Manual para sectarios, arribistas, esclavistas y patrones

Donde veas la palabra sectario, sustitúyela por arribista.

Donde veas la palabra arribista, sustitúyela por abusador.

Donde veas la palabra abusador, sustitúyela por explotador.

Donde veas la palabra explotador, sustitúyela por déspota.

Donde veas la palabra déspota, sustitúyela por amo.

Donde veas la palabra amo, sustitúyela por esclavista.

Donde veas la palabra esclavista sustitúyela por negrero.

Y donde veas la palabra negrero,

no te tragues el cuento ese extendido según el cual negrero es sólo una voz pretérita

y menos que los negreros amaban únicamente hostigar negros.

Para un buen negrero

de antier, ayer y de sobre todo de hoy todo lo que no

es su propia imagen narcisa y bufa es repugnante y

por tal todos los diferentes merecen escarmiento:

un poquito normal de paliza,

un poquito normal de exposición al ridículo,

un poquito normal de ley del hielo y,

en ciertos casos,

un poquito normal de hambre y

hasta puede que de eso que llaman reducción.

Diga lo que diga, todo sectario sueña en secreto y en secta,

?son demasiado gallinas para trabajar a la luz o solos?

un día operar una bella, espumante y depurativa y formidable cámara de gas

Una noble y esplendorosa gran sala de metano

donde limpiar de disidentes y codiciosos,

suspicaces, hiper-críticos y animalejos su

mundo cabalmente de ellos pues

los negreros saben de buena tinta que, cuando menos este mundo, les pertenece

y que los negros de piel negra

y los blancos de pensar negro

y que los amarillos de sentir negro

y los indígenas de soñar negro

es decir todos esos malditos Otros y Otras, incluyendo

niños, niñas y jóvenes de otras razas o intereses de clase, color, etnia,

edad, religión, tendencia política, raíz económica o secta,

discapacitados y gentes no suficientemente arias o pelirrojas,

sudacas, asiaticoides y africanoides,

homosexuales, bisexuales, transexuales y trasvestis,

asexuales, poli-sexuales, polígamos y poli-amorosos y

otros que hoy infectan arrastradamente el mundo,

planean arrebatárselo.

La solución final, a su modo,

es su más alta petición de principios.

Y para realizarla buena idea es siempre ensalzar a los incondicionales de sectarios y los obsecuentes de burócratas

Un sectario siempre es un racista.

Un racista siempre es un sectario.

Y dado el carácter hiper-democrático y misericordioso de los amplios 

lo lejos que llegan casi siempre los buro-racistas, xenófobos y fanáticos en sus

celosos planes detergentes del mundo

depende, en gran medida, de las condiciones atmosféricas y orográficas.



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Luis Delgado Arria


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