La batalla nunca termina

Decidió abrirse el silencio después de sus palabras, todo tenía en esos minutos un desagradable sabor a despedida, la noche del ocho de diciembre, es y será emblemática. Un regreso preocupado y permisivo, trae a Chávez desde Cuba a su tierra. Una de las cadenas más cortas en los medios de comunicación por parte del presidente venezolano, propina a la mitad del país una innegable tristeza, y a una parte de la otra mitad, una despiadada e inhumana “esperanza”.


La noche del segundo sábado del mes de diciembre de 2012, el presidente Hugo Rafael Chávez Frías, se planta tan transparente como siempre, solicitando el permiso para regresar a Cuba y someterse a una operación, a causa de la reaparición de células malignas en la misma zona donde fue operado anteriormente. Él, acompañado por el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, el vicepresidente de la República, Nicolás Maduro y varios de los ministros, pidió rotundo apoyo a este proyecto revolucionario que se ha estado llevando a cabo en los últimos 14 años.


Los admiradores y aduladores que aplaudieron de pie al héroe del 4 de febrero de 1992, son los mismos que ahora, tras la información del regreso del cáncer de Chávez, se alegran y se alegraron de igual forma el pasado 2011 cuando la enfermedad le fue diagnosticada por vez primera. Cabe destacar que el primer diagnóstico le dio esperanzas de liderazgo gubernamental a un grupo de políticos opositores, quizás supusieron la ausencia del Presidente para los comicios del 7 de octubre del presente año. Desde luego, esas esperanzas se dieron por perdidas.

Escenarios

Una gran parte de las personas que viven en este país, irracionales por naturaleza, deberían estudiar derecho, para que de alguna manera u otra las conjeturas y juicos inhumanos que emiten, estén pobremente justificados. Se debe entender que las enfermedades no vienen por Karma, o cualquier tipo de patrañas que nos inventamos para que nuestro odio por una persona parezca bueno, justificado o merecido. ¿De cuando acá somos nosotros los que decidimos si la gente merece o no lo que les sucede?

Después de rondar por minutos el objetivo del comunicado, Chávez pidió reiterar el apoyo a la revolución, y con valentía, planteó varios escenarios, en su mayoría él se muestra ausente, y no porque precisamente lo estará, esto fue algo al que el venezolano llamaría un “por si las moscas…”.

La preocupación reflejada en los ojos de Chávez, puede ser únicamente comprable con las de un padre obligado a dejar a su hija. Después de todo, tal vez en su mente y raciocinio, los objetivos planteados para Venezuela aun no han sido alcanzados.

Aves de rapiña

La ambición económica detrás de los cargos políticos, lleva en este contexto a la oposición a sentirse con puntos a favor en su marcador. Tal vez algunos políticos no son humanos, sino robots que trabajan para denigrarse. En estos casos, la felicidad plena está en manos de quien no está mal.

Estas letras (sin sentido para muchos), tratan de ir más allá de una crítica a un sector político, esto trata de explicar que la humanidad y lo que sale de la boca, no debería quedar sumergido en un pantano de intereses y pasiones. Aclaro, si esta situación de tanto calibre, la sufriera el bando opositor, no sé cómo reaccionaría parte de la izquierda fanática. Asegúrate siempre de que tus alegrías no sean migajas desprendidas de un mal ajeno.

Como la ley de acción y reacción: la enfermedad ataca, el valiente contraataca. Una vez más, Hugo Chávez demuestra que sus palabras van de la mano con los hechos, ante otra batalla contra el monstruo, envía un mensaje entre palabras:


“RENDIRSE ES TRAICIÓN, CANSARSE ES FALTA DE CONCIENCIA, EL QUE SE CANSA DE UNA LUCHA ES QUE NO TIENE CONCIENCIA, POR MÁS DIFICULTADES QUE HAYA EN EL CAMINO… ¡AQUÍ NO SE RINDE NADIE, AQUÍ NO SE CANSA NADIE…!” Hugo Chávez.


pinedamariajose3@gmail.com

@MariaJoseSarai


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