La madera con la cual se tallan los mejores revolucionarios y revolucionarias

Para quienes estábamos del otro lado del televisor, la declaración del Presidente Chávez fue un mazazo inesperado en la cabeza. Uno habría imaginado que se refiriese al tema electoral, pues estamos a escasos horas del cierre de campaña. Pero dirigirse al país para decir que de nuevo la enfermedad había regresado, confieso que no me pasaba por la cabeza. No obstante, el talante con el cual asumió esta nueva batalla, su integridad moral, coraje y fortaleza mostraron el rostro humano del hombre que asume riesgos con valentía, a la vez que, como líder comprometido con el pueblo anuncia los momentos difíciles por venir y no tiene ambages para ser transparente y anunciar el escenario de la eventual ausencia temporal e incluso la falta absoluta.

Cuanto no habrá cavilado antes de dar el paso. En política, es común que las razones de estado se divorcien de la transparencia y la práctica ética. Sin embargo, Chávez aún estando en su laberinto no dudó un momento en ser íntegro y hacer, lo contrario a lo que algunos llaman la política maquiavélica, para referirse al cálculo racional y egoísta de mentir u ocultar cuando la razón de estado se invoca. Se refirió con entereza a su enfermedad, haciendo referencia incluso al hecho que sentía dolor como cualquier mortal. Acto seguido, el estadista dirigió un mensaje a un interlocutor, el pueblo para señalar que confiaba en la unidad de todos con el Vicepresidente Nicolás Maduro como líder. Por lo demás, sano realismo en política ante las especulaciones y aviesas intenciones que puedan sobrevenir, pues no falta quienes empiezan a sacar cuentas y se frotan las manos, unos a la derecha y algunos a la izquierda. Sin embargo olvidan que es temprano aún, que anticiparse al peor escenario posible, no es necesariamente que ese desenlace sea inexorable.

Ciertamente la coyuntura presente es difícil, no se puede negar, incluso luego de salir bien de la intervención quirúrgica; pero a lo largo de estos trece años, muchas cosas se han transformado. La Revolución Bolivariana ha echado raíces convertida en pueblo, multiplicándose como un campo de flores por aquí y por allá encarnada en millones de gentes comunes que reconociéndose e identificándose en el liderazgo de Chávez, trascienden al hombre de carne y hueso para comprometerse y hacer suyos, la fuerza de la Patria; el ejercicio del Poder Popular; y mas reciente andar la senda de la práctica de los valores y principios éticos del socialismo bolivariano.

La revolucionaria y el revolucionario bolivarianos están hechos de madera buena, templada con la conciencia social de quien forja una vida para asumir con humildad pero sin titubeos y coraje, el proyecto de hacer factible otro mundo posible. Una revolucionaria y revolucionario que con desinteresado amor y fe en la justicia, la igualdad y solidaridad humana antepone a lo particular, el interés general. Que acoge como práctica el estudio permanente para cultivarse y conocer la realidad que aspira transformar. Un miembro militante en las filas de la patria bolivariana y socialista rabiosamente antiimperialista que ejerce el pensamiento crítico asumiendo sin embargo, con disciplina militante su pertenencia a una organización revolucionaria colocada a la vanguardia del pueblo. Una mujer y un hombre que hacen suyos como principios y valores: la vida sencilla, la honestidad y rectitud en el proceder. Este es nuestro compromiso.


frlandaeta@hotmail.com


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