Los padres de la guerra sucia

El presente artículo va dirigido, primordialmente, para todos aquellos que tuvimos la dicha de presenciar la victoria electoral del Comandante Presidente Hugo Chávez en diciembre de 1998. Para ese entonces no contaba con la edad necesaria para ejerce el voto, sin embargo, otros si tuvieron la oportunidad de hacerlo y con ello formar parte de la historia apoyando lo que desde entonces ha sido la candidatura de la patria.

A pesar de que para el año 98 tan solo contaba con 16 años de edad, recuerdo muy bien algunos elementos significativos de esa campaña electoral, ciertos aspectos bien controversiales que afloraron las bajas pasiones y la miseria humana que se esconde detrás de esa mal llamada oposición. Y es que no podía ser de otra manera; los que durante décadas golpearon y saquearon a este país, se encontraron al borde de la desesperación ante la inminente victoria de Hugo Chávez, razón por la cual no les quedo otra salida que apelar a la descalificación, la mentira, la satanización, la calumnia, la ignominia y cualquier otra estrategia oprobiosa que se le cruzara por la mente para tratar salvar lo insalvable, de “corregir lo incorregible”: la muerte anunciada del tristemente celebre Pacto de Punto Fijo.

Los que hoy se dan golpes de pecho y chillan porque supuestamente el Gobierno Bolivariano esta apelando a la guerra sucia a través de unos presuntos “laboratorios” para tal fin (como si el vídeo del diputado Caldera y el paquetazo de Capriles fueran una fantasía), son los mismos que en el pasado reciente, es decir, hace 14 años años, diseñaron una propaganda macabra que se transmitió por los canales del golpismo, en la que un personaje imitando a Chávez preparaba pailas de aceite para “freír”adecos y copellanos por igual. Se estigmatizó la imagen del Presidente hasta más no poder, se le acusó hasta la saciedad a través de esos mismos medios, de ser el responsable de la “masacre” del 4F y 27F. Se le acusó sin la menor vergüenza, de tener sus manos “bañadas de sangre”y de supuestamente haber alentado la persecución y el odio entre los venezolanos.

En fin, la campaña de 1998 estuvo plagada (por parte de la “oposición”) de innumerables argucias, las propagandas fueron cada vez más ofensivas e intimidatorias para tratar de vilipendiar la candidatura de Hugo Chávez; en los programas de opinión se ofendió y acusó sin pruebas, se inventaron historias descabelladas, se utilizaron venezolanos como carnada para tratar atemorizar a la población, sin embargo nuestro pueblo sabiamente mantuvo la cordura y la lealtad hacia lo que significó y significa una propuesta de gobierno para las grandes mayorías desasistidas.

Más adelante, específicamente, durante las elecciones del año 200 (en esas si pude ejercer mi derecho al voto), la campaña de la mal llamada oposición fue peor aún, recuero que el candidato escuálido para esa época (Arias Cárdenas) insulto hasta lo inimaginable al Presidente Chávez en un acto público, llegando incluso a asesinar a unas gallinas indefensas (ajenas a todo evento político) golpeándolas contra el piso de la tarima; en una especie de teatro del horror para tratar de ilustrar lo que para ellos representaba el Comandante Chávez.

Luego arribamos a los años de la conspiración y el sabotaje (2001-2002), la dirigencia golpista hizo todo lo que estuvo a su alcance para trastornar la mente de los venezolanos (lamentablemente lograron su objetivo en algunos sectores); utilizaron el epicentro de la locura colectiva (la Plaza Altamira) para exacerbar el animo de los presentes y ausentes, generaron toda clase de sentimientos, frustraciones y desasosiego entre los venezolanos, sumado a toda la tramoya que se orquestó para derrocar por breves horas a nuestro Presidente Chávez. Durante esos lamentables sucesos no pararon de inventar y elucubrar aventuradamente a pesar de la contundencia de las pruebas que, pulverizaban en el acto sus mentiras.

Unos cuantos años después, durante el proceso electoral para aprobar la reforma, se manipuló hasta más no poder con el tema de la propiedad privada y el “fantasma del comunismo”, se dijo y se hizo de todo al respecto, no hubo discurso y alocución opositora que no se valiera de la guerra sucia para amedrentar y confundir a la población. Las medias verdades y todos esos escenarios inventados en los verdaderos laboratorios de guerra sucia se convirtieron en el plato fuerte de todos los días. Al respecto, la mal llamada oposición siempre se ha valido de los opinadores de oficio para tratar de legitimar y sustentar su patrañas, y con de esa manera tratar de revestirlas con ciertos halos de “veracidad”; la diferencia entre 1998 y los actuales momentos no es mucha.

Por cuestiones de espacio y tiempo no puedo ser más preciso en algunos detalles sobre las campañas pasadas, no obstante, todo lo que aquí he narrado a grandes trazos es historia y tiene sus mecanismos de verificación; los vídeos están allí, sólo basta con escudriñar bien el web para dar con todo ese material audiovisual que refleja quienes han sido y son los verdaderos padres de la guerra sucia; quienes son aquellos que día a día generan zozobra entre los venezolanos, quienes se valen del dolor y la muerte para hacerse notar en el escenario público. Muchos ustedes quizás recuerden al detalle el comportamiento penoso de las campañas opositoras, y muy probablemente las cosas que he mencionado les haga revivir ese sentimiento de indignación ante tanto irrespeto. De manera tal que, los que hoy pretenden presentarse como corderos y se sienten “ofendidos” por una supuesta guerra sucia impulsada desde el Comando Carabobo (cosa que no es así porque lo denunciado hasta ahora es real, concreto y hasta reconocido por algunos de sus partidarios), son los mismos que desde hace mucho tiempo atrás vienen intentando descalabrar la memoria colectiva y el criterio político de nuestro pueblo, en definitiva, son los verdaderos padres de la guerra sucia que ahora pretenden exigir cuotas de respeto y predicar una moral que nunca han profesado.


r2d2galea@gmail.com


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