Guardia territorial

Oswaldo Álvarez Paz, en recientes declaraciones, nos presenta a la Guardia Territorial prevista en el proyecto de LOFA, como un conjunto de bandas armadas, con pasamontañas, actuando contra sus conciudadanos para imponer una dictadura estalinista. Nadie puede impedir que alguien proyecte su razonamiento y experiencias en el diseño de futuribles. Seguramente Álvarez Paz esta rememorando el empleo que hiciese su correligionario Luis Herrera C. de la FA pretoriana en Cantaura o, tal vez la reciente matanza de estudiantes en el Barrio Kennedy ejecutada por miembros de la DIM, incluyendo militares activos, conjuntamente con componentes de la policía de investigaciones criminales, todos formados dentro de la cultura que intentaron imponer sus correligionarios y sus socios adecos, que resumió Rómulo Betancourt con la frase “disparen primero y después averigüen” . Y tiene razón Oswaldo. Las tradiciones tienen un peso dominante en la conducta individual y corporativa. Empero, paralela a esta conducta secular, hay otra tendencia más edificante. La mostrada por el Mariscal Antonio José de Sucre de respeto al adversario. Sin ellas no estarían vivos los dirigentes más conspicuos de la subversión de los 60, en su gran mayoría acompañando a nuestro amigo pesimista en su reacción contra el movimiento de cambio. Hay una diferencia sustancial entre la represión del 27F del 89 y las actividades desarrolladas por las fuerzas del orden en abril del 2002, a pesar del intento de revivir el modelo de la primera por el corto gobierno de Carmona del cual fue uno de los entusiastas soportes.

Pero lo más sorprendente de la declaración es justamente aquella que condena el derecho de un pueblo ocupado a resistir la imposición de un protectorado extranjero en su país. Criminalizando los defensores de Irak, con lo cual lo hace con los patriotas que defendieron la libertad de nuestro país o, los “maquís” franceses que resistieron la ocupación nazi de la Francia, apoya la nueva versión del fascismo dirigida por los “vulcanos” americanos encabezados por George Bush. Sin embargo, ello no puede asombrar. No se puede olvidar que los falangistas españoles, de los cuales es descendiente directo el movimiento socialcristiano venezolano, usaron el apoyo de los nazis alemanes para instaurar la tiranía de Francisco Franco. “De tal palo, tal astilla”. Oswaldo tiene que resistir ese igualitarismo diabólico que contradice el “orden natural” jerarquizado, descrito por Santo Tomás de Aquino, que esta en la base de ese movimiento confesional al cual pertenece. Es natural, según lo establece George Santayana – seguramente su filosofo favorita – quien asegura que Norteamérica, con su estructura financiera debe estar en la cúspide de los pueblos como garantía de la paz futura. De una paz aristocrática. Santayana, como seguramente lo cree Oswaldo, creía que la “pax americana” proveería el elitismo y la estratificación imprescindible para asegurar la armonía universal. “El hecho de que el Imperio imponga la esclavitud a las naciones que conquista no alteraría la circunstancia de que la paz existiría”


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Alberto Müller Rojas


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