Este 7 de octubre se llevo a cabo en nuestra patria uno de los más hermosos procesos electorales de los cuales nuestra corta historia democrática puede haber registrado, con algo mas de 80% de participación del total de los inscritos en el REP, l@s venezolan@s dieron una clara muestra de uno de los mayores logros que hoy puede mostrar nuestro proceso de cambio, como es el enorme crecimiento cualitativo que presenta el imaginario colectivo nacional en lo referente a la política, la indiferencia o la animadversión a la política, sin duda es hoy cosa del pasado, la cosa pública es hoy indiscutiblemente objeto de debate en todos los grupos sociales y ello es una clara muestra de la nueva Venezuela que tenemos y que debemos continuar cultivando y cuidando, por ello felicitaciones a tod@s l@s venezolan@s que por una u otra opción asumieron de forma consiente su derecho al sufragio este 7 de octubre.
Con una participación de aproximadamente 14.901.704 elector@s, de acuerdo al 97.65% de las actas escrutadas hasta el 09-10, resulto ganador el presidente Hugo Chávez Frías con un total de 8.062.056 votos a favor, en segundo lugar Henrique Capriles Radonski con 6.468.450 de sufragios a su favor, lo cual, si tomamos el total de votos que ambos candidatos sumaron como 100%, representa una diferencia porcentual de aproximadamente 11 puntos, y si tomamos como 100% el total de votantes que participaron e incluimos en los cálculos el porcentaje de abstención, votos nulos y votos sumados por el resto de los candidatos, la diferencia seria de aproximadamente 9%.
Con estos resultados, los cuales representan una inobjetable victoria electoral del comandante Hugo Chávez y una preocupante “no victoria” política del proceso de cambio y del segundo plan nacional socialista, a través de este breve articulo deseo agregar algunas ideas al necesario debate que a partir de este momento tiene que darse en el seno de la revolución, para revertir lo que puede considerarse en una peligrosa tendencia que viene mostrando el apoyo popular al proyecto revolucionario.
Para ilustrar esto último quiero mostrarles los resultados electorales presentados en las elecciones del año 2000, 2006 y 2012:
Elecciones presidenciales:
2000 2006 2012
Hugo Chávez 3.757.773 7.309.080 8.062.056
Oposición 2.530.805 4.321.072 6.468.450
Una interpretación rápida de estos resultados nos muestran, por un lado, una tasa de crecimiento en las preferencias electorales o base social de apoyo de Hugo Chávez de 94% entre los periodos 2000 y 2006, pero en el periodo 2006-2012 el crecimiento fue de solo 10%, sumando en el transcurso de 6 años un total de 752.976 nuevos votantes; por otro lado, en el caso de la oposición la tasa de crecimiento en el transcurso del periodo de 2000-2006 fue de 70% y en el periodo 2006-2012 el mismo fue de 50%, sumando en este último periodo un total de 2.147.378 nuevos opositores. Adicionalmente, hay que destacar que entre el periodo 2006-2012 se inscribieron en el REP aproximadamente 3.115.223 nuevos votantes.
Como se puede observar en el periodo 2006-2012 ocurre un cambio abrupto en la tasa de crecimiento de la base social de apoyo del presidente Hugo Chávez, recalcando que en estos periodos de comparación quien está en competencia es el liderazgo del presidente Hugo Chávez y no el de liderazgos regionales, mientras que las fuerzas opositoras mantienen una tasa de crecimiento sostenible desde el 2000 hasta la fecha.
Sin duda, estos resultados son simplemente una enfática señal que la base social de apoyo de la revolución está haciendo a su más alta dirigencia de la necesidad de cambios que la revolución necesita, y ojo cambios referentes a la coherencia que debe existir entre los principios y valores del socialismo y la gestión de gobierno. Si comparamos estos resultados electorales y los innegable avance que hemos tenido en la satisfacción de las necesidades materiales, y consientes de que aún falta mucho en este campo, pareciera que cobra mucha fuerza aquella prediga cristiana de “no solo de pan vive el hombre”.
¿Por qué este cambio abrupto?
