Cuentos del Arañero. ¿Envidia? ¡No!

De verdad que no es envidia, simplemente son ganas de protestar contra lo que no tiene arreglo.

El Ministerio de la Cultura a través del Instituto Autónomo Centro Nacional del Libro, creó un concurso de becas para promover la escritura de cuentos para niños. Participaron 47 personas con proyectos y guiones de ilustración.

Desde el principio me pareció extraño que si quieres promover, selecciones y descartes. Me pareció extraño premiar con dinero en forma de becas un proyecto de un cuento. Me pareció extraño que fueran dos becas y que el material podía estar en inicio, desarrollo o terminado. Me pareció extraño premiar un proyecto. Pero mi amiga se animó y envió su pobre cuento, miserable cuento, que hasta sin ilustraciones estaba y está.

No se comprende que quieras promover escritura de cuentos y restes; y de 47 se queden con 2 cuentos, que seguro son magníficos; pero hay que ver la cantidad de cuentos que necesitan los niños y adolescentes de este país. La cantidad de trabajo que necesitan los diseñadores e ilustradores de este país y que el ministerio les haga eso.

¿Qué es lo que quiere una persona que escribe cuentos? quiere que le publiquen sus cuentos. Basta. Qué quiere un ministerio que desea promover la escritura: sumar en lugar de restar, eso es lo que debe hacer. No poner a buenas personas para que juzguen un proyecto, que ni siquiera un cuento, porque el cuento no se envió, sino una cosa que ellos inventaron que es el proyecto del cuento.

Qué increíble. Yo no conozco a nadie que escriba el proyecto del cuento o de la novela y después se faje a escribir, pero bueno, quedaron 45 proyectos sin poder ser publicados y dos ganadores, estará por verse si los publican, eso se sabrá dentro de seis meses, lo sabrán ellos, nosotros no.

Y entonces qué es eso de la envidia, bueno fíjense ustedes el presidente sin querer ahora es escritor de cuentos, habla y cuenta esas cosas que repite una y otra vez y ahora lo transforman en “Cuentos del Arañero” y una pelusa, mandan a sacar 50.000 ejemplares. Se es sortario si se es presidente porque el pobre cuento de mi amiga, su pobre historia no merece ni que la monten en la Canaimita para que los chamos la lean. Ya veremos los cuentos del arañero en las Canaimas. No es envidia, claro que no, es sólo ver como unos tienen suerte y otros no.

Suerte de la buena. Ahora salen y presentan el libro “Cuentos del Arañero” y el presentador se emociona y habla como si los relatos orales que todos hemos escuchado, fueran unas piezas de realismo mágico. Es decir que cuando Chávez dice la exageración esa de que vio un caimán de cincuenta metros, no es un embuste ni un chiste, sino realismo mágico. Hay que ser presidente para escuchar esos halagos, que si leen el mal escrito cuento de mi amiga, sin terminarlo de leer, y noten que es corto, lo lanzan a la basura y pensarán en la locura que significa que alguien que no sabe escribir, crea que puede escribir cuentos para chamos.

Según el presentador del libro, esas historias que todos hemos escuchado del presidente son la causa y el motivo por el cual Chávez gana elecciones, ya que son a través de ellas como se acerca al pueblo, na guará. No es sólo realismo mágico sino sentimiento mágico y poder mágico en acción mayor. Suerte de la buena, que no es otra cosa que suerte sin límites, que un presentador diga esas cosas que le salen quién sabe de dónde.

Envidia, no vale, que va. Envidia no, sino rabia no por el cuentico, que en verdad no vale la pena; sino por unos que conozco, que tampoco ganaron nada, y que son una belleza, una delicia. Que sí que sería bello que esos cuentos estuvieran en las manitas de los niños venezolanos. Pero no van a estar a menos que sus autoras paguen su impresión y distribución, lo cual es difícil.

Felicitaciones al presidente por que ahora sus historias orales están en formato escrito, con ilustraciones y todo, bien editado el librito y 50.000 ejemplares.

¿Envidia? no vale, sólo son ganas de protestar por lo que no tiene arreglo, por lo que no tiene compón, como decía mi abuelita, ella que no la pueden leer en ninguna historia, aunque yo también, he editado el pasado para ponerlo bonito y me he puesto en papel protagónico, pero no he podido tampoco imprimir mis cuentos ni siquiera en fotocopias. ¿Envidia? ¡No!.

vasmarva@gmail.com


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