Aquel hombre

Inicios: Todo empezó cuando yo no tenía uso de razón, cuando era un chiquillo de 3 años y aún vivía en España. Fue un 4 de Febrero de 1992: Aquel hombre, junto con otros militares jóvenes, decidieron arriesgar su vida por mejorar un país que se metía cada vez más profundamente en la miseria más absoluta; un país donde había una mayoría que sufría hambre, donde los cuerpos de represión asesinaban a las personas en la calle que se manifestaban en contra de lo que ocurría; un país donde lo reseñable eran las novelas ausentes de valores y los concursos de "misses". Ese golpe de estado que trató de liberar al país de aquella opresión sistemática, fracasó, gracias a unas fuerzas armadas que aún eran fieles a un sistema de poder totalmente corrompido. Pero como decía antes, de todo esto ni me enteré, mas dos años después aterricé en el Aeropuerto de Maiquetía para iniciar la "aventura venezolana".

Algo ocurría en Venezuela, decía mi inconsciente: Era ya 1994, yo todavía era sumamente pequeño como para saber lo que estaba empezando a gestarse en Venezuela. Aquel hombre ya había salido de la cárcel, y estaba, junto a otras personas que buscaban el cambio, recorriendo las calles de Venezuela, hablando con la gente, hurgando en los problemas para así poder enfrentar mejor al monstruo del capitalismo. Se cernían años de incertidumbre y algo dentro de mí se daba cuenta de la importancia de aquel contexto.

Ya era momento de pensar: Y llegó 1998, ya yo tenía 9 años pero empezaba a tener mis inquietudes, pues a pesar de mi condición de infante siempre tuve una predilección por lo que se refería a los problemas sociales. De una manera muy inocente, veía a ese hombre como alguien puro, alguien que venía a dejar lo mejor de sí. Eran momentos de gran expectación, pero de una total seguridad en que era necesario modificar el rumbo que llevaba el país. Conceptos como "socialismo" aún se veían lejanos y hasta se temían, pues eran muchas décadas las que llevaba el país de total propaganda anticomunista y todo lo que se le pareciese ligeramente. Así que se llegó con el concepto abstracto de "bolivarianismo", pero con promesas de repartir la riqueza de una manera equitativa, de eliminar la miseria y, en fin, luchar hasta la saciedad contra toda injusticia social. Esas elecciones se ganaron con una abrumadora mayoría...

Juramentación: Lo recuerdo, cuando se juramentó sobre la Constitución vigente en ese momento y dijo "... juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda Constitución impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República nueva tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos. Lo juro". Desde el primer momento inspiraba confianza, pues su sinceridad solo era igualable al tremendo ahinco por mejorar la calidad de vida de su país.

Los poderosos se resisten: Venezuela empezó a mejorar, aunque de manera aún tibia. Sin embargo, viendo aquel hombre los inmensos latifundios que persistían en Venezuela y dándose cuenta de cómo los pescadores artesanales tenían la guerra perdida contra las grandes empresas pesqueras, sacó las controvertidas leyes de tierra y pesca, que garantizaban un reparto equitativo de la tierra y a un mejoramiento en las condiciones de pesca de los pescadores artesanales. Éste fue el primer gran pulso que se le dió a la oligarquía, aunque ya antes ese hombre había advertido que Venezuela no sería más patio trasero de EEUU y había reactivado de forma increible la OPEP, aumentando gracias a su buen hacer el precio del barril de petróleo, petróleo que antes se llevaba EEUU a precios irrisorios. La guerra empezaba. En la empresa de petróleos, principal empresa del país, había una parte (los altos directivos) que estaba comprometida con la oligarquía, y no aceptaban los intentos de nacionalización de la empresa, por lo que empezaron las huelgas alentadas por la patronal. Se fue creando un clima de tensión permanente, donde el 95% de los medios de comunicación llamaban constantemente a la rebelión (incluida la militar) y a veces hasta al magnicidio. En Venezuela no solo se rozó el libertinaje, sino que se traspasó con creces. Eran momentos de bipolaridad, era el año 2002.

Revolución, afuera y en mí: Yo tenía ya 12 años. Estudiaba en un centro que, a pesar de ser público, estaba ubicado en una de las zonas más elitescas del lugar, por lo que los chicos con los que me encontraba eran ya antichavistas convencidos, con matices de odio ilimitado, mientras que yo era un declarado chavista, que iba por todos lados hablando de los cambios sociales que se iban dando en el país. Con 12 años ya vivía a flor de piel la política, y creo que parte de mi generación también. Empezaron a haber declaraciones de insubordinación militar, por parte de algunos generales, hasta que la oposición, en un plan orquestado sin precedentes en la historia, envió a una manifestación a la que habían convocado en un lugar concreto, al palacio del gobierno, donde de paso estaban concentrado cientos de miles de personas que apoyaban al proceso; en un plan macabro sin parangón en la historia, aparte de enviar a la gente a la confrontación, contrataron a mercenarios francotiradores que crearon el caos, matando a gente de ambos lados, y luego le echaron la culpa al gobierno, habiendo creado la excusa perfecta para el golpe militar. Y así fue, ese mismo 11 de Abril por la noche un grupo de generales llegaba al palacio, mientras que los tanques lo rodeaban, dándose aquel fatídico golpe de estado.

