Chávez no aró en el mar

Hugo Rafael Chávez Frías se nos ha vuelto a adelantar y ya ha partido. Detrás de él deja un ejemplo de conducta y proceder que va más allá de las palabras. Habrá quien diga que le dejó una vivienda que estaba totalmente afuera de sus posibilidades de lograr en su vida, o una carrera que estudió cuando otros le cerraron las puertas bajo el supuesto lema de que no tenía méritos suficientes para ingresar en una universidad, otro podrá decir que le proveyó de un trabajo digno, o que lo volvió a incluir en la sociedad que le había dado la espalda por más de cuarenta años.

En fin, algunos expresarán que les dio una identidad y un aprecio por su historia cuando otros les expresaban a diario que no valían y que somos inferiores a los anglosajones. O que les devolvió la fe en un sistema que únicamente los recordaba para pedirle que votaran por uno u otro candidato. Tal vez que a su hijo le entregó una computadora, y con ella una posibilidad, de que se incorpore como un ciudadano capacitado para el tercer milenio. En fin saldrán muchos juicios y retrospectivas sobre su vida, pero parte primordial del legado de Chávez, que tal vez no sea tan evidente de apreciar en una primera visión, es que:

1.- Chávez nos demostró que no hay que claudicar ante lo malo del sistema. Mientras otros renuncian y se retiran a un monasterio, o se apegan a las leyes de un mundo malvado buscando vivir, sin meterse con nadie y que nadie se meta con ellos, mientras algunos políticos hacen su carrera evitando contradecir los intereses Washingtonianos, Chávez nos recordó que es nuestro deber rebelarnos ante tanta injusticia y luchar para que cambien las cosas. Una vida dedicada para mejorar las cosas, lo logres o no, es una vida aprovechada.

2.- El comandante dio ejemplo de que no importa cuan poderoso y grande sean los enemigos actuales de la patria, puedes combatirlos y es obligatorio hacerlo. Mientras muchas voces proclaman que los imperios políticos, económicos o sociales del tercer milenio son imbatibles, que tienen muchos recursos y fuerzas que lo apoyan, y que mejor es no atentar o provocarles, Chávez nos recordó que la justicia, la moral, el estudio y la buena preparación siguen siendo los principales elementos para combatirles. Una vida dedicada para mantener la patria, lo logres o no, es una vida aprovechada.

3.- El presidente ilustró que cuando se trata de dejar pasar la maldad y que hay un concierto mundial de intereses con ella o de silencios, no importa las consecuencias de que tu voz resulte disonante. Es nuestra obligación elevar nuestra protesta y más allá de eso, pasar a la acción. Una vida dedicada para no aceptar las injusticias, lo logres o no, es una vida aprovechada.

Ahora es nuestra responsabilidad aprender y reivindicar su legado, poner en práctica diaria su ejemplo, y hacer con ello que su memoria viva eternamente. Honremos a un ser auténtico, con virtudes y defectos, pero tan honesto en sus intenciones que en Febrero de 2009, parafraseando a San Pablo, dijo: "Me consumo y me consumiré de por vida al servicio pleno del pueblo venezolano. Lo haré gustosamente. Me consumiré todo lo que me quede de vida, así lo juro y lo prometo delante de mis hijos y mis nietos" y lo cumplió fielmente.


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