Este panfleto distribuido por el candidato de la derecha no puede ser más expresivo en su prepotencia y significado. “14 A. Exigimos”.
Señores opositores, ustedes como derrotados por siempre no están en condiciones de exigir nada que no esté establecido dentro de nuestras Constitución. En el supuesto negado de que se cumpliera el milagro y alcanzaran de nuevo el poder, ya no importaría un bledo de que se dieran o no sus cinco peticiones.
Pero como afortunadamente eso no va a ocurrir y su derrota será una vez más aplastante como bien conoce la cúpula opositora, ya están preparando el camino de la violencia negando la validez del voto de un pueblo soberano para lanzar a sus manitas blancas a la calle como los tontos útiles en sus aspiraciones de convocar la violencia y el derramamiento de sangre que justificaría la intervención de los marines yanquis expertos en este tipo de provocaciones.
El pueblo de Venezuela desea la paz. Por tanto exijamos a las autoridades este 14 de Abril con el poder que le confiere la Ley, haga respetar a la oposición los resultados del Consejo Supremo Electoral. Señores del gobierno legítimamente constituido, no les tiemble el pulso si han de tomar decisiones firmes para salvar la democracia en peligro.
Ninguna revolución ha habido en el mundo sin violencia y si hasta ahora el socialismo chavista del siglo XXI la salvó del fascismo en el 2002, no es garantía que en el futuro cercano corra la misma suerte. El enemigo de las clases populares tiene mucho poder y dinero para comprar conciencias y no descansará ni un minuto mientras se lo permitan unas autoridades complacientes con una derecha intolerante que no dudará en la violencia para conseguir sus planes.
Su odio no tiene límites como tampoco sus ansias de revancha, sin importarles la patria a la que pondrían de nuevo de rodillas ante las poderosas internacionales dueñas del mundo neoliberal. Sin caer en triunfalismos, salvemos a nuestro país no solo con la letra de su Constitución, sino también con la mano dura de la Justicia que tanto ansía su pueblo. Dios salve a Venezuela de la canalla fascista. Y eso está solo en nuestras manos.
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