Como una especie de prefacio, debo dedicar este primer párrafo para aclararles tanto a los fanáticos fundamentalistas del chavismo y de la derecha que mi opinión es totalmente independiente y los puntos de vista que expongo en mis artículos son muy críticos tanto contra el gobierno como contra la oposición. El por qué. Sencillamente, porque creo que una forma de contribuir con la erradicación del odio y la confrontación política, así como otros males sociales, es el surgimiento de una tercera opción en el plano político.

La anterior aclaratoria surge, ante algunos correos recibidos tanto de chavistas como de opositores, con un fuerte contenido de odio, descalificación, amedrentamiento y amenzas donde los insultos, ofensas y vulgaridades prevalecen entre sus líneas, todo por el simple hecho de que este servidor, ciudadano de la República Bolivariana de Venezuela, ejerciendo mi libertad de pensamiento, no está de acuerdo con el planteamiento ni los manejos de los dos principales bandos políticos en pugna constante por el poder. Eso fue lo que me motivó a escribir el presente artículo.

Ahora bien, lo que se critica no es la ideología política de cada quien, al fin de cuentas, todos somos cautivos de una u otra propuesta en este campo, sino el fanatismo a ultranza en el que caen algunos sujetos, llevándolos a actuar como verdaderos psicópatas, irrespetando el derecho de los demás a emitir una opinión diferente.

En un artículo reciente, expuse con argumentos que considero valederos, que gobierno y oposición han impulsado el odio y estos fanatismos extremos. Esto fue motivo para que gente desquiciada y víctima del apasionamiento político sin control (chavistas y antichavistas), vertieran en mi correo todo un torrente de vulgaridades como salido del peor drenaje cloacal. Y es que ese es un sintóma común de la intolerancia causada por el fanatismo: conduce al individuo a lo más bajos niveles de mediocridad y sentido común.

El extremismo político degenera en violencia tanto verbal, como física, en discriminación clasista y en enfrentamientos. La responsabilidad del actual panorama politizado y polarizado que vive Venezuela -lo afirmo una vez más- recae directamente en los dos grupos enfrentados por el poder, gobierno y oposición, que han utilizado la incitación al enfrentamiento como arma política y electoral, con la "ayudaíta" de los medios de comunicación que sacan igual partido de toda esta situación.

Que quién comenzó esta incitación ya no es un tema como para peder el tiempo buscándole respuesta, ya que en definitiva los mismos clubes de fans de ambos bandos se culpan mutuamente de la paternidad de semejante aberración social como lo es esta intolerancia que ellos mismos practican.

Es urgente conformar una alternativa política que despolitice -valga el contrasentido- el ambiente social en el país. No puede ser que los venezolanos tengamos como "tres comidas diarias" el tema político, convirtiéndolo en el responsable de todos los problemas que enfrentamos como sociedad e impidiéndonos ver más allá de nuestros propios ojos (o nuestras propias narices si lo prefieren) al no reconocernos como parte de la problemática.

Mi propuesta sería disolver el partido político con el que se logre alcanzar la presidencia en unas elecciones. Un gobierno desvinculado de partido político, actuando de forma verdaderamente gerencial y administrativa eliminaría la tensión social existente, a la vez que ocuparía su gestión en buscar solución a los problemas del país. Se elminarían también el clientelismo político, la burocracia excesiva que genera los "compromisos partidistas" y hasta esa "politiquería" que raya en lo absurdo y que hace ver las obligaciones que tienen los gobiernos de satisfacer las demandas de sus ciudadanos como favores que hay que agradecer al punto de la devoción.

Esta propuesta la complementaría con el hecho de que desde la presidencia de la república no se postulen candidatos a otros cargos de elección popular como gobernadores, alcaldes y concejales, para que de esta manera sean realmente las regiones las responsables de elegir a quienes conduzcan sus destinos y no caiga todo el peso de la culpa sobre la presidencia por las malas gestiones de funcionarios locales. De igual forma, evitar la sobrecarga o sobrexposición mediática de la gestión de gobierno para que así la sociedad se libere de la asfixiante y errada política comunicacional como la del actual gobierno nacional y la de los gobiernos regionales y municipales tanto oficialistas como opositores.

Por último, quiero manifestar mi profundo agradecimiento y reconocimiento a Aporrea, ya que siendo una página de tendencia pro-oficialista, permite la publicación de expresiónes de pensamientos que difieren del actual gobierno, un ejemplo digno a seguir por otros medios de similar inclinación e igualmente por los de preferencia opositora.

Espero que los miembros del club de fanáticos desquiciados de los dos bandos, en esta oportunidad den muestra de un poco de cordura y hagan práctica de la tolerancia, respetando ésta mí opinión a la que tengo derecho de expresar como ciudadano de esta patria hermosa llamada Venezuela.

P.D.: No pierdan su tiempo enviando basura al correo que suministré en anterior oportunidad porque ya fue eliminado.

educalde73@gmail.com