Pueblo y Fuerza Armada

Desde la resistencia indígena contra la conquista española la historia venezolana está caracterizada por la incesante lucha de nuestro pueblo contra la opresión extranjera: contra el imperio español, el inglés, el francés, el alemán y finalmente contra el imperio yanky. Guerras civiles, golpes de estado e insurrecciones populares son expresiones de un pueblo que no había logrado realizarse como nación soberana.

A partir de 1830 los gobiernos eran en realidad instrumentos de las empresas imperialistas que explotaban nuestras riquezas y aquellos que intentaron obrar con independencia fueron derrocados mediantes golpes que contaban con la aprobación de los imperios. Tal fue el caso de los generales Cipriano Castro e Isaías Medina Angarita. La explotación petrolera incrementó considerablemente esa injerencia imperialista.

La dictadura de Pérez Jiménez fue derrocada por una insurrección popular a la cual se sumó la Fuerza Armada. Por primera vez se producía la conjunción de pueblo y Fuerza Armada, la cual fue traicionada por la llamada democracia representativa. A partir de entonces Venezuela ha vivido conflictos armados y conspiraciones.

El puntofijismo puede definirse como la traición al pueblo que llevó a cabo el formidable hecho histórico que fue la insurrección del 23 de enero y para ello recurrió a la persecución, la cárcel, la tortura y la muerte. En nuestra historia republicana ningún régimen ha ocasionado mayor número de presos políticos, torturados y asesinados. Contra esa política criminal insurgieron los alzamientos de Carúpano y Puerto Cabello con participación de guerrilleros y masas populares. La lucha armada se extendió a lo largo de casi todo el periodo del puntofijismo. Las rebeliones militares del 04 de febrero y el 27 de noviembre se propusieron un régimen con la participación del pueblo.

El 04 de febrero y el 27 de noviembre que, por diversas razones, no pudieron incorporar a las masas populares en el momento de la insurgencia, tuvieron consecuencias de gran trascendencia histórica. Fueron movimientos que habrían de inaugurar en el país una nueva época que conduciría a la instauración de un régimen que ha tenido como objetivo esencial la defensa de la soberanía, el antiimperialismo, la satisfacción de las necesidades más sentidas del pueblo y la integración de América Latina y El Caribe.

La experiencia histórica nos permite constatar que durante medio siglo Venezuela ha experimentado tanto la vía insurreccional como la vía electoral. El puntofijismo siempre apeló al argumento de que era el producto de elecciones para justificar el régimen, pese a las prácticas fraudulentas que lo caracterizaron. No obstante, la propia legalidad terminó por asfixiar a gobiernos que no tuvieron respeto por el ordenamiento jurídico que, según ellos, les otorgaba legitimidad. Carlos Andrés Pérez fue destituido por decisión de la Corte Suprema de Justicia y el Senado de la República.

Hugo Chávez es la síntesis de las vías insurreccional y electoral: encabezó la rebelión militar del 04 de febrero y resultó triunfante en un proceso electoral en el cual aventajó a todas las fuerzas reaccionarias unidas. Este hecho le confiere al presidente Chávez una extraordinaria fortaleza política. El pueblo venezolano por vía electoral le confirió un indiscutible triunfo que no pudieron tergiversar. Acción Democrática sacrificó a su máximo líder Alfaro Lucero y COPEY a su bella candidata Irene Sáez para darle apoyo a Salas Romer. Nada de esto pudo contra la decisión del pueblo venezolano.

La obra que ha llevado a cabo la Revolución Bolivariana, a pesar de haber estado bajo la permanente asechanza de la contrarrevolución encabezada por el imperialismo yanky, es el resultado de la unidad de la masas populares y la fuerza armada. Estos años han demostrado que la unidad de pueblo y Fuerza Armada es invencible cuando hay la decisión inquebrantable de impulsar el desarrollo soberano con el apoyo de la inmensa mayoría constituida por las clases explotadas a través de los siglos. Las conspiraciones reaccionarias se han estrellado y estrellarán contra este formidable bloque histórico.

robertohernandezw@gmail.com


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Roberto Hernández Wohnsiedler

Abogado y Sociólogo. Fue diputado, vicepresidente de la Asamblea Nacional, Ministro del Poder Popular del Trabajo y Seguridad Social y militante del Partido Comunista de Venezuela (PCV). Es autor del libro La Clase Obrera y la Revolución Bolivariana.

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