En la respuesta a esta pregunta invertiré en un próximo artículos algunas líneas en las que con mayor profundidad desarrollare lo que considero son las causas del mismo, no obstante, en la respuesta deben estar incluidas causales como la crisis del caciquismo en el PSUV y la ausencia de una instancia organizativa que respetando los liderazgos locales y practicando el centralismo democrático permita establecer una dirección colectiva de este proceso revolucionario, la ineficiencia y burocratización del aparato estatal en todo su conjunto, la ineficiencia en la prestación de los servicios básicos en los sectores populares, la profundización de la cultura del rentismo petrolero y del mesianismo, la ausencia de una alternativa comunicacional y/o mass mediática innovadora que vaya más allá del ámbito noticioso, la falta de experiencias socio-productivas no capitalistas, que ya sin el apoyo del Estado se muestren exitosas, la dedocracia, la cual si se aplica de aquí al día viernes 12 en la selección de los candidatos a las elecciones de gobernadores, tendrá terribles consecuencias electorales, la burocratización de la movilización y fuerzas revolucionarias, los permanentes enroques en los movimientos y no cambios en el gabinete ejecutivo, etc, etc.
En este sentido, en el presente artículo no profundizare en estos temas, pero si quiero destacar en el marco de los resultados del 7-O y en la búsqueda de explicaciones un hecho digno de revisión y análisis para la toma de decisiones, como decía en líneas anteriores en el periodo 2006-2012 se inscribieron en el REP aproximadamente 3.115.223 nuevos votantes y la suma de l@s nuev@s elector@s que presentaron ambas candidaturas es de 2.900.354, 93% de los nuevos votantes. Si consideramos que estos 3.115.223 son en su gran mayoría jóvenes que cumplieron 18 años de edad entre diciembre 2006 y octubre de 2012, y se inscribieron en el REP, se abre con mucha fuerza la hipótesis de que estos jóvenes, en una relación de 75-25, fueron sumados a las filas de la oposición. ¿Allí estuvo la diferencia?
Esta hipótesis cobra fuerza cuando observamos que se trata de una población nacida entre los años 1988 y 1994, la cual no vivió lo salvaje de las medidas neoliberales aplicadas por la dirigencia política que hoy se disfraza de ovejita, ni los tiempos de la perrarina, la política de represión, desaparición y tortura de los gobiernos adeco-copeyanos, el viernes negro, el caracazo, la fuga de capitales, el crecimiento de los cinturones de miseria, etc, etc, etc. La información y la formación serian las vías para hacerles ver y entender en su justa dimensión el verdadero carácter facistoide de la dirigencia opositora, pero lamentablemente se trata de una población sumamente vulnerable a la influencia de los sofisticados sistemas moldeadores de conductas de la enorme industria mass mediática de dominación capitalista, una población sumamente influenciada por la industria cultural Hollywoodense, el sueño americano y los innumerables vicios y antivalores que caracterizan a eso que llaman clase media.
No obstante, lo grave de esta fuerte hipótesis no está en el hecho del obnubilamiento de esta población ante los falsos encantos del capitalismo, sino en que tal realidad es la mayor muestra de que no existe una política seria teóricamente y bien planificada dirigida desde y hacia la juventud, que entendiendo la complejidad estructural de “lo juvenil” pueda presentar a este grupo etario una alternativa distinta a la que el sistema capitalista les ofrece actualmente, que presente alternativas innovadoras y sublimes en qué ocupar el enorme tiempo de ocio que esta población tiene, que presente alternativas para explotar las potencialidades creativas y productivas de esta población, como contraste y contradictoriamente tenemos un Ministerio del Poder Popular para la Juventud y un Instituto Nacional de la Juventud, cuya gestiones son absolutamente clandestinas, unas juventudes partidistas consumidas por el burocratismo de estas estructuras organizativas y una industria nacional y transnacional que bajo la justificación de “la recreación y el entretenimiento” están reclutando a la gran mayoría de esa juventud que se inscribió en el REP y la que está por hacerlo para los próximos procesos electorales.
La otra hipótesis que puede formularse a partir de estos resultados, y la cual prefiero no dar por cierta, es que la mayoría de esos jóvenes nuevos votantes se alistaron con el proyecto socialista y que el cambio abrupto del 7-O se debe a que un grupo importante de la base social de apoyo de la revolución por descontento, decepción, molestia y/o diferencias con la misma, decidió apostar a la denominada alternativa democrática de la oposición, y prefiero no dar por cierta esta última hipótesis por que de ser la misma una tendencia dentro de la revolución entonces su repitencia en el tiempo inviabilizará el proyecto revolucionario.
