Es que el antichavismo obsesivo es algo así como una pandemia enquistada, principalmente, en las redes mediáticas de la derecha nacionales e internacionales, que difunden cuanta mentira se les antoja pretendiendo dañar la imagen del Presidente Chávez , desnaturalizar el proceso bolivariano y con ello los cambios que vienen ocurriendo en Latinoamérica y el interés provocados por estos en el resto del mundo. Para estos al parecer no hay terapia que valga, porque ni la de los votos en consultas democráticas les sirven.
Sinceramente, cada vez se convierte en verdad irrefutable eso de “Chávez los tiene locos”. Formaron un alegre berrinche cuando supieron que al “arañero” barinés le habían detectado en Cuba un tumor cancerígeno; pero, igual se emberrincharon cuando el mismo informó que sería tratado en ese país y no en un Consultorio de Barrio Adentro aquí en Venezuela. De pronto apareció como del Cielo una lluvia de oncólogos de “alta factura”, cum laudes de ilustres universidades describiendo con los más mínimos detalles lo grave del mal que prácticamente ya tenía en la tumba al Presidente, quien confió en los médicos cubanos, lo salvaron de lo peor y en brevísimo tiempo volvió repotenciado al país. Al antichavismo enfermizo y sus especialistas les deben haber crecido las arrugas de decepción, más aún cuando en una intensa campaña electoral les dio tremenda estocada el 7-0 y les anunció la próxima derrota.
Una dolencia como la que tuvo el Presidente no se cura de un viaje con una inyección ó con una intervención quirúrgica…debe continuarse con algunos tratamientos. Eso lo se yo, quien no tiene la menor idea de asuntos médicos; pero, deben saberlo muy bien los “doctos” de las cadenas mediáticas reaccionarias y sus alimentadores. Mas, ellos se hacen los locos y el Presidente no debe tomarse ni una pastilla ni disfrutar de un reposito porque eso significa que se está muriendo; pero ahora…a correr pa’tras porque llegó el Comandante con la mira puesta al 16-D.
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