La columna de acero

Una revolución no solo se construye con esperanzas, con sueños, con hipótesis con palabras, se construye con hechos, con fuerza, pero sobre todo con amor, un amor infinito que a veces obnubila la capacidad de ver la realidad y nos hace mirar fuera de foco el verdadero objetivo y el camino que debemos seguir, y nos perdemos en el sentimentalismo venático y desesperado que nos angustia y nos paraliza.

Una dolencia traidora como la que padece el presidente Bolivariano, si, le dimos ese titulo porque nos devolvió al Libertador dormido en los recuerdos lejanos e intangibles para resucitarlo con toda su grandeza y humanidad, quien mejor que el presidente Chávez para llevar ese titulo además de Comandante de la Revolución Bolivariana, una de las gestas más decisivas e importante en la historia de los pueblos, al lado de la Revolución Rusa y La revolución Cubana.

Ahora tenemos Patria y la Patria en cada uno de los habitantes de La Republica Bolivariana de Venezuela, aunque algunos les pese, el Bolívar que camina todos los días entre nuestro pueblo, el que despertó con el presidente Bolivariano para quedarse insomne en vigilia permanente para que esta vez lo que el no pudo hacer se haga.

El presidente Chávez, al igual que en una carrera de relevos, tomo el testigo de la mano de nuestros Libertadores, no solo de Bolívar, sino de cada uno de los Libertadores de nuestros pueblos de La Patria Grande, ¡que obra colosal!, y nos trajo hasta aquí, con su empuje, valor y fortaleza, cual una columna de acero impertérrita ante los embates de las tempestades traidoras que desde los enemigos de la Patria y de la humanidad se empeñan en destruirnos y acabar con la revolución Bolivariana, esperanza de los pueblos y con la semilla humana que ellos condenaron a no ser.

Sobre los hombros de este pueblo reposa la misión histórica más importante en la historia de las humanidades, el tiempo inexorable no se detiene y nos convoca a continuar, recogiendo el dolor y la angustia, el pesar del genio incansable que ahora debe reposar por el tiempo que la providencia le ha dictado porque los designios del creador son inescrutables, y el así finalmente lo ha entendido.

Llego la hora para que el pueblo revolucionario de La Republica Bolivariana de Venezuela se emancipe y asuma el verdadero rol para el que fue convocado en este tiempo, que los dormidos despierten, atrás deben quedar las dudas, la comodidad, hay mucho que hacer, mucho que se dejo de hacer, el presidente Bolivariano trajo La revolución, ahora nos toca al pueblo hacer que la revolución sea irreversible.

No somos una isla, y la crisis colectiva e individual de todo tipo por la que atraviesa la humanidad no nos dejara por fuera, la conspiración avanza rápidamente. Se hace necesario implementar los cambios necesarios y urge esa tarea, lo que ocurra en el exterior marcara las decisiones que han de tomarse para la sobrevivencia de La Revolución y de nuestro pueblo.

Se requiere de una fuerza, coraje, estrategia y valentía capaz de emular las hazañas de Alejandro Magno; de un guerrero moderno de oro y diamante, radical y decidido, tenaz, y con una claridad mental y definida de hacia donde tenemos que ir y que falta por construir, que no le tiemble la mano ni el corazón ante los enemigos de La Patria y del pueblo, que sea capaz de afrontar y cerrar las fisuras que han quedado abiertas y por donde se han colado los enemigos del pueblo, de la causa de la humanidad, que convoque y descanse en el pueblo y en su sabiduría, pero sobre todo que este lleno de amor verdadero y no de sentimentalismo que lo obnubilen.

Y será el pueblo revolucionario de La Republica Bolivariana de Venezuela quien reconozca, al igual que reconoció al Comandante Chávez , al Líder guerrero que lo acompañara a la siguiente etapa, difícil y harto peligrosa que ha comenzado, nunca debió haber una primera ni segunda etapa, ha debido hacerse todo junto: los avances sociales y el despertar y educación pedagógica de la conciencia política colectiva de nuestro pueblo, por lo que recomendamos la lectura del “IDEARIO DE FIDEL”, del Dr. Fidel Castro Rus, allí esta con claridad lo necesario para la educación pedagógica política de la masa del pueblo como medida urgente y necesaria mientras seguimos adelante.

Al Presidente Bolivariano Comandante de La Revolución Bolivariana lo entregamos a La Providencia, a nuestros ancestros, nuestros mayores, para su sanación, para que finalmente guarde el reposo necesario que lo llevara a curar sus heridas, no hay que temer, el testigo ha sido entregado para terminar la gesta de un pueblo comprometido con la causa de la humanidad, estamos en buenas manos.

Confiamos en el Líder.

anazaicon@yahoo.com.


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Ana Bordas


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