Al Camarada Presidente Chávez y al pueblo revolucionario de Venezuela

Su acción Sr. Presidente Chávez se extenderá por siempre. Fue el primero en América Latina en dedicarse por entero a una segunda independencia y, sin perder contacto con los intereses de la política y la vida pública asumió la plena responsabilidad del socialismo del siglo XXI que debe tener todo autentico revolucionario.

Tuvo que orientarse por sí solo en el extraño mundo del socialismo después que su padre putativo le informara que no hay formulas para crear el socialismo, con su esfuerzo personal en laboriosas lecturas suplió la falta de maestros.

Formado en el positivismo de la perseverancia, de la honestidad y del amor por su pueblo encontró muy pronto ante sí una misma actitud polémica; desde ángulos diversos y con acento distinto criticamos la concepción del proceso, el progresismo ingenuo y la falta de una cultura revolucionaria, sin embargo, el camarada Chávez defendió la autonomía de Venezuela, la integración de la región y los fueros de la libertad humana imprescindible para impulsar a los más pobres a otros niveles de conocimiento y desarrollo material.

A la parte pasional de nuestra naturaleza revolucionaria le compete legítimamente no solo el poder sino el deber de preguntarnos sobre el socialismo. El Sr. Presidente Chávez es la opción genuina para liderar este proceso, sin embargo, por su enfermedad o por algunas otras cosas tenga que dejarnos el terreno revolucionario debe estar presto a continuar; en esas circunstancias, la decisión pasional no puede resolver si o no y, al aportar esa actitud supone un riesgo de privarse de la ecuanimidad para resolver este asunto, dilema que se nos acerca cada vez mas.

En la buena y vieja escuela revolucionaria venezolana, la conversación sigue desarrollándose en esa línea ¿habrá socialismo cuando Chávez no este? Y, para demostrarles que en Venezuela este tema es vital, la fe en materia de creencia religiosa está siendo adoptada voluntariamente aun cuando el pueblo haya vivido siempre empatados en una y otra fe, hoy, la recuperación del presidente Chávez, es la mayor fe que tiene el pueblo revolucionario y chavista.

El pueblo mismo mira su corazón cuando afirma una y otra vez que Chávez es nuestro líder para llegar al socialismo, es la certeza absoluta de los hechos, lamentablemente, la ciencia no tiene solución para ciertos padecimientos, la ciencia nos habla de lo que existe para que nos preparemos para el desenlace, demostrando que esas certezas nos aseguran otra clase de entendimiento que el corazón del pueblo, por su parte, declara tales.

La verdad de las verdades es que nuestro querido presidente no estará siempre con nosotros y la revolución no puede evitarlo, una verdad como esta es un robo cometido a despecho de los deberes hacia el pueblo, pero, si el pueblo quiere seguir especulando las pasiones seguirán siendo más fuertes que los objetivos revolucionarios; esperar impunemente hasta que la presencia de la evidencia nos coaccione, como pueblo que tiene interés en seguir hacia el socialismo o como negativo, seguir esperando por un milagro.

Hablando como le gustaría a Chávez y sé que nos lo dirá en su momento, que su verdad no se acomodara con amabilidad a nuestras necesidades revolucionarias en la gran lucha contra la oligarquía y el sistema capitalista protegido por el imperialismo, las cuestiones políticas estratégicas asoman inmediatamente como problema cuya solución no puede esperar la llegada de la prueba sensible.

Un asunto revolucionario en esta parte del mundo tan cerca de los Estados Unidos, no es una cuestión relativa a algo que tiene una existencia sensible y que es bueno pero que sería muy lamentable si ya no existiese.

Ahora, después de toda esta introducción vayamos directamente a la cuestión que nos ocupa en esta nota. He dicho y ahora lo repito que no solo en realidad encontramos que el factor pasional por Chávez influye en nuestras opiniones y en ciertas posturas, incluso en Aporrea, en las que hay que considerar esta influencia no solo como inevitable sino también como determinante y legitima de nuestra revolución.

Por supuesto que hay un dejo de peligro por los engaños que la pasión provoca en la búsqueda de la verdad del socialismo sin Chávez, entonces, los pasos pasionales a más de inevitables son necesarios siempre y cuando se queden en los primeros pasos del camino, de ahí, el recorrido más seguro para llegar a la transición es, no dar más pasos pasionales.

El pueblo en general ahora tendrá que actuar tan urgente que es preferible asegurarse que no lo hará por una falsa convicción como base de nuestra acción; en las milicias, en los consejos comunales, gobiernos regionales (importante nuestra elección para gobernadores) en las alcaldías, en los círculos bolivarianos y en cada uno de los barrios es hora de empezar a plantear el tema ¿queremos el socialismo cuando Chávez ya no este?

Así, lo importante es contestar esta pregunta y resolver este dilema porque no podemos seguir pasivos ante el riesgo que se nos viene encima cuando Chávez no este, no podemos esperar que suceda para actuar objetivamente, nosotros tenemos que adelantarnos a esta verdad no a creerla, y las decisiones que se tomaran no serán solo por el prurito de actuar rápidamente sino estar listos para enfrentar el asunto, está totalmente en el propósito de seguir con la revolución.

En efecto, ¿en que nos afecta estar preparados para cuando Chávez no este? No nos afecta en nada, opciones como esta no se nos impone, al contrario, es mejor preparar al pueblo ponderando las razones en pro y en contra con una actitud firme en vez de una actitud indiferente, esta ultima seria menos recomendable, y si los deseos apasionados de muchos es no hacer nada, bueno, allá ellos, pero los revolucionarios debemos proyectar diversos escenarios para estar mejor preparados.

En la vida los hechos son los que son con absoluta independencia de nosotros; y será raro que haya tal prisa y urgencia de conocerla, que tengamos que enfrentarnos no solo con la derecha sino con una parte de las FFAA para conservar el proceso.

En este campo las opciones no son triviales, las opciones serán vida o muerte, muy raro será la elección de una opción pacifica, en consecuencia, para huir de esas creencias la actitud más prudente es la de estar mentalmente listos para todo, porque, los panes con queso y mermelada no resultan a medida de los deseos para dejar los platos limpios, eso no pasara, si no estamos preparados nos comerán vivos.

rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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