Control de calidad en la burocracia venezolana

Cuando la incapacidad técnica se esconde en la corrupción, las Nacientes Comunas podrían salir perjudicadas desde su nacimiento

Toda la incapacidad técnica manifiesta y sostenida dentro de la Administración Pública Nacional venezolana ha descansado en el criollísimo proverbio, según el cual, "Jefe es jefe, manque tenga cochochos"[1], que en lenguaje menos metafórico significa: El jefe manda  y los subordinados obedecen independientemente de que el primero "sepa o no una papa" de la  técnica  o profesión que inevitablemente debe cubrirse antes del ejercicio del cargo, y no lo contrario como en esta patria suele  ocurrir y sigue vigente, a pesar de los innegables sobreesfuezos que el Presidente  Chávez hace hasta para corregirles garrafales errores ortográficos a muchos de sus subordinados y colaboradores.

Directores, jefes de personal, Ministros, por supuesto, han ejercido estas delicadas funciones que tienen una responsabilidad dual, la técnica propiamente dicha,  para cuyo ejercicio eficiente es condición sine qua non  haber estudiado y aprendido bien el oficio  al que se le asigna en tal o cual cargo.

Como quiera que la otra responsabilidad es política, y en la cual hasta el peor de los ignaros pudiera ejercer como burócrata con tal de reunir las condiciones, no menos sine qua non, del amiguismo, el carnetismo, el proselitismo y el adulantismo interesado o tartufiano, entonces, y como consecuencia de semejante irresponsabilidad por parte  de los más altos funcionarios burocráticos, la técnica pasa un segundo plano, se desmejora su calidad, el funcionario medio se acostumbra a su  propia incapacidad, y este funcionario técnico llega hasta perder su vergüenza ya que si sus jefes y jefesotes son menos capaces técnicamente que él, entonces   los segundos carecen de moral y de calidad técnica para ejercer cualquier sanción sobre esa incapacidad burocrática que tanto daño ocasiona al país, al Presupuesto Nacional, estadal y municipal, y a  los usuarios de esos servicios y a los propios compañeros más inmediatos del entorno de cada instancia burocrática nacional y diplomática.

En última instancia-es suponible-las nacientes comunas se verán muy contaminadas con semejante flagelo criollo. Por supuesto, sabemos que reunir en una sola persona la eficiencia técnica con la fidelidad y eficiencia política no es nada fácil, y menos aun si estos vicios datan desde la Colonia española, encargada en sembrar las primeras funciones burocráticas desde el siglo XVI con sus cuestionables AYUNTAMIENTOS, unos entes harto incompetentes y monopolizadores de la gestión comunal dentro del arcano sistema institucional que hoy el Presidente Chávez se ha propuesto revisar y  sanear mediante su acertada estrategia para mejoría de la EFICIOENCIA BUROCRÁTICA.

Así, cuando el Presidente  recientemente ha ordenado mayor eficiencia a su Tren Burocrático más inmediato, debemos entender que debe ser eficiencia de calidad en lo técnico, y no de materias primas despilfarradas, de malversaciones de fondos por incompetencia técnica, fallas que han caracterizado al burócrata medio nacional, pero cuya responsabilidad política ha solido pasar inadvertida con el disfraz de la CORRUPCIÓN, porque estos funcionarios incapaces han preferido que los llamen CORRUPTOS a que los tilden de ineficientes e ineficaces, técnicamente hablando.

 


[1] Por cochoho, entiéndase chinche, un insecto hemíptero.


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Manuel C. Martínez M.


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