De manera racional, práctica y creativa

Intercambio inteligente de problemas y de soluciones

En homenaje a quienes hace justo 21 años arriesgaron su vida o murieron
para buscarle solución a los graves problemas de la nación y,
quizás, sin saberlo, crearon nuevos problemas que, a la vez,
han permitido resolver, absolver, disolver y solucionar otros problemas,
en un balance que ha resultado favorable para un importante sector, anteriormente excluido, de la población venezolana e incluso mundial.
En reconocimiento a los comandantes Hugo Chávez y Arias Cárdenas,
unidos nuevamente en la amistad y el compromiso con nuestro pueblo.
Agradecido con Ronald Blanco La Cruz, Florencio Porras, Iván Freitez,
Wilmar Castro Soteldo, William Fariñas, Jesús Aguilarte,
Luis Reyes Reyes y tantos más, con quienes trabajé y me hicieron cambiar
mi equivocada percepción y actitud frente a los “militares golpistas” y los
dictadores gorilas que pulularon a lo largo de América Latina y el Caribe.


A cada instante – todos – sin excepción y, particularmente, los gerentes, directivos o gobernantes, deben lidiar con la necesidad y la angustia de tener que enfrentar una situación indeseable o desagradable, que regularmente denominamos “problemas”. Para ello, se exploran y ponen en acción una o varias soluciones. Sin embargo, los problemas parecen no tener fin y todos los días surgen nuevos y variados problemas. Cuando ya creemos tener resueltos nuestros principales problemas surgen inesperadamente otros. Esto es particularmente cierto para quienes acceden al gobierno, sobre todo para quienes no tienen experiencia en lidiar con problemas en situaciones complejas, dinámicas y cambiantes, plenas de incertidumbre y de poder compartido con otras fuerzas o actores sociales. Esto es cierto, también, para quienes no comprenden que hay tipos de problemas muy diversos y distintas maneras de enfrentarlos, sin entender que nunca – óigase bien, nunca – se acabarán los problemas, pues son el pan nuestro de cada día. Ningún gobernante en el Planeta Tierra, está exento de problemas. Ni el más poderoso. Sólo que algunos pueden enfrentarse a problemas más embarazosos o de mayor magnitud. Y, es de suponer que, entre más poder, más difícil es la situación implicada. Sobre todo, sino existe suficiente capacidad personal ni institucional para enfrentar las brechas entre la realidad y los sueños. Ya lo hemos escuchado antes: “los deseos no preñan”. Se necesita algo más que sueños y proyectos de acción, se requiere saber cómo, cuándo, dónde, con quiénes, con qué, por qué y para qué hacerlos realidad. Ni el Papa, ni la ONU, ni el Presidente de EEUU o de China, ni el que barre la casa o riega el jardín, escapa a esta realidad. Todos tenemos que enfrentar problemas. Incluso, hay quienes – al no tenerlos – están “obligados” o estimulados a crearlos, porque ellos son como la sal de la vida. Sin los problemas no hay movimiento, impulso, cambio ni transformación. Probablemente, si todo fuera como lo deseamos, sería un fastidio. Sólo debemos tener cuidado en el sentido de que cuando son muchos y muy grandes los problemas, ello puede ser muy peligroso porque se tiende a la entropía y a la muerte de los sistemas. Pudiéramos decir entonces: buena es la sal, pero no tanto. Luchar por un mundo mejor sin problemas es una utopía irrealizable, pues siempre existirán los problemas, de distintos tamaños y de diversa naturaleza. Y, si no existieran, habría que “crearlos” para poder avanzar hacia mejores condiciones de vida, porque la inconformidad es un rasgo característico del humano. Sólo hay que saber y decidir por cuáles problemas optamos y tratar de que el balance siempre nos sea favorable. Eso es todo.

Hecha esta breve introducción, es conveniente señalar, de entrada, una primera idea básica: “gobernar es saber intercambiar problemas”. Sólo un buen gobierno sabe hacer un intercambio compensatorio de energía o un intercambio de problemas favorable a los intereses colectivos y logra un balance positivo en lo económico, lo político, lo ambiental, lo cultural o lo social, a favor de las grandes mayorías y – en especial – de las clases o sectores más necesitados.

Si al final de un gobierno, el balance general es negativo, existe la probabilidad de que no sólo el gobernante en ejercicio no sea reelegido, sino lo que es más grave aún para la población que lo eligió, de que no se logren resolver sus más importantes problemas, o incluso de que muchos de ellos se agudicen, mientras otros surjen inesperadamente, como consecuencia de no haberse tomado a tiempo medidas correctivas ni preventivas. Puede ser también, que no se resuelvan porque no se realizó, oportunamente, el intercambio adecuado entre los diversos problemas y las variadas soluciones que surgirán previsible y sorpresivamente en el camino.

