Espacios públicos y buhonería en Caracas

Para la Almiranta Carmen Meléndez

"Trabajadores informales salen del centro"  (Ciudad Caracas, 15/11/2012)

"si bien es cierto el derecho al trabajo, también es importante el derecho de los ciudadanos a transitar libremente por sus espacios recuperados" Jorge Rodríguez, Alcalde de Caracas

I-. Caracas, su valor histórico/su abandono

Caracas, la Ciudad de los Techos Rojos llamada así por Enrique Bernardo Núñez, la Sucursal del Cielo ó la Sultana del Ávila denominada por muchos otros, sin lugar a dudas durante años fue un paraíso terrenal, su clima, sus montañas mágicas e impetuosas, su posición geoestratégica ubicada a pocos kilómetros del Puerto de la Guaira y del Mar Caribe le dieron una connotación que incluso la convirtió en la capital de Venezuela. Cuna de grandes hombres y mujeres que han marcado a lo largo de la historia, el rumbo de la nación. Diversos acontecimientos históricos, sociales, culturales, militares, internacionales, han tenido como epicentro a la ciudad de Caracas.

Esta ciudad durante décadas estuvo abandonada a su suerte, numerosos dirigentes políticos, culturales y sociales, nunca comprendieron su valor histórico, su arquitectura, su cultura, su legado e idiosincrasia. De manera que Caracas, pese a ser la capital de la república, adoleció de políticas que coadyuvaran a mantener su patrimonio. Monumentos, teatros y sitios históricos en total abandono, plazas públicas, bulevares, calles, salidas de numerosas estaciones del metro, etc; tomadas por mafias de comerciantes, que imposibilitaban el disfrute de dichos espacios.

La Plaza "Diego Ibarra", conocida como Saigón, se convirtió en un antro donde se expendía además de ropa; licor, drogas, y pornografía, con la mirada complaciente de autoridades y ciudadanía. La misma suerte corrió la Plaza Francisco Narváez, en la Hoyada. De igual forma, los bulevares de Plaza Venezuela, Sabana Grande, Chacaíto, El Cementerio, Catia, entre otros, tomada por esas mismas mafias, quienes impedían el libre tránsito de los ciudadanos y aprovechaban la anarquía y el desorden para cometer robos, atracos y todo tipo de fechoría.

Fui testigo de muchos acontecimientos de esa naturaleza, ya que laboré como educador de calle en los cuatro (4) puntos cardinales de la ciudad y me correspondió ser un testigo excepcional. Presencié diversos robos y la complicidad de algunos buhoneros, quienes resguardaban lo hurtado. No quiero meterlos a todos en un mismo saco, por cuanto muchos de ellos conseguían su sustento de vida vendiendo su fuerza de trabajo a esas mafias que controlaban esos espacios.

II-. La recuperación de los espacios públicos. ¿Para qué?

Gracias a la buena dupla de la Alcaldía de Caracas y al Gobierno del Distrito Capital, se ha visto un nuevo esquema gerencial y un nuevo enfoque en la recuperación de espacios públicos. Por otra parte, la presencia de PDVSA La Estancia, también ha dado aportes significativos en ese sentido. No obstante, a los grandes esfuerzos y a las acertadas políticas de los entes mencionados, no logro entender cómo se permite nuevamente la instalación de buhoneros a lo largo y ancho de espacios recuperados y no recuperados, lo cual no sólo revierte sino que neutraliza y anula los logros y avances alcanzados en esta materia.

No es posible que se haya establecido acuerdos entre las autoridades y los buhoneros para conciliar el día miércoles como día de parada, mientras el resto de los días, nuestras calles están copadas por comerciantes informales, los cuales en su mayoría son indocumentados que vienen de otras latitudes y   que en sus respectivos países no crean inconvenientes con la basura, mucho menos obstruyen el tráfico peatonal ni especulan como la hacen en nuestros barrios, calles y espacios recuperados por las autoridades capitalinas.

