Chávez y la elección del Papa

Es impresionante ver cómo en tan sólo 14 años de gestión un hombre del pueblo llano con lo es Chávez haya podido lograr convertirse en un líder mundial e influir a tal punto que ha cambiado la historia de los pueblos del mundo.

Desde los tiempos antiguos antes de Cristo, las relaciones sociales, políticas y económicas entre los seres humanos se han debatido entre el Poder sustentado por pequeños grupos apoyados en la fuerza y en la ignorancia de los sometidos (siervos, esclavos y proletarios). Y una característica de ese sometimiento de los pueblos ha sido el papel que han jugado los jerarcas de las corrientes religiosas dominantes durante los intentos por la construcción de sociedades libres y democráticas, desde los antiguos griegos, pasando por los cristianos primitivos, el martirio de los “herejes” durante la Inquisición, el Renacimiento, la Reforma, la Revolución Francesa, la primera independencia de los pueblos de América Latina y el Caribe, la Guerra de Federación en nuestro país, la cuarta República y lo que va de quinta.

Coincide la desaparición física de Comandante Presidente Hugo Chávez, con la renuncia del Papa Benedicto XVI y el nombramiento de un nuevo Papa: Francisco I de origen latinoamericano. Y esta coincidencia la percibo con la adopción del cristianismo por el Imperio Romano. En el Siglo III, los jerarcas del Imperio Romano se dieron cuenta que el cristianismo era la única organización que le podía dar viabilidad al Imperio. Al principio trataron de destruir al cristianismo, pero al ver que no era posible, pues esa corriente de humanismo se había empoderado en el pueblo, decidieron hacerlo suyo y dominar nuevamente a los pueblos utilizando su propia corriente de pensamiento. Ello ocurría en el año 313, hace 1.700 años. Y a fines del Siglo IV se hizo religión del Estado del Imperio Romano hasta nuestros días, y con ello acallaron a las masas y sólo los teólogos tuvieron la palabra en adelante.

La demostración de la influencia de la figura de Chávez en el mundo es innegable. De toda América, desde Canadá hasta la Patagonia, Africa, Europa y Asia vinieron y se han movilizado en sus países contingentes humanos a dar la palabra de aliento al Pueblo de la República Bolivariana de Venezuela para seguir con el pensamiento suficientemente documentado de Hugo Chávez. La presencia de millones de venezolanos y extranjeros en las calles para ver y dar su adiós a su líder es realmente impactante. Lo han llamado el segundo Libertador, no sólo de nuestro país que lo identifican como la persona que ha señalado una ruta para la liberación del resto de los pueblos del mundo. Lo colocan al lado Jesús, Bolívar, Lenin, Mao y el Ché. Es decir, es la figura fallecida de mayor transcendencia del Siglo XXI.

Surge la pregunta, entonces, ¿Será que el Cónclave del Vaticano consideró este hecho innegable de la Historia en su decisión de nombrar el nuevo Papa y buscar apropiarse del pensamiento de Chávez como se apropió del pensamiento de Cristo para seguir dominando al mundo? Hay que recordar que América Latina es fundamentalmente católica, apostólica y romana, y Chávez es un factor de perturbación a sus intereses. ¿Obra de la casualidad o de la causalidad?



hherrerahumpierres@gmail.com


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