Por eso, estamos convencidos de que necesitamos enfrentar uno de los más graves problemas que tenemos en América Latina y el mundo, para poder enfrentar con inteligencia racional, práctica y creativa los múltiples y variados problemas económicos, ambientales, jurídicos, de seguridad, sociales, políticos y de todo orden, que cotidianamente, ocupan los principales titulares de los periódicos, revistas o investigaciones… ¿Cuál es este problema que toca transversalmente al resto de los problemas que tenemos que enfrentar?

Después de trajinar durante muchos años, en la vida cotidiana, con muy diversos problemas; después de ser profesor de materias o cátedras, en las que hay que reflexionar y resolver problemas matemáticos, de física práctica y teórica, de química, de ingeniería y, por supuesto, después de enfrentar numerosos problemas personales y familiares. Después de ser creador y docente en materias como Teoría del Diseño o Planificación Estratégica Situacional, en las que se aplican teorías, técnicas y métodos para la resolución creativa de problemas. Después de ser director fundador del Instituto Zuliano de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IZEPES) en el Zulia, de asumir y vivir numerosas responsabilidades directivas en universidades, gobernaciones, corporaciones de desarrollo, en la industria petrolera y petroquímica (PDVSA y PEQUIVEN), en las que los problemas de toda índole brotan desde el piso y caen de los cielos, o cada vez que abrimos las puertas de nuestras oficinas, atendemos llamadas o revisamos nuestros correos en internet. Después de escribir libros, artículos, monografías sobre estos temas. Después de tanto ir y venir, leyendo aquí y allá.

Después de formarme como ingeniero y realizar estudios de postgrado en macroeconomía y planificación, hace más de 30 años, y de haber tenido la suerte de formarme en uno de los postgrados más prestigiosos y originales en materia de Creatividad en Europa; después de haberme formado y actualizado periódicamente, desde finales de los años 70, con el Dr. Carlos Matus Romo y haber tenido la suerte de ser su amigo, obteniendo su confianza y compartiendo intimidades sobre su “Teoría del Juego Social”, y habiendo contribuido, como lo reconoció públicamente en Isla Negra, con su propuesta de la Planificación Estratégica Situacional (que fue el título de mi primer libro publicado por EDILUZ en esta materia, en 1989)… en fin, después de tantas reflexiones, vivencias y experticia acumulada, después de todo esto y mucho más, estoy convencido de que uno de los principales problemas, sino el más importante y urgente, que hay que resolver, porque afecta a la mayoría de los problemas detectados en un determinado estado, municipio, aldea, localidad o comuna, e incluso en todo el país, es el de LA BAJA CAPACIDAD DE GOBIERNO DE NUESTROS GOBERNANTES.

Así de sencillo es: llegamos al gobierno y no estamos totalmente preparados para gobernar. Y, muchos y muchas no lo ven, porque como dijera el Dr. Carlos Matus: “No saben que no saben”. Esa es una verdad del tamaño de la “bolita del mundo”. Y los que saben que no saben, no quieren o no pueden resolver este importante y complejo problema, que ha sido “invisibilizado” por miedo a reconocerlo o por falta de humildad y voluntad política. Y, lo peor del caso es que hay quienes saben que saben y no se deciden a dar un paso al frente, muchas veces por temor o porque no son tomados en cuenta.

Aquí está el quid del asunto. Pudiéramos decir mejor, éste es uno de los más importantes o tal vez el más importante nudo crítico que incide, de manera directa, en la mayoría de nuestros graves y complejos problemas. En resumen: Los problemas no se resuelven, sencillamente porque no sabemos cómo hacerlo, porque no estamos suficientemente preparados para enfrentarlos. No tenemos capacidad para resolverlos y esta inhabilidad real o ficticia, es la que crea el “stress gubernamental o gerencial”, que hace que trabajemos hasta altas hora de la noche, incluso los fines de semana, y a pesar de ello, sintamos como que estamos montados en una bicicleta estacionaria o en una especie de rueda giratoria, en la que pedaleamos o caminamos sin parar sin que avancemos en la misma proporción de los esfuerzos y los recursos invertidos. Y, al querer resolver los problemas sin método o con métodos inadecuados, lo que hacemos es agudizarlos o posponerlos, en el mejor de los casos. Esto nos hace recordar aquella expresión gatopardiana: “cambiar para que todo siga igual”, dando pie, así, para que la gente piense como aquel campesino mejicano que – cansado del gobierno de su localidad – dijo en medio de su fastidio: “Estábamos mejor, cuando estábamos pior”… contribuimos, así, al desprestigio de la política y de los políticos, que ofrecen y no cumplen, que dicen y no hacen, que sueñan y no aterrizan.- SIC.

