Mi revolucionaria y siempre compañera

Se suponía que no ocurriría nada parecido a la cuarta, se suponía que los cambios eran radicales ya que muchos de los que conforman el gobierno hacen llamar a esto que vivimos, revolución.

Y es que en nombre de la revolución nos hemos quejado de tantas cosas  y despotricado de otras muchas más, justamente cuando no nos cae en beneficio o nos complace en algo que queremos hacer o lograr.

Ayer, mi compañera me hacia un reclamo u observación de la cantidad de quejas con las que llego a casa, quizás intentando que la revolución se parezca un poco a lo que imagino y llevo a todos lados en la cabeza, triste, desconsolado, incomprendido, malcriado y hasta ignorante de una realidad que ella intenta hacerme ver, solo la veo, escucho y se que detrás del sermón de siempre, la razón acompaña su postura.

Todos queremos estar  bien, tener una casa, carro, nevera llena, cervezas frías, una mujer con gran deseo sexual, un hombre con retardante natural y un trabajo más para ganar, que para trabajar propiamente,  obviamente una revolución es para crear cambios a nivel de la sociedad, donde la conciencia juegue un papel fundamental en la creación del hombre y la mujer nueva, donde muchos intentemos vivir de la naturaleza y no de la destrucción de la misma, en donde se priorice las necesidades del individuo y no sus intereses.

Total que mi cautelosa e irreverente compañera me  ha enseñado y realmente a puesto todo su esfuerzo, en cambiar mi programación natural de rebelde sin causa a  combatiente con argumentos, justamente eso tratamos de hacer en equipo durante la crianza de nuestras pequeñas que van creciendo dentro de un mundo agitado y una revolución extraña que se sostiene sin culpa alguna del capital y que pronto ocupara su lugar.

Se supone que en esta búsqueda permanente de la mayor suma de felicidad posible para todos los que somos parte del pueblo, el camino debería ser armonioso y de acuerdos constantes más que de angustias y esperas debida a la siempre jerárquica burocracia, que aunque el gobierno mantenga una campaña supuestamente permanente contra ella, los trabajadores o parte de la clase trabajadora, cuidan, respetan y honran su lugar.

Es necesario usar la razón, es necesario pensar y prepararnos  para  ser mejores, combatir nuestro mayor enemigo que no es más que la ignorancia y hacer una revolución llena de luces y de militantes que hagan realidades con los sueños que se han tenido en colectivo, ¿ de que hablamos, que decimos, como actuamos? ¿Cuanta voluntad hace falta para continuar más que para empezar? ¿cuanta entrega hace falta para concluir más que para esperar? El problema mi querida compañera, estando de acuerdo con usted y respetando su palabra, ciertamente esta en el siempre inconforme ser humano que creyendo que por las bondades de la naturaleza y la suerte de haber nacido en tierras fértiles y subsuelos  llenos de intereses internacionales, tenemos derecho a todo y más grave aún, en nombre de la revolución, decir  como dije al principio, que nos merecemos todo, solo cuando es bueno, pero cuando es malo lo vemos como una injusticia.

Nos faltan pensadores que nos enseñen a pensar querida, nos faltan escritores que nos enseñen la importancia de la literatura, nos hace falta un Sabina moderno que nos explique el porque "la muerte es la suerte con una letra cambiada"

Se supone que este texto no se parece a la cuarta, pero mi mayor deseo es que tampoco sea de la quinta.

loelito21@gmail.com



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Loel Henriquez

Premio Nacional de Periodismo 2012, Revolucionario. Fotógrafo de El Correo del Orinoco. Casado, Chavista, malcriado, rebelde y rezongón.

 loelito21@gmail.com      @encapuchao

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