Un Ministerio de Seguimiento puede ayudar, sobre todo si es una iniciativa
temporal: una instancia que ayude a organizar mejor las cosas y luego
desaparezca, evitando el engorde de la burocracia. Sin embargo, debe ir
más allá de su nombre, porque la eficiencia con pertinencia social no se
alcanza sólo con seguimiento. Por otra parte, algunas trabas notables son
previas a la acción de cualquier ministerio.
Por ejemplo, está el asunto de los nombramientos: aun desde afuera, como
simples ciudadanas y ciudadanos, observamos en cargos de importancia a
personas que no parecen estar preparadas para la función que ejercen. Y el
mal jefe tiende a nombrar malos subalternos, en una cascada de ineptitud.
También se presenta lo de los dobles cargos: altos funcionarios con
responsabilidades en más de un frente, incluso mezclando tareas de
gobierno y de partido en una combinación poco sana para una democracia.
Así, una ciudad con tantos problemas graves como Caracas tiene un alcalde
que también es jefe de campaña en las dos elecciones clave de este año.
Mientras tanto, la lluvia paraliza a millones.
Con el nuevo ministerio, no es cuestión sólo de presionar para que se
cumplan fechas, pues eso se puede traducir en un corricorri que termina
mal: el asfalto que se deteriora en corto plazo, las tuberías que hay que
volver a colocar, la fábrica que arrancó para pararse a los dos meses...
En realidad, parte de no ser eficiente es no saber marcarse fechas
razonables para cumplir una tarea. La labor del nuevo ministerio puede más
bien enfocarse en determinar cuáles son los principales problemas que
afectan la eficiencia de la gestión gubernamental y cómo superarlos.
¿Dónde están las grandes trabas? ¿Falta de coordinación? ¿Grandes ideas
que no se concretan? ¿Mil y un pasos burocráticos para que culmine un
proceso? ¿Exceso de discrecionalidad en nombramientos de personal?
¿Ausencia de controles efectivos? ¿Mala organización? ¿Falta de formación
continua de los buenos cuadros? ¿Recomienzo de cero cada vez que se cambia
un ministro? ¿Opacidad en la gestión? Los ministerios e institutos se
pueden “radiografiar” para encontrar sus nudos críticos. El Poder Popular
sería el gran aliado para lograr la eficiencia, si se incorpora
orgánicamente a este esfuerzo.
Educadora
