El maestro Abreu no ha traicionado a nadie

He notado con atención que se ha despertado toda una polémica a partir de la foto del maestro y economista José Antonio Abreu con el músico uribista conocido como “Juanes” y el cantante-compositor español Miguel Bosé, junto con la intención de que las orquestas juveniles se presenten con ellos en el concierto “por la paz”.

He manifestado en varias oportunidades de manera pública y privada mis opiniones sobre el sistema y sobre el maestro, que a mi parecer, ha tenido una sola postura política y ha sido consecuente con ella toda su vida. Esta opinión la emito, como profesor de música, como ciudadano y como un promotor cultural que toda su vida ha interactuado con el sistema, a tal punto de haberme entrevistado personalmente en dos oportunidades con el maestro y polemizar respetuosamente sobre el tema.

José Antonio Abreu viene de la escuela del maestro Vicente Emilio Sojo, un compositor autodidacta y visionario que impulsó la creación de la Orquesta Sinfónica Venezuela y el Orfeón Lamas, ambas instituciones que sirvieron de origen al movimiento de orquestas profesionales en el país. Sojo, como gran visionario, se preocupó por que sus discípulos tuvieran una preparación superior a la de el mismo. Es así como una de sus alumnas más brillantes, Modesta Bor, viaja a Rusia a complementar su formación, Inocente Carreño complementa sus estudios de composición con los de estudios Internacionales y Abreu, los complementa con los de economía. De allí, surge un movimiento de nuevos compositores (Lauro, Carreño, Estévez, Blanca Estrella, Gonzalo Castellanos) que bajo la supervisión de Sojo, se forman y crean nuevos paradigmas de música académica nacionalista en una especie de romanticismo tardío que llegó a nuestro país.

Cada discípulo asume una tarea importante a nivel nacional: Modesta, asume la formación de nuevos coros infantiles y juveniles produciendo una gran cantidad de arreglos, adaptaciones y composiciones corales para estas agrupaciones. Lauro, convierte la guitarra en su instrumento principal generando toda una gama de composiciones para este instrumento a partir de música venezolana de distintas regiones del país, así como toda una escuela de guitarristas. Estévez, como compositor crea un referente de música académica generada a partir de temas populares con la famosa “Cantata Criolla” que lleva al contexto sinfónico coral el famoso contrapunteo de Florentino y el Diablo, pero con el esplendor de la cantata y sonoridades de la orquesta moderna del siglo XX.
Blanca Estrella de Méscoli y Gonzalo Castellanos, realizan una fecunda producción musical sinfónica, pianística y coral, mientras que a Abreu quien era director de orquestas, pero además muy buen gerente, crea un semillero para la generación de relevo de la Sinfónica Venezuela, fue así como se creó la Orquesta Sinfónica Juvenil, devenida luego en el Movimiento de Orquestas Sinfónicas Juveniles.

Ya fallecido el maestro Sojo, las juveniles comienzan a formarse en el interior del país (años 75 -76) y el maestro Abreu consigue apoyo del gobierno nacional a través del entonces Ministerio de Sanidad (hoy de Salud) durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, pero simultáneamente, de la banca privada, de la Unesco y de los propios representantes de los jóvenes músicos quienes eran colaboradores del movimiento. Es de recordar, que si bien el movimiento tenía jóvenes de escasos recursos, estos, no eran mayoría entonces y buena parte de los representantes de los jóvenes eran adinerados, hijos de europeos e interesados por preservar la música de sus ancestros.

El maestro Abreu participa en la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez, donde se presentó vestido completamente de blanco (color de la tarjeta de acción democrática) y dirigió solemnemente el himno nacional con una fusión de orquestas y coros que le dio un nivel que algunos periodistas describieron como “Napoleónico” a la toma de posesión de Carlos Andrés.

Durante los gobiernos de CAP y Caldera, el Maestro Abreu tuvo funciones específicas dentro del CONAC (hoy IAEM) lo que lo convirtió en un personaje muy importante de la política artístico-cultural en el área musical así como Sofía Imbert lo fue para la museística posmoderna venezolana.

