Pildoritas 119 (año V)

No podemos esperar que nos coma el tigre

Ocho millones y un pico largo, demostramos en 7O que estamos convencidos de que lo que conviene a la Patria es la continuidad de la Revolución y estamos esperanzados en que el camino al Socialismo es la vía, porque quienes fuimos testigos de lo que aquí sucedió en la llamada Cuarta República, y quienes no vivieron esa época aciaga, pero han sido informados por los que sí, se han sumado a este proceso, esos son los miles de jóvenes que son testigos de una obra de gobierno incomparable, o que simplemente se han informado por los medios públicos y podido constatar que no se les miente, los otros son los que votaron por la derecha que siguen siendo minoría por una sola razón, son adictos a los medios privados por donde se invisibilizan los logros de la Revolución, se inventan ollas y matrices de opinión, se miente, todo ello las 24 horas del día, pitándole a sus asiduos un panorama oscuro, una tragedia de país que da como resultado un odio, a veces incontenible, contra todo lo que represente al proceso con la mayor carga contra el líder y Jefe del Gobierno.

Esto es un hecho imposible de refutar, a ello se le ha llamado de muchas maneras; Guerra mediática, de Cuarta generación y que no se circunscribe a los límites nacionales, sino que recibe apoyo también mediático y de ingentes recursos desde el exterior, razón por la cual podemos afirmar que la victoria de octubre es más meritoria y significativa para la revolución y más dolorosa y traumática para quienes pensaron que podían con la conciencia de un pueblo y no escatimaron gastos ni estrategias.

Hay pues una realidad que consiste en que un sector minoritario pero no por ello poco importante de la población, recibe desinformación, más que información, de un sector de los medios, experto en estrategias dirigidas a acabar con el status quo que venimos viviendo desde hace 14 años; un sector de medios que fue capas de lograr un golpe de estado, un paro petrolero, y guarimbas, todo con muertos y heridos incluido. Contra esa realidad es que hay que luchar por la vía comunicacional, claro sin descuidar las otras.

Hemos conocido varios ministros de Comunicaciones que lo han intentado, podemos reconocerles algunos logros, pero hasta ahí, pues el objetivo que debe lograrse es rescatar a los más de 6 millones que jamás podremos pensar que son oligarcas ni burgueses, pero si que han sido victimas y lo seguirán siendo, si no se implementa una medida heroica, que afecte directamente a los medios de comunicación de la derecha, de aquí y de fuera.

¿Cerrarlos?, sería contraproducente y les daríamos motivos, que están deseando, para tener una excusa para generar violencia y convertir a nuestro país en otra Libia o Siria.

No hay sino una sola cosa que podemos hacer: informar más y mejor, utilizando sus propios instrumentos para lograr que quienes desconocen la obra de gobierno, los enormes beneficios sociales que están disfrutando millones de venezolanos, lo conozcan, para ello la única estrategia que existe y no hay otra, para que haya garantía de resultados es desmentir las mentiras, develar los planes, desmontar sus ollas y matrices mediáticas, con participación de sus propios medios dando el mismo espacio y tiempo para que se demuestre a sus incondicionales usuarios la verdad y se les deje en evidencia, como lo redomados mentirosos que son. No sé si ello se pudiese por la vía de la replica pero que sea inmediata y colocando la desinformación al lado de la información es decir la mentira frente a la verdad.

No sé si mediante una micro cadena diaria que desmonte las mentiras del día.

No sé si en las sesiones de la Asamblea Nacional hacer que la bancada de la derecha vea la mentira y la verdad y dejen de seguirle el juego a los medios que bien sabemos son quienes les marcan la pauta a la mayoría..

Algo tiene que hacerse distinto a lo hecho hasta ahora, el nuevo flamante ministro Ernesto Villegas, no veo por más que le echo cacumen qué podría hacer, porque lo que se necesita es atacar el mal donde está y este es exclusivo de quienes votan contra la Revolución. No se puede recurrir a pañitos calientes, el mal es profundo y amenaza con avanzar, el remedio tiene que estar a la altura de las circunstancias.

Si hubiese que legislar, eso lo saben los expertos, por ejemplo para que no solo sea el presidente quien utilice las cadenas, sino también pueda el Ministro o Ministros a quien o quienes corresponda contrarrestar con pruebas contundentes las mentiras, que se haga; si hubiese que legislar para que el derecho a réplica sea ampliado y obligante de manera expedita para los medios que han tergiversado las información oficial sobre la obra de gobierno dentro otros aspectos, pues que se legisle. Tenemos mayoría y no sólo podemos, sino que debemos hacerlo.

No podemos esperar que nos coma el tigre.

saulmolina2006@gmail.com


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Saúl Molina Z.


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