Se fue: La mañana del 12 de Abril era triste, opaca, con un silencio sepulcral en las calles. La gente parecía no creer lo que había ocurrido, como una pesadilla de las que cuesta despertar. Era la muerte en vida. Hasta que llegué a la zona de mi centro de estudios, donde se lanzaban cohetes en celebración y donde, cuando llegué a mi clase, un grupo de unos 20 compañeros míos cantaban, dando vueltas alrededor de mi pupitre, aquel "se fue, se fue, se fue". Me cantaban con cierto odio, a pesar de ser su compañero, pero ellos no eran culpables de aquel clima de odio que había creado la ultraderecha.

Vuelve: La gente no se quedó en casa, y la parte joven del estamento militar estaba con aquel hombre, así que empezó a originarse la revuelta popular. Las policías fascistas habían detenido y matado a cientos de personas en esas horas, y era peligro de muerte salir a las calles, pero no importó. La gente salió y empezó a congregarse en todos lados y, emblemáticamente, se reunieron en el palacio cientos de miles de personas exigiendo la vuelta de aquel hombre. Dichos militares jóvenes sacaron del palacio a empresarios, generales y sotanas que habían pretendido volver al poder con el golpe de estado. Y a las horas volvió aquel hombre.

Volvió: La mañana siguiente, siendo un enano como aún era (el "estirón" lo di a los 15 y 16 años), me sujeté con el mentón un libro y mirando a mis compañeros con una sonrisa no vengativa, empecé a cantar ese famoso: "volvió, volvió, volvió"; y, eso sí, empecé a decir con cierto sarcasmo: "¿qué pasa?, ¿hoy no estamos tan alegres?".

Después: En los años sucesivos volvieron años de desestabilización, de nuevos intentos de forjar un golpe de estado, de planes magnicidas, de asesinatos (como el asesinato con bomba del fiscal Danilo que estaba investigando las turbiedades de algunos líderes opositores), pero en 2005 se convocó a un referéndum revocatorio y la victoria popular fue aplastante. Yo, ya en 2006, estudiaba medicina. Había tenido la suerte de compartir unos meses con médicos cubanos, trabajando en zonas humildes, por lo que no me era grato escuchar el racismo anti-cubano permanente en los mismos ultraderechistas de siempre. Volví a nadar a contracorriente cuando en dicho 2006 me puse a estudiar medicina en la más importante de las universidades tradicionales, pues era sistemática aún la presencia de "niños de papá" estudiando medicina en dichas universidades. El gobierno creo unas universidades alternativas, las bolivarianas, al servicio de la gente más humilde, por lo que a las universidades tradicionales, y sobre todo en medicina, la mayoría provenían de estratos económicos muy elevados. En ese lugar se me saboteó desde gran parte de los compañeros y despreció desde otra parte de profesores. En 2007, por la razón de encontrarme cada vez más aislado e incluso amenazado en dicho lugar y por también cuestiones familiares, decidí pedir el traslado a mi país natal, España.
Vuelta a España: A finales de febrero del 2007 volví a Madrid para seguir mis estudios en la prestigiosa Universidad Complutense. Estaba cercana la temible crisis económica. Pasé de ser "el español" a ser "el venezolano". Era consciente que me sería difícil adaptarme, aunque desde un principio Madrid me enamoró, quizá influido también por ser mi ciudad natal.

Precedentes: Venía de un país que de ser una sociedad jerarquizada que negaba los derechos a la mayor parte de su gente había pasado a ser una sociedad paladín de los derechos y de la justicia social. Un país que en pocos años eliminó el elevado analfabetismo, redujo la pobreza a menos de la mitad y la pobreza extrema a menos de la cuarta parte, garantizó la asistencia sanitaria a todos los rincones del país (cuando antes cualquiera podía morirse si no tenía dinero), garantizó la educación a todos los niños (niños que antes solo trabajaban), dió empleó, cimentó la creación de las comunas y de la descentralización del poder para ejercerlo el propio pueblo a través de sus propios mecanismos, dió cientos de miles de casas a personas que, o no tenían, o mal vivían en casas en mal estado; Un país que cambió drásticamente, como de la noche al día, un país que pasó de ser un lugar de oscuridad a representar el amanecer en el mundo. Un país que odiaba la política pasó a ser un país que vivía para conocer más, un país donde todo el mundo leía para fortalecer sus conocimientos, y la gente empezó a participar encantada. Era un país distinto y todo eso había podido vivirlo yo...

