Consejos de un ausente

Las recomendaciones del presidente Chávez, como consejos de un ausente para las acciones que se realizarían después de su partida a curación a La Habana, parece que se han cumplido:

Triunfo abrumador del PSUV en las elecciones de gobernadores, declaración y juramentación popular masiva de lealtad al comandante y al proyecto socialista, unidad inquebrantable del partido y del gobierno revolucionario, declaración pública de lealtad del ejército al presidente y al proyecto socialista, muestras de sostenimiento y fortaleza de las misiones económicas, sociales y educativas…

Sin embargo; cuando se lee sobre las actitudes de Juanes, Bosé, Abreu y Dudamel, y las amenazas de movilizaciones contra revolucionarias de la derecha, hay necesidad de detenerse en algo que parece no estar muy claro para algunos y esto es que: el cumplimiento de estas recomendaciones posee un sentido estratégico interno dado que persigue asegurar las mayores simpatías y el apoyo generoso de los trabajadores del campo y de la ciudad, los estudiantes, los intelectuales y los niños al liderazgo del presidente y del partido en el proceso de construcción del socialismo venezolano; podría creerse erróneamente que esto es culto a la personalidad, pero, renunciar ahora al liderazgo del presidente, del gobierno revolucionario y del partido PSUV equivaldría a renunciar a la consigna más importante que recomendó Chávez antes de partir a la Habana: triunfo total, y concentración de una superioridad gigantesca de fuerza organizada que no dé lugar a que la derecha pretenda dividir, crear el caos social y tener justificación para intervenciones foráneas en el país.

Por ello las recomendaciones del presidente poseen un aspecto especial de la lucha política que deben ser profundamente analizadas, pues significan:

Que la revolución una vez empezada debe saber llevarse hasta el final
Se deben concentrar fuerzas muy superiores para no ser aniquilados por los enemigos.
Que en esta fase del proceso debe pasarse a una ofensiva revolucionaria con mayor energía.
Mantener la superioridad moral y no decaer ante los juegos cínicos y desestabilizadores de la derecha.
Confiar en que los líderes y el pueblo aplicarán con éxito los grandes preceptos de la revolución socialista.

Si algunos no quieren aceptarlas, lo hacen bajo su responsabilidad dado que el proceso revolucionario continúa.

juliabra54@yahoo.com


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