Por otra parte, dentro de la necesaria capacidad para GOBERNAR, con mayúsculas, está la imperiosa necesidad de aprender a identificar, procesar y “resolver” los más importantes problemas que nos agobian. Esto, que parece fácil de lograr con una simple “lluvia de ideas”, a veces, nos oculta los verdaderos y prioritarios problemas a resolver. Porque resulta que hay problemas relevantes que no son tan obvios como parece. Y, una cosa imprescindible: los gobernantes deben aprender a lidiar y saber manejar es a dominar el arte de intercambiar problemas y soluciones, de manera inteligente, en forma racional, práctica y creativa (con todo el cerebro o tricerebralmente). Si no, los problemas seguirán causando un intercambio desfavorable y nuevos e inusitados problemas irán apareciendo como pandemias y enfermedades sociales, que como el cáncer, el SIDA u otras enfermedades, serán siempre difíciles de resolver, porque no contamos con la capacidad y la inteligencia para hacerlo en forma eficaz, eficiente y oportuna. Debemos pues, disponernos a enfrentar el problema de la baja capacidad de gobierno de nuestros gobernantes, de manera URGENTE, antes de que sea tarde; incluso, es una tarea importante a nivel mundial, para poder garantizar la sobrevivencia de la especie humana en el Planeta, que es hoy uno de los objetivos históricos del Plan Socialista de la Nación, en el período 2013-2019.

Nuestros gobernantes: los que hemos tenido, tenemos y tendremos, son en el contexto social, los actores más responsables de lo que ha pasado, pasa y pasará en el Planeta. Un buen gobernante, es un instrumento de lujo para lograr la paz mundial. Un buen gobernante debe combinar su capacidad de resolución, absolución, disolución y solución de problemas con su responsabilidad ética ante la sociedad, con el pueblo que lo eligió para conducir los esfuerzos colectivos.

La capacidad para gobernar, de un buen gobernante, está asociada a la capacidad para saber identificar, procesar e intercambiar problemas.

Antes de avanzar, es necesario buscar respuestas a las siguientes interrogantes, los cuales aspiramos responder más adelante. Veamos:

