seguir con “ese jueguito” de “sí pero no” de la oposición venezolana pero ello no deja en el tintero que tratemos de analizar sí es posible hasta el mismo tuétano ¿qué pasó? para así alcanzar ¿Qué hacer? por lo que caben, de entrada, varias preguntas inevitables, crudas, desagradables que necesitan “la respuesta revolucionaria” que, ahora sí, todos y todas los revolucionarios deben darse y ofrecer como “poder popular y comunal” en estos momentos que podrían producir, consecuencialmente, una situación similar a aquella que llevó a la “revolución menchevique” a perder el poder para entregárselo, inevitablemente, a los “bolcheviques”, manteniendo el análisis de la comparación histórica dentro del marco comparativo-teórico pero, necesariamente, precisando que los “chavistas” no somos mencheviques ni que la oposición venezolana sea bolchevique.

En primera instancia es nuestro deber aclarar que hemos escrito el vocablo: “oposición venezolana” y no “derechas y oposición” porque, en nuestro criterio, ahora, como lo demostró el resultado electoral, en Venezuela, ahora sí, ya tenemos una oposición aunque sea “variopinta”. Pero ¿Por qué del asombroso resultado a favor del candidato capitalista (ahora si: capitalista) “reventando” a todas las encuestas y, por ende, a todas las encuestadoras? Cuando los sandinistas perdieron aquella elección, todas las encuestas daban ganador al sandinismo y Jimmy Carter no se quedó para el día de aquellas elecciones. ¿Dónde más ha sucedido que la izquierda, según las encuestas, gana encuestas y pierde elecciones? La Venezuela chavista, una vez más, ha roto todas las tradiciones electorales en países capitalistas pero ello nos obliga a de nuevo reflexionar: ¿Qué pasó?

Pero ¿por qué el supuesto chavismo sufragó a favor del capitalismo y no del nacionalismo-chavista? Ello nos recuerda aquella famosa frase del negro Aristóbulo cuando nos espetó que los y las favorecidos por las Misiones, concretamente, en Guarenas, habían votado por las derechas capitalistas en aquellas elecciones. Ello nos lleva a, no solo objetivamente sino también crudamente, reflexionar dónde nos estamos equivocando y en cuáles temas los estamos dejando en el inconsciente colectivo cuando debemos, sin miedos, traerlos al consciente y analizarlos “sin esos miedos alienantes” porque somos revolucionarios con realidades objetivas político-ideológicas como son el nacionalismo, el chavismo, a favor del internacionalismo con una variopinta gama de ideologías de izquierda. Es decir, se debe realizar un serio, profundo, objetivo y crudo análisis de ese millón de votos que se trasladó a favor de las derechas (ahora sí nos referimos a las derechas). Debemos conocer cómo votaron en cada mesa en las elecciones del 07 de octubre, próximo pasado, cuando triunfó nuestro Comandante en Jefe y comparar esas votaciones, mesa por mesa, con los resultados de este 14 de abril, próximo pasado, para con ello ir conformando el cuadro comparativo para así conocer dónde las votaciones se trasladaron hacia las derechas capitalistas y los porqué de ese traslado y en consecuencia conocer donde hemos fallado para, como reflejo, realizar entrevistas del cómo se ha manifestado el inconsciente de esas realidades sociales y electorales por cruda y desagradable que sean y que nos golpeen; es decir, no podemos, solamente, vivir de los triunfos de nuestro Comandante en Jefe, Chávez Frías, sino asumir, de una vez y por todas, que hay en el chavismo nuevos liderazgos revolucionarios, nacionalista en el marco de la revolución cívica-militar. Es decir, conocer en cuáles paradigmas revolucionarios estamos fallando y/o nos hemos equivocado reiteradamente en el tratamiento objetivo de la Revolución Bolivariana.

