La lengua desnuda

Sentido y pertenencia

Hace catorce años los venezolanos arribamos a un encuentro con nosotros mismos. La cotidianidad ha dado un vuelco súbito, a una escala flanqueada por la sólida apuesta a una nueva cultura de pertenencia.

No se trató desde su inicio de una emboscada dialéctica, sino de un proceso revolucionario bajo la concepción de un socialismo con miras al siglo XXI. Las dudas de su permanencia fueron y siguen siendo el quehacer de una oposición que lentamente se ha ido suicidando por la falta de concreción proyectista hacia un modelo de país marcado por la equidad, la distancia se le hizo inalcanzable. El divisionismo a ultranza por configurar un liderazgo, los consumió en tan oprobiosa meta.

Mientras que el pueblo ha conformado su protagonismo y su sentimiento político en una fuerza indetenible, con la que además augura la estabilidad deseada más allá del mito transitado por el socialismo que una vez recorrió Europa. Hugo Chávez ha narrado lo que seremos, ha expresado lo que somos, ha sabido interpretar lo que fuimos y nos los dice todos los días.

Ha reivindicado la subversión por la pertenencia, ese ariete insoslayable para arremeter contra el ya decadente capitalismo deleznable. Hemos escuchado la palabra encendida de horizonte, un horizonte nuevo, sin nubarrones que atajen y aprendido a vivir con la responsabilidad de resguardar la Patria que nos pertenece.

Ahora es posible que nuestro rastro germine y se levante al sol la llama como un muelle de sueños, donde cada esperanza tenga cause con la guía del Comandante con su sentido de la realidad. No seremos más un cuento de ficción, un libreto incubado en las agallas del mercado que pretende consumirnos como peces flacos, sin fuerzas para lucir rebeldes. El control nos pertenece con el ductor sentido de propagar una sociedad de iguales, donde lo inminente es y seguirá siendo independencia y Patria Socialista.



peyestudio@hotmail.com


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