Esa etapa debemos superarla y vernos reflejados en la experiencia de Quito, Buenos Aires, Bogotá, Lima y otras ciudades de América Latina, cuyas calles brillan por lo pulcro y el orden, y atrás dejaron el desorden y la anarquía. Entonces, ¿por qué nosotros debemos permitirlo y hasta propiciarlo con la mirada complaciente de autoridades y transeúntes? ¿Es que acaso, Venezuela es el país de las maravillas donde se pueden tomar los espacios públicos sin ninguna dificultad?

III-. ¿Anarquía Vs autoridad ó complicidad?

Las autoridades deberían hacer un recorrido por los barrios de Caracas, salidas de metros, calles, avenidas, para cerciorarse de la ocupación de los espacios públicos. En Propatria, no se puede caminar, por cuanto las aceras están tomadas por buhoneros, lo mismo ocurre en Antímano, El cementerio, Bellas Artes, Altagracia, El Valle, incluso, a pocos metros de la casa de Simón Bolívar y en el Bulevar Panteón, cerca del Panteón Nacional, vemos con tristeza la misma situación. Fruteros por doquier, en su mayoría de la vecina república de Colombia, expendiendo además con un peso adulterado y en libras, unidad de medida prohibida en el territorio nacional. En su país de origen es impensable copar los espacios de la forma como lo hacen en  Caracas y otras ciudades de nuestra "tierra de gracia".

Hemos sido por años demasiado condescendientes. Dudo que algún país del mundo haya sido tan abierto e incluso al extremo como Venezuela. Creemos en la integración de los pueblos tal como lo plantearon Miranda, luego Bolívar, y afortunadamente ahora el presidente Hugo Chávez, quien ha retomado esas banderas de la integración frente al dominio imperial. La ALBA constituye un nuevo esquema de solidaridad y complementación de nuestras economías y cooperación, es decir, la complementación, la cooperación, la solidaridad y el respeto a la soberanía de los países son algunas de las características de este nuevo proyecto integracionista.

Sin embargo, vemos con preocupación que con la visión integracionista  desde hace algunos años vienen ingresando cientos de paramilitares colombianos, quienes bajo el deficiente control migratorio se establecen en nuestros barrios, para actuar como fuerza de choque en escenarios de conflictos y contrarrestar el avance de la revolución bolivariana. Muchos de ellos, ante la anarquía en nuestros barrios, en nuestras calles, se posicionan de distintos espacios, uno de ellos, es el buhoneril. Sabemos que la oligarquía colombiana, se erige como el Israel de América Latina, conformando y consolidando con sus bases militares el Plan Colombia.

De manera que con el caos muchos pescan en ríos revueltos. Por si fuera poco,  dentro de este escenario ya es costumbre observar en la Plaza "El Venezolano" todos los días  viernes a un grupo de simpáticos compatriotas de la tercera edad conocidos como los abuelos bonchones, bailando y compartiendo en un ambiente aparentemente  agradable. Lo que llama poderosamente la atención  es como  detrás de este hecho hay venta de licor que no es propiciado por los abuelos, si no, por terceros que  terminan convirtiendo la actividad en un evento deplorable a tan pocos metros de la cuadra Bolívar.

En el mismo mercado popular ubicado  cerca de la casa del Libertador juegan dominó, cartas, e ingieren licor. De modo, que no hay sentido de pertenencia y se irrespeta a un espacio con  una simbología y una importancia vital, por formar parte de nuestro acervo cultural e histórico.  Si esto ocurre a tan sólo pocos metros de la casa natal de de Simón Bolívar, no quiero imaginarme cómo estará la cosa en otros espacios y lugares del país. Por otra parte, vemos con preocupación que la Policía de Caracas y la recién creada Policía Nacional sean tan permisiva con la instalación de los buhoneros en los espacios públicos,  el consumo de licor y juegos de cartas y dominó cerca de sitios históricos y plazas: Plaza El Venezolano, Plaza Andrés Eloy Blanco,  Panteón Nacional, entre otros, así como también no se ponga un coto a la especulación y la venta descarada de productos alimenticios en los barrios de Caracas con sobreprecios.