Verdaderamente, en el marco del proceso revolucionario ¿hemos triunfado y/o es un paso obligado para la reflexión revolucionaria como en aquel referéndum que nos llevaba a la pérdida de la Revolución Bolivariana? Realmente, Nicolás Maduro Moros obtuvo la mayoría de los votos legítimamente escrutados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), es decir, la mayoría de la sociedad venezolana se adscribe a la Revolución Bolivariana. Pero el candidato de las derechas y de la oposición a la Revolución Bolivariana, señor Henrique Capriles Radonski, le ha declarado “la guerra” a la democracia venezolana cuando no reconoce ni al Presidente electo, Maduro Moros, no reconoce al CNE y no solo no reconoce la voluntad de la mayoría de la sociedad que se expresó a favor de la continuación del proceso revolucionario nacionalista-bolivariano sino que ha declarado “sin tapujos ni cortapisas” que hay que “cambiar este sistema de gobierno” anti-capitalista cuando se refirió a que “…el gobierno [revolucionario nacionalista-chavista] es como un castillo de arena que se está derrumbando…”; es decir, Capriles Radonski está llamando, nacional e internacionalmente, a que se le dé “un golpe certero” al poder chavista para “derrocarlo”; es decir, Capriles Radonski con sus declaraciones está llamando, una vez más, a que se lleve a cabo “el golpe de estado inconcluso” que no pudo consolidarse el 11 de abril del 2002; es decir, con esa declaración pública, notoria y oficial desde el comando de la MUD, avaladas por todos los miembros de la MUD presentes durante las declaraciones golpistas de Capriles Radonski, por y en consecuencia de ellas, nos podría y debería llevar a reflexionar sí ellas [las declaraciones caprileras] podrían tener consecuencias jurídico-legales en el marco de la Constitución Bolivariana y de las leyes nacionales como también en el marco de la juridicidad y legalidad internacionales tanto en el marco de la ya famosa OEA y su tribunal inquisitorial sino también en el seno de la UNASUR, Mercosur y CELAC conjuntamente con las Naciones Unidas y el Parlamento Comunitario Europeo cuando, expresamente, ha declarado motu proprio que no reconoce la voluntad popular ni los resultados electorales del pasado 14 de abril (2013) consecuenciales de esa voluntad popular como lo hemos expresado más arriba sino que reiteró que la realidad actual en Venezuela es de ilegalidad continuada, por tanto, Capriles Radonski, se adscribe a la tesis del “estado fallido” por lo que, por lógica formal e, inclusivamente, dialéctica, su cargo como gobernador estadal tampoco sería de carácter legal-legítimo. En ese marco, esas muy graves expresiones políticas, en sus esencias y reales significados, con ellas, Capriles Radonski, no solo estaría llamando a desarrollar el “golpe de estado continuado” sino también le está haciendo un llamado a las derechas internacionales a que concurran a la intervención militar, económica, financiera, ideológica extranjera en Venezuela según el modelo desarrollado por el Imperio y sus pares en Libia solo por mencionar una sola de las propuestas reales y/o inducidas expresadas por Capriles Radonski en la madrugada del 15 de abril (2013).

Pero regresemos a lo real-objetivo de nuestros errores garrafales. Nosotros mismos somos los culpables de la pérdida de un millón de votos que, según Capriles Radonski, son chavistas y que, probablemente, sí votaron por nuestro Comandante, Hugo Rafael Chávez Frías, en las elecciones del 07 de octubre, próximo pasado. Esos errores no solo están enmarcados en los saboteos continuos y continuados que se fueron realizando durante no solo la campaña electoral sino desde el mismo momento que las derechas conocieron del deceso de nuestro Comandante en Jefe, Chávez Frías, así como también y fundamentalmente por la “matriz de opinión” que se desarrolló con respecto al “desabastecimiento” produciendo una reacción muy negativa “en el estómago” de sectores sociales beneficiados por las Misiones y, cotidianamente, promovida por los sectores sociales de las derechas comunes anti-chavistas para así desarrollar el paradigma ideológico de la “la angustia y el miedo en la conciencia” chavista, supuestamente revolucionaria, que no supimos confrontar con realismo no mágico sino con la repetición de realidades pasadas; no supimos leer el “hoy y el ahora” porque, camaradas, la  sociedad civil vive el día a día en el marco de nuestra realidad socio-económica de una economía importadora y dolarizada.

