Son falsos aliados, no son revolucionarios. Ayer calumniaron, difamaron e injuriaron a Hugo Chávez, hoy lo hacen contra Nicolás Maduro. A estos pequeños burgueses y egomaniacos que se vuelven locos por salir en pantallas televisivas, incluyendo las de la oposición y del fascismo nacional e internacional, habría que emplazarlos a exhibir públicamente su declaración de patrimonio consignada a la Contraloría General de la República en aras de determinar cuantos contraticos tienen con el Estado venezolano y al mismo tiempo con las empresas privadas opositoras al "régimen".
A estos oportunistas, trepadores, cazafortunas y bígamos de la política (acostumbrados a cobrar en dos o más taquillas) habría que obligarles a rendir cuentas por la millonaria campaña que mostraron en las últimas elecciones internas del PSUV para la Asamblea Nacional en 2010. ¿Quién financia a estos falsos profetas? ¿Quién les mata el hambre a estos tarifados pico e' plata?
Vienen con la misma necedad y payasería de siempre, se autoproclaman de "izquierda radical", "los químicamente puros de la ideología", "eruditos del marxismo", "nuevo Robin Hood urbano", "niño pobre asediado por la boliburguesía", "perseguido por la purga stalinista del PSUV", "crítico irreverente y quijotesco que se juega la vida por un noble ideal", "joven mártir que bajó del cerro y es satanizado por crueles burócratas", el Indiana Jones que escapó del barrio y llegó a Caracas para hacer justicia social", "apóstol del socialismo científico en el siglo XXI", "el hijo de Marx", bla bla bla bla, etc.
Estos insensatos pretendieron hacer ver al prócer Hugo Chávez como un prágmatico dirigente socialdemócrata, un mayordomo de Washington porque no eliminó la venta de petróleo a EEUU, un cómplice de Bogotá porque no hizo detonar una guerra con Colombia, etc... en fin barbaridades que no analizan la compleja responsabilidad y circunstancias de un Jefe de Estado en lo que atañe al interés nacional.
Dicen que si Jesucristo fue difamado por gente de la cual él fue el salvador, nadie puede estar exento de semejantes ultrajes y actos de injusticia. Es así que en tiempos de una favorable etapa de la política venezolana (época del chavismo), donde por primera vez la izquierda revolucionaria es victoriosa pues ahora sí incluye grandes masas, consolida grandes alianzas, gana elecciones, asume las riendas del Estado (el poder), su doctrina es asimilada por inmensas multitudes (millones), y se logran conquistas sociales, económicas y políticas a nivel nacional y continental gracias al liderazgo de Hugo Chávez; reaparecen ciertos izquierdistas derrotados (militar y electoralmente) del período puntofijista (y jóvenes seguidores de su nefasto ejemplo y falsa fraseología).
Vuelven a despotricar contra la Revolución Bolivariana y su vanguardia a pocos días de una elección presidencial donde nuestra independencia, soberanía, democracia y modelo de inclusión social se ven peligrosamente amenazados por la burguesía nacional y el imperialismo yanqui.
Dicen los creyentes religiosos que no hay un segundo Cristo, (no es menester sumergirse hoy en ese tema de deidad) pero sea válida esta alegoría para advertir que en el caso del redentor Hugo Chávez, los ataques por la espalda no fueron menos feroces que contra aquel mártir ultrajado en la cruz por algunos judíos inmisericordes.
Es verdad, siempre existe el bien y el mal, ello es un principio dialéctico; pero lo que llama la atención es que partidos e individualidades que se dicen revolucionarios, hayan lanzado dardos venenosos contra quien si fuera el segundo Libertador de nuestra patria, es decir, nuestro heroico Arañero de Sabaneta.
Quienes largamente hemos trajinando con cabeza en alto, los empedrados caminos de la vida revolucionaria, sabemos que la crítica y la autocrítica constituyen parte esencial de la metodología revolucionaria, pero otra cosa es desacreditar al líder ante su pueblo mediante el uso de falacias a fin de fortalecer a sus enemigos políticos y electorales.
Sobre todo si ello se hace para descalificar alianzas coyunturales y tácticas, al mismo tiempo que se ignora la importancia de lo estratégico, la inaplazable necesidad de profundizar la política de masas que abone la senda del triunfo en un nuevo desafío electoral presidencial, porque esta es la época (circunstancia) que nos ha tocado vivir y hay que razonarlo maduramente con apoyo del materialismo histórico.
Esa bochornosa traición de los "aliados" contra Chávez se produjo en muchos escenarios electorales y eventos coyunturales para Venezuela (Ejemplo: cúpula antichavista del PCV con sus candidaturas paralelas y divisionistas, etc), claramente estuvo motivada por el ansia desmedida de escandalizar a la opinión pública en contra del Comandante y que para silenciar el show, se les regalaran con tarjeta o apoyo del PSUV: diputados, alcaldes, gobernadores, ministros y puestos burocráticos en el Estado venezolano. Reto a quien dude de mi afirmación, a que revise la prensa, cada vez que se les concedió una dádiva o cuota, estos falsos ñángaras desactivaron sus viperinas lenguas.
Pero la mayoría de las veces nuestro piadoso Comandante Chávez les dijo "No" y eso causó inmensa rabia, envidia y odio entre los "aliados" cuando el Jefe no satisfizo sus inmorales exigencias de poder. Ahora cuando quien asume la presidencia de Venezuela es el hijo del segundo Libertador de nuestra patria, designado aquella dramática noche del 8 de diciembre de 2012, es imposible que los "aliados" que no respetaron al padre (Hugo), respeten ahora a su hijo (Nicolás).
Dicen ser revolucionarios de larga data pero nunca suman a la revolución, siempre restan. Por eso el pueblo prefiere dar la bienvenida a los neochavistas (artistas, ex contrincantes, opositores arrepentidos , etc) y ponerle una pared a estos falsos predicadores (narcisos y con aires de ser indispensables). La política inteligente y victoriosa incluye un permanente diálogo abierto para sumar respaldos y reducir (o neutralizar) oposiciones, sobre todo en tiempos históricos donde las elecciones son elemento importante de la democracia.
El pueblo aprende! Se da cuenta que estos guasones y arlequines no tienen nexo con la gente ni lealtad a la revolución, siempre guardan un puñal tras la espalda y lo sacan en cada momento decisivo (electoral). Esos hijos de clase media arrogantes, politólogos, o ex proletarios jefes de partidos que hoy viven burocratizados en altos cargos o curules parlamentarios, conforman una tropa de malcriados, manipuladores y chantajistas que bebiendo whisky en el Este de Caracas, dicen con gran altanería: "ya que nunca han querido pararme bola, o no me han parado lo suficiente, aprovecho esta oportunidad electoral y le armo un escándalo al PSUV y al Gobierno, pa' que se asusten, cuiden bien sus votos y que me callen dándome un buen cargo o contrato. Yo tengo más cara de ministro que aquel. Ya es mi tiempo. Ya me toca".
Constitucionalista. Profesor de estudios políticos e internacionales UCV.
http://jesusmanuelsilva.blogspot.com
@jesus_silva_r