Nos preguntamos nuevamente, ¿Qué papel juega la Policía de Caracas, la Policía Nacional, la Guardia Patrimonial y la ciudadanía?

IV-. Sociedad de Clases, germen de la exclusión y de la desigualdad.

Sin lugar a dudas, la mayoría de los buhoneros o mal llamados informarles, no escogieron ejercer ese oficio, sino que han sido excluidos y colocados al margen como consecuencia de una sociedad desigual, donde las clases dominantes poseedoras de las riquezas, de los medios de producción y de las fuerzas productivas,  generan pobreza y  exclusión.

Desde tiempos remotos, la sociedad ha sido dividida en clases, y desde entonces  se ha mantenido esa jerarquización. Ayer, detentaban el poder político y económico quienes poseían esclavos, luego los que poseían las  tierras, y hoy, quienes acumulan capital. Esas diferenciaciones a lo largo del tiempo ha conllevado a su vez a la lucha de clases, y ha confrontado a explotados contra explotadores.

En tal sentido, los buhoneros  son el resultado de una sociedad desigual, jerarquizada, que no le ha brindado oportunidades, sin embargo, durante la administración bolivariana se le ha dado todo el apoyo, se han establecido mesas de diálogo y por si fuera poco, el gobierno ha reubicado a cientos de buhoneros en mercados populares o como se le denominan ahora Centros de  Economía Comunal (Manuela Sáenz, Joaquín Crespo, entre otros), dignificando su condición de trabajo y de vida, e incluso un número significativo de ellos han sido beneficiados con la asignación de la pensión del Seguro Social.

V-. Buhoneros/ Especulación/Explotación

Sin embargo, muchos de quienes ejercen la buhonería se convierten en vulgares especuladores al duplicar y triplicar sus ganancias mediante la venta con sobreprecios de muchos de sus productos, en ese sentido, algunos terminan reproduciendo y legitimando los preceptos filosóficos y económicos de la teoría del capital, aunque no formen parte de la clase dominante ni detenten el poder económico. Si bien es cierto que sería absurdo comparar a un buhonero de Petare, La Vega, El Cementerio, Antímano ó Propatria con la Organización Cisneros, El Grupo Mendoza ó cualquier otro grupo o familia perteneciente a la oligarquía del dinero, no obstante, su práctica especulativa y usurera se entrecruzan y asemejan.

Sólo que estos grandes grupos forman parte del stablisment económico y financiero especulativo, es decir, especulan a gran escala, además de estar compactos y defender sus intereses de clase.  En tanto el buhonero especula a una escala pequeña a su propia gente, a personas de su propia condición social, y peor aún a los más pobres.

El buhonero en el barrio además de vender la harina pan, el azúcar, la leche, el arroz, la pasta y otros productos de la cesta básica con sobreprecio, cometen un delito mayor al especular con los productos de MERCAL. No conforme con ello, adulteran el peso y la balanza para sacar mayores márgenes de ganancias a sus "humildes negocios".

Hay que tomar en consideración que existen mafias venezolanas y extranjeras que a su vez explotan a trabajadores informarles, exponiéndolos a trabajar en condiciones deplorables, bajo  el sol inclemente  y el agua incesante, de forma que no todos los que ejercen esta labor, son humildes comerciantes. Sólo basta observar cuando bajan y suben las mercancías de camionetas de lujos, difícilmente cuesta creer en su condición buhoneril.

Nos preguntamos, ¿Dónde están el Indepabis, La ley de control y precios justo, los consejos comunales, la Policía Nacional, la Alcaldía de Caracas y la ciudadanía en general, qué permiten estos desmanes? 

