Seguiremos el camino para construir la América grande, libre y bonita

Comienzo estas palabras con un dolor profundo en la garganta con una ausencia tremenda de un hombre que, a mi juicio; hizo grandes y maravillosas cosas en América Latina. Él; poco a poco y con pasos firmes y agigantados fue consolidando las bases para la organización y la unión de todos los pueblos hermanos que habitan este pedazo hermoso de tierra y que hoy lloran profundamente la muerte de este hombre inquieto y firme que luchó hasta el último día por consolidar mecanismos que les permitieran a los pueblos de América identificarse como y iguales y entender que solamente unidos podremos vencer cualquier obstáculo y cualquier dificultad.

Quizás pasó como una estela, fugaz… y como tal… Alumbró el camino para que ahora, los que aquí quedamos sigamos la senda para la construcción de una región sólida y combativa que esté firme y preparada ante cualquier arremetida de cualquier imperio que quiera llegar a imponerse. Y estoy plenamente convencida que como pueblo así lo haremos. Pues no hay nada más hermoso que defender nuestra tierra y si nos toca hacerlo, lo vamos a hacer; de la forma que sea… por nuestro presente inmediato y por el futuro que vivirán las generaciones que vienen atrás… así que los que andan por ahí creyendo en cuentos de camino… riéndose y celebrando la muerte… revisen sus acciones…La burla al dolor ajeno solo demuestra la pobreza y miseria humana. ¡¡..Y pilas carajo..!! ¡¡..No se equivoquen..!! Aquí estamos, juntos, muy atentos, firmes, solidarios.

Este hombre, como pocos, logró en pocos años los que muchos no pudieron. Y como una vez escuché a un amigo decir: "Tal vez no sea la mejor forma de gobierno pero si la de mas inclusión y apoyo a los pobres" ciertamente así fue… eso es innegable. Y si, también; es innegable que cometió muchos errores políticos, algunos de ellos reconocidos públicamente, otros no… pero independientemente de todo y por encima de cualquier cosa se encuentra la solidaridad humana y ante su muerte todos aquellos que los adversaron de una u otra forma deben mostrar respeto y consideración por un pueblo entero que llora con dolor profundo y con el alma a flor de piel la muerte de este hombre que supo consolidar su liderazgo a través de todos los pueblos de América Latina.

Ahora nos sentimos profundamente perturbados ante tanta desolación y tristeza. Somos el pueblo que llora y que tristemente perdió a su presidente, el cual vale aquí recordar no fue cualquier presidente, fue uno muy destacado y muy querido por la inmensa mayoría de los pueblos de América, porque supo ganarse a pulso y sudor el cariño y la solidaridad de la gente, porque con un lenguaje de pueblo, se hizo pueblo y se empeñó en inculcar ideas de libertad, de solidaridad, de esperanza, de alegría, de lucha constante, de hermandad. ¿Acaso no es así como debería ser?

Como venezolana hoy me siento sumamente orgullosa de mi gente. De mi pueblo. Ver, por ejemplo, a esos mis hermanos con discapacidad, expresarse con orgullo de su tierra y sentirse valiosos y manifestar con orgullo que jamás volverán a ser invisibilizados por ningún gobierno, es un logro de este proceso. Ver a los niños, a los jóvenes ir a sus escuelas y liceos disfrutar de ese derecho sagrado como es la educación y de todos los planes programas y proyectos para este nivel, es maravilloso. Sentirme que respiro en un País libre y hermoso y que puedo decir lo que quiera, cuando quiera y como quiera es maravilloso. Caminar por la calle y ver que hoy en mi País, mucha gente tiene más y mejor acceso a múltiples cosas, es extraordinario. ¿Quién puede negar todo esto?

A su familia más cercana vaya mi respeto y consideración profunda. A su madre, su padre y sus hermanos, a sus hijos, sus nietos… Confianza en Cristo Nuestro Señor que los fortalecerá y los mantendrá unidos en este momento aciago de la vida que, tristemente a todos nos tocará vivir.

Tuvimos la dicha de tener como presidente a un hombre extraordinario y visionario. Y a pesar de muchos agoreros que manifiestan por allí que el pueblo venezolano es “un pueblo que olvida rápidamente” Aquí y ahora no creo eso. Y no lo creo porque Venezuela cambió para siempre. Porque ahora somos más conscientes de nuestra realidad social y de nuestro proceso como Nación Libre y Soberana. Estoy plenamente convencida que ese recuerdo vivirá eternamente en la memoria de todos aquellos que de una u otra forma fuimos tocados por su presencia que dejó una semilla de esperanza para los Pueblos de esta América que se empeñan y se obligaran siempre a mantenerse en pie de lucha, por nuestros hijos, por nuestra tierra, por su integración plena… a pesar de las tormentas.

En Trujillo a las 6 días del mes de marzo de 2013.

miguitarra106@gmail.com


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