Ahora la misión es el voto. La voluntad del hombre se mide también a veces producto de sus necesidades y más aún en el entusiasmo defensivo de aquellos logros que han sido conquistado solamente con años de esmero popular. Las misiones, la banca solidaria, los servicios públicos de tarifas populares, el acceso a la tecnología, la continuidad y fortalecimiento del servicio de salud pública y todas esas iniciativas que fueron desplazadas de la exclusividad empresarial ahora se ven amenazadas por esa moda privatizadora con que asume el candidato de la ultraderecha sus promesas electorales y sus compromisos con quienes financiaron su exuberante campaña.
El pueblo sabe que distorsionar el propósito de estas iniciativas son cuchillazos a los logros alcanzados y ese debe ser el principal motivador de la movilización que nos espera para este siete de octubre. Cada militante, cada persona en su casa, cada mujer, cada elector que exista en cualquier rincón larense debe activarse con el llamado al 1 x 10 que ha hecho el comando revolucionario. Esa es la manera de garantizar el triunfo. Cada uno de los electores revolucionarios se convierte este siete en diez más y lista en mano, se acercará al centro de votación de cada uno para llevar a efecto la defensa de nuestro pensamiento socialista y liberador.
Este siete de octubre, tras el toque de diana que marcará el inicio de esa intensa jornada, cada venezolano patriota, revolucionario, consciente y humanista debe marcar la diferencia entre la indiferencia patria y el valor en la defensa de nuestras mayores conquistas históricas.
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