Llegada la revolución, el Maestro presenta una propuesta que convenció al gobierno nacional y se crea FESNOJIV Fundación de Estado para las Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela bajo la premisa de que con la música sinfónica se puede lograr un desarrollo social y fomentar los niveles de ciudadanía. Es allí donde el maestro ya no como funcionario del gobierno (como lo fue con Carlos Andrés y Caldera) sino con radio mayor de autonomía, recibe recursos equivalentes a los de dos ministerios juntos, y se fortalece la internacionalización del sistema de orquestas, que ya no son una fundación de Estado, sino una fundación independiente llamada FUNDAMUSICAL que mantiene convenios con el gobierno nacional, pero también con Alcaldías y Gobernaciones en el interior del país, así como con organizaciones internacionales europeas.

Una de las políticas de Fundamusical es no hablar nunca con los medios de comunicación, sobre cuánto dinero reciben y son hoy en día una organización sumamente poderosa, mediática y transnacional, dirigida por un brillante músico y economista que ha sido consecuente con su posición política que jamás ha sido de izquierda.

Nadie puede negar la proyección que Venezuela ha tenido con su orquesta Simón Bolívar en tiempos de Revolución, pero para nadie es un secreto que Gustavo Dudamel, también brillante músico, es director de una orquesta en Estados Unidos, y es imagen corporativa de Rolex donde aparece modelando fotografiado en revistas de moda como un artista de farándula.

Tener trescientos mil niños estudiando música centro europea no es una posición de izquierda, es una bonita y loable labor, pero no fortalece los valores culturales nacionales. Si no me cree, trate de ir a Viena y enseñar a trescientos mil niños a bailar tambor veleño o tamunangue con financiamiento del gobierno de allá. No va a poder, porque sencillamente eso iría en detrimento de la cultura nacional de ese país y se consideraría una colonización cultural inaceptable.

En tal sentido, mal se podría decir que Abreu es un “malagradecido” o que Dudamel traicionó a la revolución. Ellos representan a una corporación artística llevada eficientemente y que cumple su rol de universalizar la música centro europea como método de acción social.

El maestro y su discípulo, no son militantes de la revolución, ni lo han sido jamás, por lo tanto no podemos hablar de una traición al proceso al retratarse con Bosé y Juanes sino una acción consecuente con la posición política que Abreu ha tenido desde 1975.

A mí no me preocupa que Abreu se retrate con sus colegas de la derecha, me preocupa que:

.- Vamos a pasar a un millón de jóvenes estudiando instrumentos musicales centro- europeos, lo que fortalece económicamente a los países que los producen, en detrimento de los lutier nacionales de cuatros, guitarras, etc.

.- En un país mestizo como Venezuela y destacado por la inteligencia de sus mujeres que en revolución se han visto tomadas en cuenta, no tenemos una representación importante de mujeres como directoras de estas orquestas. Tampoco hay una cantidad importante de directores afro descendientes (a mí me gusta más la palabra negro, pero quiero ser respetuoso con los nuevos patrones semánticos) al frente de las agrupaciones. Los negros y las mujeres son para las orquestas de las cárceles o zonas de alto riesgo, pero no para dirigir la juvenil de un estado ni para actividades internacionales.

.- El millón de jóvenes estudiando música centro europea terminará despreciando la música nacional genuina y pensando que solo la música sinfónica es digna de estudio, y verán (como ya ocurre) el tambor, el joropo, los sones de negro, la fulía, la gaita etc., como música “exótica” tocada para “cerrar de manera divertida” un concierto.

Mi propuesta es centrar la discusión (si es que este tema tiene discusión alguna) en el asunto real, y dejar de caer en asuntos faranduleros. Abreu no ha traicionado a la Revolución, porque nunca ha sido parte de ella. Es un gran músico, un gran gerente, un visionario, un hombre constante en su lucha por mantener la organización que preside y desde su posición política, ha actuado consecuentemente. El comandante presidente le ha brindado apoyo económico, porque considera que es una buena labor, pero de allí a que se le considere parte de nuestro proceso, hay una distancia muy grande.

Nos toca a los que queremos ser de izquierda, generar una propuesta alternativa, la pregunta es: ¿Los proponentes estaremos dispuestos a mantenernos 38 años continuos desde la izquierda en esa lucha como lo hizo Abreu desde la derecha?

marcosleonardove@yahoo.com

@marcosmelendezm


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