VI-. ¿Qué hacer? ¿Qué sugerimos?

Así como Quito, Buenos Aires, y otras ciudades de América Latina lograron subsanar esta problemática, nosotros debemos comenzar a delinear políticas asertivas en este sentido. Por ello, proponemos un conjunto de planteamientos que a nuestro juicio podrían incidir en la solución de esta problemática. Marx, en su tesis 11 sostenía que: "Los filósofos no han hecho más que interpretar la historia de lo que se trata es de transformarla". En tal sentido, pretendemos no quedarnos en el mero análisis ó diagnostico, sino sugerir, proponer, y ponernos a la orden para participar en las asambleas ó mesas de trabajo, que son imperante realizar.

1-. Realizar mesas de trabajo con las autoridades, buhoneros, comunidad y demás actores involucrados en la problemática  a objeto de abordarla con una visión integral, compartida y enmarcadas en la constitución, leyes y ordenanzas, no fuera de ella.

2-. Realizar un censo de los comerciantes informales desplegados en la ciudad y recopilar información relativa al grado de instrucción, oficios que manejen, procedencia, etc. Ello, con el objeto de reorientar y reubicar a todas estas personas según su vocación, mediante cursos de adiestramientos de emprendedores con el propósito de impulsar y apalancar su desarrollo no sólo económico sino personal. De manera que se tendrá niveles de incidencia sobre proyectos de vida que incentiven a mejorar de forma integral sus condiciones de vida.

3-. Una vez clasificados según su orientación vocacional, y realizados los respectivos cursos, apoyarlos con financiamientos para constituir sus microempresas, empresas, cooperativas, o cualquier otra forma de organización que ellos escojan, cualquiera que sea, siempre orientada al proyecto país, es decir, a la visión socialista, producción con precios justos. No repetir la experiencia del Mercado de Quinta Crespo donde el estado aportó la edificación y distribuyó los locales, y algunos buhoneros que fueron trasladados allí, continuaron repitiendo el esquema especulativo, de modo que no se hizo el trabajo formativo ni de concienciación. Amén de la ausencia de las instituciones para acompañar el proceso en sus distintas fases o etapas.

4-. Crear en los barrios, centros de producción y consumos donde se expendan los productos a precios justos, así estaríamos acabando con la especulación reinante en nuestras barriadas. Verduras, alimentos, panaderías, fruterías, acuicultura, confecciones, ropas, calzado, juegos tradicionales de madera, dulcería, gastronomía, entre otros.

5-. Llevar programas educativos a la comunidad con el objeto de crear la cultura del consumo y no del consumismo. De manera, que una comunidad formada y educada no  dejará que en su comunidad especulen, alteren los pesos y balanzas, ni se cometa ningún exabrupto que afecte su poder adquisitivo, ni su condición ciudadana.

6-. Establecer mecanismo de control en nuestras fronteras a objeto de evitar la inmigración masiva, incesante y permanente de otros países. No proponemos el cierre de nuestras fronteras ni apelamos al chovinismo que rechazamos y repudiamos de antemano, lo que sugerimos es, establecer mecanismos de control adaptados a las leyes y convenios internacionales. Muchos paramilitares utilizan la buhonería como careta, pero con una intención clara y definida: Mellar la revolución bolivariana.

Por lo antes expuesto, aspiramos que se revierta esa situación y que los espacios públicos sean espacios para transitar, para el encuentro, para el disfrute, esparcimiento, también para el quehacer cultural, educativo y ciudadano.

De lo contrario, estaremos abonando el terreno para que la anarquía, el desorden, la insensatez, la basura se convierta en el día a día y los ciudadanos se acostumbren a vivir bajo el primitivismo, la ignominia y la negación a su esencia ciudadana. Por ello, se hace imperioso que las autoridades y los habitantes de Caracas, se avoquen a preservar y a garantizar los espacios públicos para los fines que fueron dispuestos.

lucha.armada@hotmail.com



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