Hoy nuestros corazones están embargados por un profundo dolor y una inmensa tristeza por la pérdida de un gran hombre, amado por unos y criticado por otros, un ser humano que consagro su vida por su pueblo, por su patria, que se entrego en cuerpo y alma, que lucho por sus ideales y los defendió. Un hombre que visibilizo a quienes antes permanecían en la oscuridad, que dignifico a los pobres, que llevo a Venezuela a convertirse en un país libre de analfabetismo y el de mayor matrícula universitaria en América Latina, ese hombre que restituyó a nuestro país la independencia y la soberanía y nos devolvió el orgullo de decir ¡soy venezolano!
Ese que lucho por la liberación de los pueblos oprimidos por el yugo imperial del siglo XXI, el que ideo nuevos mecanismos de integración y liberación para nuestros pueblos, aquel que nos dio una nueva Constitución, que nos dio las Misiones Sociales y las Grandes Misiones, el que lucho por la creación de un nuevo mundo multicentrico y pluripolar, por nuevos modelos económicos y de desarrollo, el que rescato la OPEP y los precios del barril del petróleo, mas allá, el que lo nacionalizo nuevamente, el que nos recupero la faja petrolífera del Orinoco, el oro, la CANTV, la Electricidad, el hierro, el aluminio, etc.
Aquel que no le importaba trabajar a sol y sombra, el que no temía meterle los pies al barro, ese hombre humilde que conocía bien la necesidad del pobre, su sufrimiento, sus angustias, porque el también las vivió. Ese que amaba a los niños y a los viejitos, que ayudaba al necesitado, que nos alegraba el día, que nos sorprendía con sus ocurrencias, ese al que a veces nosotros mismo llegamos a cuestionar porque no lo entendíamos, ese que fue un maestro, el que se sentaba horas y horas enseñando al pueblo, el que nos hablo no solo del voto, nos hablaba de política, de economía, de salud, educación, alimentación, de todo, porque para él el pueblo no era un instrumento sino su principal razón de lucha.
Ese que se convirtió en un miembro más de nuestra familia, al que corríamos a ver, el que nos hacía falta cuando pasaban dos días sin verlo, el que nos escuchaba, el que nos hablaba desde lo más profundo de su corazón, ese que nos motivaba, el que nos guiaba por el camino hacia la construcción de una Patria nueva, un mejor mundo, una mejor humanidad, ese que hoy ya no está con nosotros, físicamente, porque su espíritu siempre nos acompañara, su ejemplo será nuestra guía de lucha y su sacrificio nuestro mejor modelo a seguir.
Con mucho orgullo hoy digo ¡soy chavista!, me siento orgulloso de haber seguido a Hugo Chávez Frías, de haber luchado junto a él por nuestra Patria y nuestro Pueblo ¡Gracias Dios por habernos dado a Chávez! Gracias Padre celestial por haberle permitido estar estos 58 años entre nosotros, gracias por haberle permitido despedirse y dejarnos un lineamiento, gracias por habernos permitido conocerle, gracias Señor por la bendición que le diste y seguirás dando a nuestro pueblo.
A ti Comandante, gracias también, gracias Chávez por todo lo que nos distes, gracias por haber entregado tu vida a nuestro pueblo, gracias por haberte consagrado aun a costa de tu propia vida a tu patria, gracias por pensar en los pobres ¡Gracias por todo Comandante! Y perdónanos por no haber dado todo de nosotros por ayudarte ¡no sabíamos el poco tiempo que estarías acá!, confía en tu pueblo Comandante, confía en nosotros Chávez, siéntete regocijado porque no araste en el mar, tu semilla no cayó en tierra infértil, tu enseñanza rendirá buenos frutos ¡La Patria está sembrada por todos los rincones! La cosecha la recogeremos en tu nombre y la volveremos a sembrar para que se multiplique, tu sueño nos encargaremos de cumplirlo ¡obsérvanos desde allá arriba!
"Paracaidista, cuando hayas surcado los cielos, caminarás por la tierra con la mirada hacia arriba queriendo estar allí nuevamente..."
¡Hasta siempre Comandante, hasta siempre Chávez!
Oscarvivasapure@gmail.com
