El panita Chávez (I)

Desde hace mas de cincuenta y cinco años asumí y asumo el tratar de ser marxista-leninista –COMUNISTA- consecuente: por convicción, formación y práctica, el haberme incorporado desde los 14 años a la lucha revolucionaria, en ese momento armada, es decir, la disposición a entregar el pellejito por las ideas de libertad y redención popular, lo afirma.

Es nuestro deber aclarar que si uno –entre muchos compañeros y compañeras caídos- está vivo, no es mas que una casualidad –que muchas veces nos preguntamos si ha sido afortunada- pues no hemos sido esquivos a la pelona.

A mediados de 1991, ante el planteamiento de Francisco Ojeda Negretti, nuestro querido y recordado Baltazar o Elías y de la conversa animosa y optimista de Carlos Enrique Mejías, El Care´vieja (Pastor o Germán) REVOLUCIONARIO, con mayúsculas; quienes me manifestaron estar en contacto con militares patriotas dispuestos a rebelarse contra el gobierno adecopeyano, he estado acompañando este proyecto de insurgencia para refundar nuestro país, me reasumí a la impostergable tarea de impulsar el cambio de “todo lo que deba ser cambiado”, en la acepción de Fidel, empezando por mi ánimo un poco derrumbado en aquellos momentos de post socialismo real y de galopante neo-liberalismo, aunque siempre observando –y acompañando de corazón- aquella luz de DIGNIDAD y esfuerzo de la Cuba del perìodo especial.

Elías me había dicho que en las primeras de cambio no debía participar y estar expectante en la retaguardia para apoyarlos a la hora de una vaina, por supuesto luego del impactante y prometedor Por Ahora, sentí que se recogían las banderas de la lucha popular revolucionaria me dije: coño revivimos y volvimos a la conspiradora mas unos meses después –septiembre 92- matan a Elías y quedo desconectado de la actividad política militante, dedicado a la vida familiar y mantener el contacto con algunos viejos compañeros con los cuales rumiaba mi tristeza y arrechera por la muerte Baltazar y las heridas sufridas por el siempre recordado Santiago Báez quien le acompañaba el aciago día.

Cuando se empezó a oir el ruido nacional de: Chávez a la calle y vamos a la constituyente, nos emocionamos pues mientras el comandante estuvo preso uno se mantuvo lejos, como mencioné antes, pues al que lo mordió macagua bejuco le para el pelo y uno no se acercaba a una càrcel a visitar a nadie, claro está no creíamos mucho en un proceso electoral ya que anteriormente con la Causa R creímos se ganaba, como en efecto sucedió, aunque en esa ocasión no hubo ni convicción ni bolas de reclamar el triunfo, empezamos a seguir la pista del panita Chávez y recomenzó la esperanza además de refrescar mis ideas y darme cuenta que para ser comunista como me digo la verdad del yo debe ser la verdad y el accionar del nosotros y que pueden haber otras concepciones que también son genuinamente revolucionarias y populares .....(sigue).

onoguera2005@yahoo.com


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