CCS 14/07/11.- José Gelhder es un comunicador visual. Un fabricante de sueños. Toma un espacio virgen y lo transforma. Su obra tiene un mensaje social y busca la belleza, atractivo que a su juicio puede estar en la parte más sensible y en la más miserable del ser humano. Una amplia pared de la mezzanina del hotel Alba Caracas, desde hace unos 20 días, le sirve para plasmar su arte. Se trata de un mural, en el que los rostros de las heroínas venezolanas de la independencia, se erigen como guardianas del lugar. Venezuela celebra el año Bicentenario de su Independencia, lo que hace propicia la pintura que recuerda la lucha emprendida por las mujeres de ayer.
En fin, la historia heroica de la mujer venezolana es una batalla diaria contra la oligarquía venezolana y las trasnacionales, quienes todavía se pasean por nuestras vidas como una droga que potencia la burocracia ejercida por lacayos que quieren detener y destruir el proceso revolucionario.
Sra. Leticia: usted no tiene ni la más mínima idea del daño que hizo al PATRIMONIO NACIONAL destruyendo un bien público, una obra que se realizó en homenaje a nuestras mujeres valientes que lucharon por la independencia de Venezuela. Seguro estamos que usted nunca oyó hablar de Teresa Heredia, Consuelo Fernández, Ana María Campos, Luisa Arrambide de Pacanins, Juana La Avanzadora y otras heroínas que lucharon contra la oligarquía rancia y nuevos ricos a la que usted con esmero les sirve. Razón por la cual le molestaba tener esa obra en esos espacios del hotel ALBA, simplemente, porque no contrastaba con sus fiestas de Brujas Halloween y esas otras delicadeces que usted promueve en las carteleras externas y vallas comerciales del hotel que este proceso revolucionario nacionalizó. Por supuesto, y no esperamos menos, bajo su mando gerencial se aúpa la bota yankee sobre nuestras culturas, queriendo filtrar esa basura en el hotel. Un hotel que meses atrás era un espacio para el debate ideológico del pensamiento revolucionario, y que ahora a usted lo ha desfigurado para convertirlo en una exquisitez capitalista para producir $ y euros que satisfagan a los lacayos que añoran de nuevo los eventos que se hacían en el HILTON.
Asombrado quedé con la feria FITVEN, creo que batió record mundial al no permitir la entrada al público que asistía en bermudas, insólito en un país tropical como el nuestro: como para ponerse el disfraz de Clark Kent para entrar en ese propio apartheid surafricano.
En lo que a mí respecta, le pregunto: Qué explicación tendrá sobre el deterioro que usted dice sufrió la obra Las Heroínas. Me imagino que tendrá usted un informe de ingeniería, fotos, videos y las recomendaciones para el caso, ya que esa pieza de arte (y no sé si usted podrá entenderlo) no se puede valorar en los términos capitalistas como usted dirige el hotel ni en los costos impagables de la joyas que usted luce y que no se corresponden al sueldo que usted tiene como gerente del bien del estado que administra. Por cierto, hablando con el personal obrero y administrativo del hotel, trabajadoras y trabajadores como yo, me manifestaron que no había ninguna avería en la pared de marras a la que usted aludió. Sepa usted que ese mural se realizó con polímeros de primera calidad, igual al mural de la Avenida Universidad en la pared del Liceo Andrés Bello, el cual lleva allí 13 años llevando sol y agua diariamente: menos mal, y para bien de la Humanidad, usted no tienen el poder suficiente para destruir la Torre de Pisa o acabar a Venecia por sus malos olores y contaminación de sus aguas. Sepa usted que en otro país la hubieran ya destituido o detenido por el desastre cultural que su soberbia y falta de ubicación patriótica provocó.
Finalmente, usted está en su derecho de defenderse como lo viene haciendo. Compremos alpargatas porque lo que viene es joropo. Usted no cometió un error, la alienación colonialista y capitalista que lleva por dentro la hace cometer errores recurrentes que constituyen un peligro para la disposición de cambio de nuestro pueblo, esos que parieron este proceso revolucionario y que realizan el trabajo verdadero todos los días: hombres y mujeres humildes que usted maltrata con su lógica mercantilista desde que llegó al hotel. Todo se reduce a carne y hueso, pero más allá de un problema personal se trata de cómo pedagogizar sobre la base de una Nueva Cultura Política: tarea que le corresponde principalmente a los que están en cargos de dirección en las instituciones y empresas del estado, es decir, PÚBLICAS del Pueblo.