¿Qué es un problema? ¿A qué tipo de problemas se enfrentan permanentemente los gobernantes? ¿Cómo podemos caracterizar o clasificar los problemas? ¿Qué significa intercambiar problemas? ¿Es cierto que toda solución a un problema es, a la vez, un problema? ¿Cómo podemos intercambiar las soluciones y los problemas? ¿Cómo podemos lograr un balance favorable de problemas en la gestión gubernamental? ¿Puede existir otra palabra que sustituya la carga paralizante o negativa de la palabra problema? ¿Todo problema tiene una única solución o siempre hay varias soluciones? ¿Cómo es posible generar soluciones creativas y viables a los problemas? ¿Cuánto tiempo puede durar resolver un problema complejo como el de la inseguridad? ¿Cuáles son los problemas prioritarios a resolver? ¿Deben resolverse sólo los problemas inmediatos que garanticen “victorias tempranas” o es necesario también resolver los problemas estructurales de largo aliento? ¿Qué importancia tiene el problema de la “baja capacidad de gobierno” en la posible solución de otros problemas o en el intercambio favorable de problemas en la gestión de un buen gobernante? ¿Este problema debe ser abordado después de asumir el gobierno o antes? ¿Puede una solución o un grupo de soluciones convertirse en un problema mayor que el que se pretende resolver? (remedio peor que la enfermedad). Para ser más precisos e irnos acercando a conceptos, ideas y teorías sobre el tema, pudiéramos preguntarnos: ¿Cuál es la diferencia entre un megaproblema, un macroproblema y un microproblema? ¿Debemos abordarlos de la misma manera? ¿Qué es un problema estructurado y cómo se resuelve? ¿Qué es un problema inestructurado o cuasiestructurado y qué métodos o técnicas existen para enfrentarlos con éxito? ¿Cuál es la diferencia entre: absolver, solucionar, resolver o disolver problemas? ¿Cuáles son las técnicas que existen y cuáles son las más adecuadas para resolver o solucionar creativamente un problema?¿Qué criterios de selección puedo utilizar? ¿Es posible siempre conseguir una solución más creativa o innovadora que la que existe actualmente o la que se ha utilizado siempre, para resolver determinados problemas relevantes? ¿De qué depende que un problema desaparezca totalmente? ¿Cómo logro relacionar y vincular o cómo se relacionan los problemas personales, los problemas familiares, los problemas institucionales y los problemas sociales? ¿Existe alguna manera de ver los problemas de manera holística o integral? ¿Qué utilidad tiene para estos fines la Teoría de la Organización Humana (TOH) o la Prospectoría Integral? ¿Es posible reducir el tiempo de solución de los problemas y cómo lo logramos? ¿Es posible reducir al máximo el costo económico, político o ambiental de la solución de uno o varios problemas y cómo lograrlo? ¿Qué problemas son acumulaciones o fenoestructuras, flujos de producción, y cuáles reglas o genoestructuras y de qué dependen? ¿Cómo se relacionan o vinculan los problemas entre sí? ¿Cuáles son los nudos críticos o las causas claves prioritarias que deben ser enfrentadas en un período de gobierno? ¿Qué relación y cómo se vinculan los problemas de un juego, con los problemas de otro juego? (ejemplo: juego económico con el juego educativo o el de la salud o el de la seguridad). ¿Qué relación o vinculación tienen los problemas del universo, con los mundiales en el Planeta Tierra, con los de América Latina y el Caribe, con los de Venezuela o los de un estado como el Zulia o un Municipio como Maracaibo o una Comunidad con la de Santa Rosa de Agua? ¿Será posible resolver todos o algunos problemas de manera espiritual? ¿De qué manera o con qué técnica espiritual pueden ser resueltos? ¿Será cierto que hay un solo problema: el de la separación y la falta de unidad con Dios, como dice “Un Curso de Milagros”? ¿Muchos de nuestros problemas podrían ser resueltos con métodos y técnicas alienígenas? ¿Es cierto que hay quienes tienen contactos con seres extraterrestres y han tenido acceso a soluciones a problemas científicos y tecnológicos que se han puesto en práctica? ¿Podremos contar con este apoyo para resolver problemas de salud, educativos, ambientales y de seguridad, entre otros? ¿Cómo podemos acceder a ellas? ¿Qué tiempo se requiere para resolver un problema complejo como el de la inseguridad? ¿Qué victorias tempranas podemos obtener y cómo lograrlas? ¿Qué relación tienen los procesos de planificación y diseño en ingeniería con la resolución de problemas? ¿Se puede planificar participativamente por problemas y cómo hacerlo? ¿Es lo mismo resolver problemas electorales para acceder al “poder” o al gobierno que resolver los problemas que aparecen cuando hay que gobernar con eficiencia? ¿Deberían ser los mismos personajes o con experticias y pericias diferentes? ¿Qué relación guarda la solución de problemas con las contradicciones o conflictos entre actores sociales que están dentro y fuera del gobierno? ¿Cómo influye el juego triádico subgrupal? ¿Qué papel debe y pueden jugar instituciones como las Universidades, IZEPES o la Escuela Latinoamericana y Caribeña de Ciencias y Técnicas de Gobierno (ESCOLAG) en todo esto? Allí dejo estas primeras interrogantes para la reflexión.

Mientras tanto: ¿Qué otras interrogantes se le ocurre? Escríbalas y compártalas, en el siguiente espacio en blanco, por favor. Recuerde aquel pensamiento de Einstein: “Lo más importante es no dejar (nunca) de preguntar” o, parodiando otro pensamiento de él, diríamos: Querer resolver los problemas de un estado, de un municipio, de una localidad, o de una comunidad o de un país, o del mundo, con las mismas técnicas y métodos de siempre es sencillamente una locura… por eso, “Si no está roto, rómpalo”.

Recordando al ilustre maestro, Don Simón Rodríguez: “O inventamos o erramos”. Debemos buscar entonces nuevas, originales y eficientes maneras de impactar la realidad. Después de esta “tormenta de interrogantes”, probablemente venga las respuestas y la calma. Ojalá, reflexionar sobre estas primeras ideas y tratar de responder a todas o algunas de estas interrogantes, generando nuevas, nos den luces para alumbrar el camino de la oscuridad, el caos organizacional y la desesperanza cuando no estamos claros hacia dónde nos dirigimos y cómo debemos organizarnos para lograr lo que nos propusimos.

Si logramos hacer un intercambio de problemas favorable a la población más desprotegida y excluida de la sociedad, probablemente, un gobernante no sólo podrá consolidar su posicionamiento político o su hegemonía gubernamental, sino que podrá satisfacer las necesidades más sentidas y las más importantes expectativas de las grandes mayorías de la población. Y si esto contribuye, a su vez, a crear estabilidad política y social y a incrementar la felicidad social, la misión del gobernante será cumplida.

ANOTE AQUÍ SUS INTERROGANTES EN RELACIÓN AL TEMA Y POR FAVOR HAGAMELAS LLEGAR, a : hugomoyer@hotmail.com, PARA COMPARTIRLAS CON OTR@S







Intercambio de problemas y soluciones


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