El 16D Crónica de una votación regional

Son las dos y media de la tarde, una voz se desgañita a lo lejos gritando por un altavoz que salgan a votar, añadiendo que es gratis. Ojalá se calme, pues ya ha pasado bajo el balcón de casa por lo menos cuatro veces y me tiene los nervios de punta. Al mismo tiempo, suena una y otra vez el celular. Los tuitter acaban de declarar la guerra de cuarta generación, dando los primeros partes de batalla, unos dicen que ganó el candidato tal o cual; otros que este partido le lleva al otro por lo menos diez puntos de diferencia. De manera obsesiva y compulsiva todo el mundo llama por teléfono para estar bien informado, señalando que conoce de buena fuente este u otro resultado, porque se lo dijo un amigo que tiene línea directa con uno de los comandos de campaña o un brujo infalible que las ha pegado todas, desde el primer triunfo del Presidente Chávez.

Transcurrieron un par de horas, ya son las seis de la tarde, la suerte está echada. Los rumores van y vienen. Aunque el Consejo Nacional Electoral no ha dado el primer boletín, ya se han marcado tendencias y de nuevo las redes informales funcionan en forma aceitada, pero ahora con más precisión dando porcentajes precisos. Se afirma que los sectores identificados con la derecha retrocedieron posiciones, que el mapa político venezolano a nivel regional se va a teñir de color rojo, ocupando incluso bastiones emblemáticos opositores como Carabobo, Zulia, Miranda y Táchira. Se informa que apenas se perdieron un par de gobernaciones, Lara y Amazonas en manos de la oposición tradicional, tal como se proyectaba desde días pasados.

Son las 9 y 30 de la noche. Acaba de emitir el Consejo Nacional Electoral el primer boletín dando un cómodo triunfo al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) sobre los demás adversarios en 20 estados. Comienzan ahora los análisis. De los ocho estados que estaban en manos de la oposición, se ganaron cinco: Carabobo, Monagas, Táchira, Zulia y Nueva Esparta. Quizás la sorpresa fue Miranda, donde ganó Capriles Radonsky al candidato revolucionario Elías Jaua. En cualquier caso, la clave del resultado electoral fue una lucha de comandos que manejaron maquinarias y la movilización partidista. El balance es que el Comando Carabobo y la maquinaria roja funcionaron mucho mejor, animada además con el compromiso emocional asumido por los sectores populares con el Presidente Chávez en medio de su penosa enfermedad. En cambio, la maquinaria opositora identificada con la llamada Mesa de la Unidad Democrática integrada por una confederación de partidos y grupos no logró convencer y movilizar a ciudadanos comunes; quienes tienden a aglutinarse alrededor de un sentimiento antichavista, inducido en buena medida por los medios de comunicación, pero no son militantes ni trasladan en forma automática ese sentimiento, a las candidaturas regionales.

Que la abstención haya mantenido su tendencia histórica situándose alrededor de 47% no es de extrañar, pues en un país de cultura política presidencialista la valoración ciudadana acerca de las elecciones estadales y la gobernación en sí, como institución es menor. De hecho en la jerga coloquial se menciona la elección regional o de gobernadores, pasando casi inadvertido para el elector la mención a la elección de las Asambleas Legislativas.

Por otra parte, este mecanismo de elección es relativamente reciente. En efecto, en nuestra fundación republicana la forma federal y la figura del gobernador se conocieron desde temprano, pues las Provincias constituyeron la unidad nacional de la República naciente. Incluso, entrado ya el siglo XX, la Constitución de 1961 contemplaba que, el gobernador era un agente del Ejecutivo Nacional de libre nombramiento y remoción por parte del Presidente de la República. La elección directa como hoy la conocemos fue una de las recomendaciones de la Comisión Presidencial de la Reforma del Estado (COPRE), consecuencia de la aguda crisis de legitimidad del sistema político venezolano en la década de los ochenta con la pretensión de democratizar el estado y pretendiendo hacerlo mas eficiente.

Hoy, alejados de la visión liberal del Estado, este triunfo de la revolución bolivariana y socialista resulta de valor estratégico para la realización del Plan de la Patria como nuevo Plan Socialista de la Nación para el periodo 2013-2019, pues permite engranar el nivel nacional con el estadal como segundo escalón, y preparar el encadenamiento con el tercero que encarnan las elecciones municipales del próximo mes de abril. El encadenamiento en tres escalones permitirá hacer realidad la construcción del Poder Popular como expresión de la democracia social, participativa y protagónica, la conformación de una economía socialista y el impulso de la comuna y la constitución del Estado Comunal venezolano.

frlandaeta@hotmail.com


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