La caricatura de Abilio

Abilio es un hijo de vecino, como cualquier otro. Hace su trabajo y debe hacerlo; para eso le pagan. Unos venden lo único que tienen; su fuerza de trabajo, Abilio vende su ser, su sensibilidad, su espíritu y todo lo que pueda vender para que le paguen. Eso es más que una mercancía lo que Abilio vende, porque vende su caricatura y se vende él mismo. En cada dibujo horroroso que publica sabe que la cosa no está bien, que él no debe hacer eso, pero lo hace, eso se llama Mala FE.

Se mete con las mujeres en lo único que saben los hombres acomplejados cuando de atacar a las mujeres se trata: de acusarlas de Prostitutas, son los mismos que cuando quieren alabarnos nos dicen Damas. Como si a nosotras, las mujeres, nos importara un pito uno u otro nombre. Llegado un momento de nuestras vidas, muy tempranito por cierto, lo único que importa a una mujer, es ser Mujer, es apreciarse a sí misma, quererse a sí misma y no responder a patrones machistas y paternalistas. Lo único que nos importa a las mujeres, una vez que alcanzamos ese rango altísimo de ser mujeres, es tener clara conciencia de lo que somos para que nadie imponga en nosotras lo que no somos; así que qué nos importa que nos digan Dama si ya superamos esas etapas de vida a través de anuncios publicitarios; si ya sé que el que me cataloguen de Dama no agrega a mi estatura un codo, ni a mi alma una bujía de luz.

Lo de putas y prostitutas es diferente, se supone que es una agresión el que se te catalogue o te pinten o te retraten como una puta. Se supone que eso hiere algo muy profundo en nuestro ser virginal, íntegro y perfecto, que no tenemos, pero se supone también que lo tenemos. Es decir que las mujeres somos una gran suposición para los machos acomplejados, porque nunca nos han conocido, ni nos han amado ni nos han soportado.

Animales que hablan y caminan, tienen mamá y papá, se gradúan de alguna vaina y ejercen su arte mal aprendido, y por donde pasen se les ve clarito que les falta una costilla de verdad verdad, la de la bizarría, que cuando falta no deja a los hombres ser; que esos pretendan ofender a las Mujeres con M mayúscula, creyendo que la hacen sentir inferior.

Cómo puede alguien salido de una mujer, parido por una mujer, venido de su ser, creer que nos puede hacer sentir inferior si su mismísima madre pertenece al clan al cual pertenecemos todas las mujeres, y todas en algún momento hemos tenido que soportar, incluso con sonrisa en los labios, el que un macho acomplejado crea que nos ofende si nos llama putas.

Y usted Abilio ¿que tiene contra las putas? Le dieron o le quitaron, o fue una transacción perfectamente de venta y compra. Que pongo venta primero porque allí está la fuerza de trabajo, la venta de la mercancía, el sudor. Más digno del que usted no suda cuando hace sus caricaturas y vende su ser, que alma no tiene, sin ver hacia atrás, hacia el lugar de aprecio donde debería tener a las mujeres de su familia, por lo menos, que de seguro tampoco las tiene allí, sino que escondidito las pone en el mismo lugar donde nos pone a todas, y como nos pone a todas; a ellas tampoco les importa.



marujaromeroyepez@gmail.com


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