Crisis: Y en 2009 se desató la gran crisis (o estafa) que ha asolado a las clases menos favorecidas del mundo, en especial en aquellas que viven bajo el dominio de las clases capitalistas. Es así como, mientras allí a pesar de la "crisis" las condiciones para estas clases sociales no empeoraban, sino que incluso mejoraban, a la par de sus derechos, aquí empezaba a privatizarse solapadamente la sanidad, la educación, desahuciaba a las familias sin darles oportunidades, se expulsaban de sus trabajos a millones de personas, mientras que los más ricos se hacían más ricos, y la iglesia, los empresarios y los corruptos variopintos daban su bendición al sistema.

Paradoja: Y cada vez me dolía más cómo, por el gran poder mediático de los que secuestran el poder, se tenía una percepción negativa desde aquí de esa persona de allá y se tildaba de dictadura a una sociedad en la que se vive la mayor expresión de democracia actual en el mundo. Y, sin embargo, se considera "democracia" a un sistema con un rey y que, de paso, fue elegido por un dictador que gobernó con puño de hierro a España durante 36 años. Me dolía el ver cómo personas que, potencialmente, deberían estar conmigo, me adversaban y me veían como una especie de raro loco de los tiempos de hoy.

La vida crea paradojas imposibles de comprender pero no podemos rendirnos en el desánimo.
Piernas, ¡marcha atrás!: Aparte de conservar a muchísimos amigos allí y a mi hermano, siempre que he podido he vuelto a Venezuela por temporadas, confirmando como aquel hombre seguía instaurado en los corazones de las personas y cómo avanzaba ese proyecto tan hermoso. El optimismo arreciaba en forma de tsunami de sonrisas. Pasé también por el Amazonas y fui testigo del inmenso amor que le profesaban las razas originarias de la América en Venezuela. Era, sin duda y por fin, el gobierno de los que históricamente habían sido los "invisibles" a los que hacía referencia Eduardo Galeano.

Muerte: Ayer veía preocupado los "tweets" basados en rumores que informaban de un final amargo, pero trataba de pensar que eran especulaciones de los que siempre querían ver muerto a aquel hombre, aquél que nunca morirá. Pero todo se acabó confirmando y cuando lo vi por twitter no podía creerlo, quería pensar que se trataría de un error pues un corazón tan grande no podía pararse. ¿Qué es la muerte? Yo digo que es ese momento en que a uno ya no lo recuerdan. A aquel hombre siempre lo recordaremos. Ayer mi corazón sufrió de un llanto sin remedio, pero también sentí la necesidad de corresponder a aquel hombre que había formado parte de mi vida, que había mejorado las condiciones de vida de su pueblo, pueblo al que había amado hasta límites indescriptibles. Ayer me di cuenta de que aquel hombre falleció físicamente porque ya lo había dado todo y que preciso es que los pueblos del mundo recojamos su testigo y demos todo de nosotros mismos para cambiar esta sociedad injusta y desigual, esta sociedad que masacra y humilla, que denigra y ofende, que mata en nombre de la libertad.

Revolución, comandante, revolución: Somos muchos millones en el mundo los que te juramos, ahora nosotros a ti para intercambiar papeles, que no daremos descanso a nuestros corazones hasta hacer la revolución que cree un modo de vida entre todos y con la naturaleza que te haga enorgullecerte desde donde estés, siempre con la inspiración de tu recuerdo, tu fuerza, tu coraje, tu integridad. Comandante, gracias por siempre, te quiero.

"La patria es el hombre" -> Alí Primera
"Hay hombres que luchan un día y son buenos; hay otros que luchan un año y son mejores; hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos; pero hay los que luchan toda la vida, esos son los impresincidbles" -> Bertolt Brecht.
"A los que me desean la muerte yo les deseo mucha vida para que sigan viendo cómo la revolución bolivariana va a seguir avanzando de batalla en batalla y de victoria en victoria" -> Hugo Chávez.
"Los presidentes van de cumbre en cumbre mientras los pueblos van de abismo en abismo" -> Hugo Chávez.

Conveniente ver de nuevo aquellos sucesos del 2002: http://www.youtube.com/watch?v=2scI4Pn_cFk
Y darse un paseíto por canciones del cantor de la revolución, a pesar de que falleció en el 85, cuando predominaba el capitalismo atroz en Venezuela: http://www.youtube.com/watch?v=9BYiWLM0Bww

Dar para terminar las gracias a aquel hombre... gracias Chávez, por todo.

elguevarista16@hotmail.com

@elguevarista


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