La Economía Venezolana está configurada en este momento histórico bajo un modelo de ingreso Rentista-Petrolero, la cual viene a constituirse como nuestra primera fuente generadora de divisas, sin que intervenga en dicha generación monetaria las potencialidades y capacidades productivas del país; trayendo como consecuencia lo anterior un enorme caudal de ingresos sin su necesaria contraparte de trabajo y esfuerzo en múltiples áreas de producción, con la resultante de una demanda y necesidades de compra por encima de lo ofertado por la producción nacional en sus distintos componentes y rubros, obligando a llenar esa necesidad vía importaciones, presionando obligatoriamente sobre el ciclo inflacionario.
El panorama anterior exige y demanda un cambio estructural y de bases de la economía venezolana, tanto en lo referente al origen de la generación de su ingreso nacional, al establecimiento de un mega tejido productivo solido, interconectado, competitivo, solidario e integrador de todas la fuerzas productivas nacionales y todo un reordenamiento estratégico territorial y demográfico que elimine los vicios heredados de la 4ta Republica y mas allá, vicios de una economía costera, de puertos, una economía importadora, que impulso el éxodo masivo de por encima del 70% de nuestra población viviendo en las zonas de la costa nacional.
Todo ese cambio estructural hacia una economía productiva y diversificada, debe ir acompañada por las consecuentes políticas sociales, que le imprimirán sensibilidad a la economía, que le darán a nuestra economía el carácter de inclusiva, social, humanista y al servicio del pueblo; también incluyendo en esta orientación de política pública los elementos fundamentales de la eficiencia y la eficacia en el trato de nuestros factores de producción y de nuestros recursos disponibles, para poder cumplir con el supremo deber y compromiso de llevarle la mayor suma de felicidad y de prosperidad a nuestro pueblo, ósea colocando al pueblo, a los más necesitados, a los más vulnerables como el centro de nuestros más enconados esfuerzos económicos, como el centro de la economía.
Por último es importante que en Venezuela vayamos desmontando de manera definitiva la lógica perversa del capital absoluto, no queriendo decir que ser rico es malo, que ser empresario es malo, que querer tener un nivel de vida alto sea malo, sencillamente lo que se quiere expresar con esa aspiración o lema es que se le dé prioridad o se ubique en un lugar preponderante de la agenda económica al pueblo y a sus integrantes más vulnerables, tal cual como lo lleva a cabo el Gobierno Bolivariano, es esa orientación la que debe servir de timonel para todos los esfuerzos económicos nacionales, y no sencillamente orientar la economía al enriquecimiento ilimitado de sectores muy reducidos de la población nacional, de elites económicas enquistadas en el control absoluto del capital motorizador de la economía financiera y de la economía productiva, cuyo único leitmotiv o motivo es lograr niveles cada vez más altos, cada vez mas groseros de beneficios económicos, en una carrera alocada por la maximización de la ganancia a costa de lo que sea, a costa de un pueblo necesitado, con situaciones dramáticas y abyectas de especulación económica, de manipulación de precios, de aumentos irracionales de los mismos, de querer obtener poder político a través de la posesión de las mercancías vitales del venezolano y de su utilización como mecanismo de chantaje!!, esa agenda económica pérfida que pareciera tener algunos factores de la oposición venezolana, debería ser cambiada por la agenda si de obtener beneficios, si de invertir para obtener rentabilidad y ganancias, si de producir y ganar, pero de forma racional, lógica, adecuada, con una orientación humana y patriota, con conciencia del pueblo y de sus necesidades, superando su avaricia y hambre de lucro extremos, y humanizándose, o mejor dicho transformándose ese pequeño sector a ellos mismos en seres humanos de nuevo.
Economista
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