Participación y representación: el pecado original de Lucero Benítez

Primero que nada quiero dar un respetuoso y solidario saludo a la camarada Lucero Benítez. De verdad creo que ella no conoce bien a la especie humana, ese es su pecado original. Desde que el hombre es hombre, inclusive antes de que la sociedad se dividiera en clases, la especie humana se organizó en comunidades que combinaron niveles tanto de horizontalidad como de verticalidad, Por eso existían, y existen, los caciques y los consejos de ancianos. Cuando el pueblo delegó en Chávez su representación, delegó en él poderes específicos y niveles de decisión. Es falso que una sociedad moderna pueda funcionar sin ciertos niveles de representación ¿Alguien duda que debe haber un Presidente, ministros, diputados, personas al frente de los poderes públicos? Y si eso no se duda ¿alguien duda que estos funcionarios están en el deber de tomar decisiones todos los días y que ese poder fue delegado en ellos por el pueblo? Qué Chávez esté ahí fue una decisión mayoritaria de los venezolanos. Ese es el pueblo verdadero, no los grupos políticos que pugnan por el poder, como el PSUV, el PCV o Marea Socialista. Los partidos políticos son parte de la sociedad y así debe ser, pero ninguno de ellos tiene el derecho a presentarse a sí mismos como “el pueblo”. Marea Socialista no es “el pueblo”, aunque sí es parte de él, una muy pequeña, por cierto.

El pueblo verdadero, el mayoritario, ese en nombre del cual muchos hablan sin que hayan sido elegidos para eso, votó por la Constitución Bolivariana el 15 de diciembre de 1999. Esa fue su decisión y todos deben respetarla. Así que invito a la camarada Benítez a que se la lea bien, sobre todo los títulos que se refieren a los poderes públicos y sus competencias.

Por supuesto, los representantes del pueblo, los que el pueblo verdadero eligió, Chávez verbigracia, pueden equivocarse y lo han hecho a veces. Y el pueblo opina todos los días sobre estos temas, como en el caso del ajuste cambiario. Ese derecho está también en la Constitución. Y es que nuestro país se rige por esa Constitución, escogida mayoritariamente por el pueblo verdadero y multitudinario, y no por lo que piense un partido o un grupo político.

La camarada Benítez confunde democracia participativa con una especie de democracia asamblearia que sería totalmente disfuncional. En un encuentro que sostuve con algunos camaradas en Maracaibo, donde discutíamos entre otras cosas la relación entre participación y representación, se me ocurrió una frase que el respetado intelectual cubano Aurelio Alonso dijo que enmarcaría y la pondría en la sala de su casa: “Tanta participación como sea posible, tanta representación como sea necesaria” ¿Alguien duda que en un país de casi treinta millones de habitantes tiene que haber algunos niveles de representación? Es Chávez quien representa al pueblo verdadero, el que lo eligió. Es él quien nombró a Giordani y a Merentes, tan atacados por estos días. Y es él quien tomó la decisión del ajuste cambiario, si no se cree eso, entonces se está avalando la matriz de la derecha de que Chávez no está gobernando. Es simple, uno más uno son dos. Si se equivocó o no, es harina de otro costal. Lo que estamos discutiendo es si los gobernantes tienen o no la atribución y el derecho de tomar decisiones sin tener que estar consultando en asambleas todos los días.

Por supuesto, estamos muy lejos de tener los niveles de participación propios del socialismo, porque el socialismo está en construcción. Nuestra democracia sigue privilegiando la representación sobre la participación, y en la superación de esa herencia tenemos que empeñarnos todos. Pero eso no implica que el país no deba funcionar hasta que no lo logremos. Y lo lograremos organizados y no actuando según los postulados del anarquismo, que plantean la ausencia de toda representación, de todo gobierno, y la utópica e imposible sociedad absolutamente horizontal. No entiendo cómo se puede negar verdades tan simples, tan de Perogrullo.

Por otra parte, el pueblo votó el 7 de octubre por un proyecto, por un programa. Esa es una real y efectiva decisión del pueblo verdadero, el mayoritario. Yo he planteado varias veces que para ser un burócrata no necesariamente hay que estar sentado en una oficina. En realidad, los partidos políticos suelen incurrir en burocratismo, porque el burócrata no le da participación al pueblo, sino que lo sustituye. Seguramente no es su intención, pero la camarada Benítez tal vez piense que su desconocimiento de la voluntad del pueblo verdadero, que es la de regirse según nuestra Constitución y de que haya un gobierno presidido por Chávez, es una actitud burocrática, ya que pretende que nos rijamos por lo que ella piensa, y no por lo que decidimos entre todos.

Por supuesto, nuestra Constitución tiene unos cuantos vacíos e inclusive errores e inconsistencias. Yo no estoy de acuerdo con todo lo que se puso allí. Pero la acepto y la acato porque esa fue una decisión soberana del pueblo. Afortunadamente, ella misma contempla las herramientas para su reforma y perfeccionamiento.

Finalmente, transcribo el acápite 11 del artículo 156 de nuestra Constitución, que se refiere a las competencias del Poder Público Nacional: “La regulación de la banca central, del sistema monetario, del régimen cambiario, del sistema financiero y del mercado de capitales; la emisión y acuñación de moneda” ¿Si fue acertado o no el ajuste cambiario? No soy quien para saberlo, en cuanto a mí, eso lo dirá el tiempo, más allá de cualquier dogma. Pero sí es claro que en ninguna parte de nuestra Constitución dice que esas vainas se decidan en asambleas. Sería una cosa como de locos.

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Néstor Francia


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