Un otro factor muy negativo fue “tomar decisiones de Estado” a destiempo. En esta realidad nos permitimos referirnos a la subasta de dólares que, reflexivamente, un conocido nos “puso sobre la mesa” con una objetividad real que nos asombró cuando nos expresó que el monto de la subasta había alcanzado un (1) solo día de exportación petrolera agregando sobre el desconocimiento de a quién y/o quiénes fueron “los beneficiados-bendecidos”. Esas y otras matrices de opinión fueron desarrollando una realidad consciente que el “inconsciente colectivo consumista” de ese millón de votos chavistas que decidieron trasladarse a la oposición derechista venezolana e internacional. Es decir, el aparato ideológico del Gobierno Bolivariano fue superado con creces por el aparato ideológico de las derechas nacional e internacional.

Ganó Nicolás Maduro Moros, ganó Hugo Rafael Chávez Frías. La Revolución Bolivariana ganó las elecciones presidenciales de este 14 de abril, próximo pasado. Maduro Moros echó el resto durante la campaña; demostró que si es el “hijo de Chávez” pero ahora tiene que ser Maduro Moros sin que le tiemble el pulso para tomar decisiones de Estado. Nicolás Maduro Moros deberá decidir cuáles cambios deberá realizar en los centros decisorios del Gobierno Bolivariano; Maduro Moros tiene un compromiso con la Historia futura y no con la Historia que hemos heredado que, con esfuerzo ingente y en sacrificio de su propia salud, realizó nuestro Comandante Chávez Frías quien le ordenó continuar a Maduro Moros con la Revolución Bolivariana. Maduro Moros tendrá que cumplir con las promesas que expresó durante su campaña electoral pero, al tiempo, continuar con el “Plan de la Patria”; Maduro Moros deberá, como lo reiteró en la noche de aceptación del triunfo de los verdaderos chavistas que se irá a recorrer y permanecer tiempos prudenciales Estado por Estado a gobernar y a colaborar con el gobernador estadal sea el “gobernador chavista”, sea “gobernador de derechas” exceptuando el estado Miranda cuya realidad chavista deberá ser desarrollada por Elías Jaua Milano porque Capriles Radonski ha sido maleducado, irrespetuoso, prepotente, soberbio en el trato que exige el Estado Nacional venezolano y las “buenas costumbres” hacia el Presidente (e) y el Presidente electo, Nicolás Maduro Moros, quien como ser humano creado y social tiene suficiente personalidad y dignidad no solo por su investidura sino por su trayectoria política y familiar como para “sentarse en la mesa” a una conversa que no es ni será “pajita dialéctica” porque para ello tiene a su alrededor suficientes cuadros revolucionarios, nacionalista y chavistas que podrían asumir, responsablemente, esas funciones de diálogo guardándose, Maduro Moros, para tomar las decisiones que le convengan al proceso cívico-militar revolucionario, nacionalista y chavista.

Por último, tenemos el tema de “lo real militar” en el seno de la FANB. La FANB es nacionalista y chavista. La FANB es un sólido cuerpo con conciencia real-histórica, con objetivos compromisos nacional-nacionalistas. La FANB como cuerpo social-humano, en su seno, se desarrollan ideas variadas pero nacional-nacionalistas. La FANB está consciente de las realidades objetivas globales que se contienen en Venezuela. La FANB tiene y contienen asimetrías lógicas en el marco de la nueva doctrina militar. La FANB está consciente que hay en mesa una y la contradicción entre los objetivos nacionales y los intereses extra-nacionales de las derechas internacionales que son apoyados por las derechas nacionales cuales se adscriben al modelo neoliberal eurocéntrico al tiempo que, geoestratégicamente, hay realidades inevitables de diálogo que se deberían desarrollar desde el Gobierno Bolivariano con el país del norte en concordancia con lo real-internacional en el marco de la “nueva política Obama” (JVR dixit) conjuntamente con las contradicciones de los acuerdos caribeños y asiáticos.

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Miguel Ángel del Pozo


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