Elecciones regionales
El próximo 16 de diciembre se llevaran a cabo las elecciones de gobernadores, en ellas se pondrá en marcha la segunda etapa del plan que la derecha venezolana tiene para detener la revolución bolivariana definitivamente, el cual tiene como piedra angular socavar la legitimidad, sostén fundamental de cualquier proceso de transformación social, que ha caracterizado a este proceso desde su nacimiento formal en 1999. Con los resultados del 7-O estos sectores obtuvieron una indiscutible victoria política, ésta suma mayor legitimidad a su antinatura visión y proyecto de sociedad que defienden y el 16-D pudieran superar en la sumatoria total los sufragios obtenidos por la base social de apoyo de la revolución, tal como ocurrió en las pasadas elecciones parlamentarias.
Los resultados del 7-O no fueron los esperados para sustentar la tesis del portaviones de Chávez y el arrase subsiguiente de las elecciones del 16-D, no obstante, a este hecho debemos agregarle cinco variables de cardinal importancia para analizar lo que va a pasar el próximo 16-D; por una parte tenemos que en el citado proceso electoral no está en disputa la candidatura ni la permanecía directa del presidente Hugo Chávez, hecho que se puede apreciar en su real dimensión cuando observamos que en la sociedad venezolana está firmemente cristalizado el presidencialismo y el mesianismo; por otra parte, más allá del presidente Hugo Chávez, la revolución tienen en la actualidad una grave crisis de liderazgos nacionales, regionales y locales, provocada ésta, entre otras causas, por la falta de autoridad moral y ética de esta dirigencia, pareciera que nunca conocieron la predica con el ejemplo Guevarista; en tercer lugar, están las ineficientes gestiones de gobierno regionales que muestran gobernaciones que en este momento están en manos de dirigentes rojo rojitos; en cuarto lugar, esta la fecha decembrina, la cual no necesita mucha explicación en una Venezuela muy apegada a las tradiciones navideñas y en las cuales se detiene todo por estas festividades; y por último, tenemos el empuje que sin duda dan los resultados del 7-O a los sectores opositores y a su búsqueda de mayor legitimidad que las fuerzas revolucionarias.
La consecuencia común de estas cinco variables es mayor abstención, e históricamente mayor abstención ha significado menos votos para el proyecto revolucionario. Por ello, considero a manera de pronóstico para el 16-D que aquellas gobernaciones donde se perdió el 7-O y aquellos estados donde se gano con una diferencia de entre 0,1 y 5% seguramente serán ganados por la oposición, sin embargo, aquellos donde se gano con una diferencia de entre 5 y 10%, no tengo duda en adelantar que se escenificará una feroz campaña y contienda de ambas opciones y en el caso de las candidaturas de la revolución necesitarán de la participación directa del presidente Hugo Chávez para aumentar la probabilidad de victoria, no obstante, ni aún así esta estará garantizada; en el caso de aquellos estados donde el 7-O se gano con más de 10% la victoria de las fuerzas revolucionarias están casi garantizadas.
Con este escenario lo importante es que después del 16-D se abren las puertas para la tercera etapa del plan de la derecha, el cual comenzará desde el mismo mes de enero de 2013, una etapa caracterizada por el escalamiento progresivo de conflictos de baja intensidad, la exigencia de mayores espacios de participación ya que supuestamente representan el 50% del país, la exacerbación de los error cometidos por el proyecto socialista, el burocratismo y la ineficiencia, recalco todo todo con el objetivo de minar la legitimidad de la revolución, ya que sin apoyo mayoritario de la sociedad, de los sectores populares, en fin sin legitimidad se abren los caminos de los planes B y de la ultra derecha.
El ¿Qué hacer? seria lo mas importante en este momento, pero como mencioné en líneas anteriores este tema sustantivo será el objeto del próximo escrito, cuyos puntos a desarrollar ya los trate, entre otros que pueda incluir, el párrafos anteriores. El viernes 12 se inscribirán las candidaturas de la revolución, solo alerto, que a pesar de la crisis de los liderazgos regionales, la aplicación de la dedocracia traerá terribles consecuencias electorales y políticas el 16-D.
Sociólogo
maje4444@gmail.com
