Octubre y las aventuras opositoras

La oligarquía y su representante se saben perdidos en la contienda electoral. Lo dicen las encuestas y los análisis que a lo largo de todo el proceso de campaña han dado como ganador al candidato de la Revolución, Hugo Chávez.

La ultraderecha venezolana, que se ha apropiado de la conducción de la oposición política en Venezuela, ha comprendido que llegada la recta final de la campaña en estas circunstancias, la única alternativa posible para acceder al poder, es construir a través de los medios de comunicación privados una atmósfera de falso triunfo, una exacerbación de los ánimos entre lo que podríamos llamar su “voto duro”, quizá como una manera de germinar una masa que en un momento determinado, y ante un canto de de “fraude”, pudiera reaccionar a los estímulos y manipulaciones de los sectores reaccionarios de derecha; alimentar la desestabilización del país, melancólicos de las guarimbas y disturbios.

Aquellos ciudadanos que pudieran seguir aun a esto líderes opositores con intenciones de calentar las calles, deben recordar que quienes llaman a la supuesta defensa del voto, son los mismos que promovieron las movilizaciones de abril del año 2002, y que luego de ocasionar una matanza en el centro de Caracas, huyeron sin asumir responsabilidad alguna por el golpe de Estado que protagonizaron de manera cobarde.

Hoy día llama la atención que el candidato de la oligarquía, ha venido incorporando en su discurso anuncios de cifras, según las cuales la victoria de la burguesía se daría por un margen de un millón de votos. Claro está, que en su irresponsabilidad es incapaz de indicar las fuentes de donde emanan los supuestos cómputos. Su intención no es otra que edificar una confianza etérea, sin bases reales, en un triunfo imposible. Adicionalmente le dice a sus seguidores “nunca he perdido una elección y tampoco me la he dejado quitar”, es servir la mesa para un llamado a las calles ¿Es que a este punto de la campaña sus técnicos y representantes ante el CNE no han legitimado el sistema electoral? En 96 días de turismo político, el burgués andariego no ha sido capaz de transmitir propuestas concretas en su discurso vacío y hasta ahora no ha afirmado que reconocerá los resultados; su estrategia, o mejor dicho, la planificación que sus manejadores de marketing le han diseñado ha estado dirigida a captar el descontento con las gestiones locales y a capitalizar el rechazo de quienes tienen como costumbre votar en contra de Chávez, indistintamente de quien represente a la opción opositora. Ahora queda invocar la sensatez y la cordura de parte de las filas opositoras, el uso de la razón para no seguir caminos aventureros que alteren la paz y el orden nacional. Recordar a toda la población que el CNE es la institución, que después de las universidades, cuenta con mayor aprobación y confianza en su gestión, esto aunado a una alta participación le otorgaría legitimidad al resultado que se anunciará el domingo por la noche.

Los venezolanos merecemos la estabilidad y buen vivir, y esto solo lo garantiza la Revolución Bolivariana.

padronh77@hotmail.com


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