Seamos como Chávez...el radical

No sé ustedes, pero a mí me cuesta dormir hoy. Compartiré algunas notas sueltas de reflexión

Tengo unas ganas tremendas que lleguen los días que sé que están por venir. Días en que la Revolución Bolivariana tendrá que demostrar las que son, seguramente, las principales virtudes políticas que nuestro Comandante Eterno nos legó con su quehacer diario: templanza, sabiduría y fortaleza. Hay que saber leer momentos y situaciones. Entender que estamos bajo el ataque más feroz que hayamos visto desde 2002, es un primer paso extraordinario. La derecha arrecia sus ataques basándose en la idea de que con la desaparición física del gigante Chávez, el mensaje se ha ido también. Considérese ese uno de los primeros puntos desde los que tienen que ser leídos los resultados del domingo.

Enfrentamos a una derecha que es más mediática que política. Su candidato, un hombre cuya propuesta para el país era una lista de mercado con planteamientos demagógicos sin profundidad, es una perfecta demostración de eso. Javier Biardeau no se equivocó cuando lo llamo “Carmona con marketing”.

Que nadie crea que lo que viene no estaba dispuesto. Uno de los principales puntos de la campaña del Comandante para octubre era la optimización de procesos en los distintos niveles de la revolución. Retomar esa propuesta, como bien lo ha hecho el camarada Presidente Nicolás Maduro, es uno de los principales puntos de los días por venir. Si el principal legado de Chávez fue la Liberación Nacional y la reconquista de la Independencia, el reto de quienes los seguimos es darle forma al Estado que de allí se desprende. El Programa de la Patria habla de la superación de la “barrera del no retorno” en el camino hacia el socialismo. La superación de esa barrera pasa por el cumplimiento de una serie de condiciones entre las que, me atrevo a asegurar, que la más importante es la ideológica.

Me detendré en este punto para asegurar sin que me quede ninguna duda, que el camino en adelante marca la necesidad de radicalizar el discurso y la acción revolucionaria. Solo la radicalización permitirá que esta revolución sea capaz de atravesar el cerco ideológico que la derecha mediática y sus slogans han planteado. Ese cerco y esos slogans que en buena medida explican el resultado electoral del domingo. Solo cuando Chávez radicalizo (fue a la raíz), el pueblo pudo asumir control pleno de PDVSA. Solo cuando Chávez radicalizo se pudo desenmascarar la verdadera agenda de los medios de comunicación. Y, si vamos más atrás, solo cuando Chávez radicalizo, este país pudo despertar a la inmensa mentira de que vivíamos en una sociedad donde no existía la exclusión social y donde todos compartíamos felices entre la más absoluta inequidad.

El Chávez radical (ese que declaro la revolución socialista y antiimperialista aun ante los llamados de sectores moderados de la izquierda a mantener un silencio servil ante los atropellos) fue el que retomo el control de la economía y la puso al servicio de las mayorías, el que nos enseñó que los medios cuando son privados no son ni de comunicación ni sociales, el que elimino las fronteras entre civiles y militares y nos hizo un solo pueblo, el que saco a millones de la pobreza… el que nos sacó , como nación, de la oscuridad.

Ese fue el Comandante que yo conocí y el que todos los que asumimos la frase “Seamos como Chávez” debemos ser hoy.

La radicalización ideológica pasa por, finalmente, entrar de lleno a la entrega de las herramientas políticas, económicas y culturales que permitan la toma del poder por parte del pueblo organizado. Buena parte de esas herramientas están (las leyes del Poder Popular son el mejor ejemplo). Politizar su aplicación es lo que permitirá que tengan el carácter que el Comandante les dio cuando las ideo.

Un último tema, que no escapa a lo que vengo planteando, es la revisión de los liderazgos en los diferentes espacios de la revolución. Si hay algo de lo que estoy seguro, es que era ese uno de los primeros puntos que el Comandante atacaría a lo interno de las filas revolucionarias. El camarada Presidente Maduro demandara de toda la ayuda posible en ese sentido. No solo en la identificación de aquellos espacios en los que la tarea no se esté cumpliendo, sino también en el apoyo a los liderazgos que de allí surjan.

La derecha pretenderá que renunciemos o negociemos los ideales del Comandante, haciéndonos caer en la lógica electoral de la democracia burguesa. Si algo tenemos que recordar es que no fue precisamente haciendo concesiones a la derecha que llegamos a este punto de avance en el proceso revolucionario. El pueblo que vota por ellos quiere, en su mayoría, un país como el que el Comandante plasmó en el Plan de la Patria. De ahí que nuestro deber diario es trabajar a brazo partido para hacer ese proyecto de país realidad.

El terreno por ganar es extraordinario. Las sendas abiertas por Chávez hacen que tengamos la ruta clara y las herramientas a la mano. Pero solo radicalizando profundizaremos. Y solo profundizando convenceremos a quienes aún están confundidos y avanzaremos.

Que nadie se llame a engaño ni decaiga en la lucha.

La época de cambio que inauguró el Comandante Chávez, apenas esta comenzando…


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